Para iniciar 2019 de la mejor y más elevada manera, ¿qué tal hacerlo bailando un set del alemán Acid Pauli? El viernes 11 hará escala en la ciudad con uno de sus célebres showcases. Acidcases ha decidido llamarles a esos momentos —que no son una fiesta, no son un festival— en los que teje junto a amigos invitados por él auténticos manifiestos sonoros capaces de hacernos levitar mientras bailamos.
Acid Pauli es Martin Gretschmann, quien también está detrás del proyecto electropop Console y forma parte de The Notwist (de hecho, fue él quien le dio el toque electrónico a la banda allá por mediados de los 90). En resumen, es pieza fundamental de eso que algunos llaman la escena indietrónica alemana.
Hace seis años, cuando vino a México para presentarse en el Day Zero de Damian Lazarus —cuando el festival aún no se mudaba de Playa del Carmen a Tulum—, busqué a Acid Pauli para que me platicara un poco de su relación con la música y de Mst, el primer álbum que había publicado como Acid Pauli y que apareciera en Clown & Sunset, el sello de Nicolas Jaar.
Para entonces, Acid Pauli ya era sinónimo de magníficos mash-ups, pero pronto nos dimos cuenta de que cuando se trataba de grabar algún material propio bajo ese seudónimo, aquellos temas que nos habían movido a sonrisas y baile eufórico por sus juxtaposiciones inesperadas quedaban decantados en tracks completamente distintos, independientes… Nuevos. Suyos.
Eso que pareciera una obviedad no lo es tanto cuando nos enteramos de que todos los tracks de aquel primer álbum —cuya escucha recomiendo siempre que alguien me dice que desconoce todo sobre Acid Pauli— estaban hechos de distintos samples tomados de montones de tracks y canciones que solían aparecer en sus dj sets, pero que había destilado hasta convertirlos en otra cosa, ya muy suya.
Además de producir house ralentizado de ese que hoy todos adoran gracias a Nicolas Jaar, Acid Pauli cree en el poder del baile y la música como vehículos para elevar la conciencia, y tiene un don para hacer de sus sets un motivo para el feliz ensimismamiento y una auténtica celebración de la diversidad.
En sus sets he oído pasar, incluso en cameos fugaces, canciones de Raffaela Carrà o Desmond Dekker, conviviendo al lado de Kaiserdisco o Mastiksoul; o incluso desliza algunas frases de Alfredo Zitarrosa. En aquella plática de hace poco más de un lustro me contó que sus sets como Acid Pauli tienen muchísima improvisación. “Solo puedes confiar en ti y en la audiencia”, me dijo. Deseo que su audiencia, nosotros, le demos la confianza suficiente este viernes 11 de enero para hilvanar en el Normandie —donde le acompañarán The Sorry Entertainer, desde Berlín, y el dueto moscovita Geju— uno más de esos sets con los que consigue elevarnos.
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