Texto y fotos: Mónica Loza
“HEROÍNAS ANÓNIMAS” es un proyecto fotográfico y de intervención de imágenes que pone en primer plano a mujeres que, de otro modo, podrían permanecer invisibles en la narrativa social y mediática. Esto es especialmente importante en un contexto donde las mujeres a menudo son ignoradas.
Al darles un espacio en donde puedan alzar la voz, este proyecto busca empoderar a más mujeres, validando sus experiencias y luchas. Esto puede tener un impacto transformador tanto en las protagonistas como en las comunidades que las rodean.
Este trabajo invita a la reflexión sobre las desigualdades de género y las estructuras de poder que las perpetúan. Al mostrar la realidad de estas mujeres, el proyecto contribuye a generar conciencia y a fomentar el diálogo sobre la necesidad de cambios sociales.
En este proyecto, la fotografía no es solo un medio artístico, sino también una herramienta de activismo y transformación social. “Heroínas Anónimas” es un ejemplo de cómo las luchas y contribuciones de las mujeres en contextos complejos pueden generar grandes cambios a su alrededor. Su trabajo es una celebración de la resiliencia, la dignidad humana, y un llamado a la acción para construir una sociedad más justa e inclusiva.
Esta colaboración se originó en el Festival LATAM de Medios Digitales y Periodismo 2024, una iniciativa anual de Factual que congrega a cientos de periodistas, fotoperiodistas, comunicadores, creadores de contenido, personas editoras, diseñadoras e ilustradoras y directivos de medios digitales de toda la región buscando promover el periodismo colaborativo y la libertad de expresión.
MARÍA DE LOS ÁNGELES FERNÁNDEZ
Conocida como “Fili” o “Doña Fili”, es una destacada activista mexicana reconocida por su incansable lucha por el derecho a una vivienda digna y el acceso al agua en la Ciudad de México. Su labor ha sido fundamental en la defensa de los derechos de las comunidades más vulnerables de la capital.
En la década de 1970, Doña Fili fue una de las pioneras en la fundación de la colonia Pedregal de Santo Domingo, ubicada en la alcaldía Coyoacán. En septiembre de 1971, junto con otras familias, participó en la ocupación de tierras en esta zona, que se convirtió en una de las mayores ocupaciones urbanas de América Latina en ese tiempo. A pesar de enfrentar intentos de desalojo y la falta de servicios básicos como agua y electricidad, la comunidad, liderada por personas como Doña Fili, trabajó colectivamente para construir viviendas y establecer infraestructura esencial.
Además de su lucha por la vivienda, Doña Fili ha sido una ferviente defensora del derecho al agua. En 2015, al descubrir que una empresa constructora estaba desechando agua de manera inapropiada en la colonia, encabezó un plantón en la Avenida Aztecas #215 que duró más de dos años. Esta acción fue pionera en la defensa organizada del derecho al agua potable en la Ciudad de México.
La importancia de la lucha de Doña Fili radica en su ejemplo de resistencia y organización comunitaria. Su liderazgo ha demostrado que, a través de la unidad y la acción colectiva, es posible enfrentar desafíos como la falta de vivienda y el acceso limitado a recursos vitales. Su historia inspira a nuevas generaciones a continuar trabajando por una sociedad más justa y equitativa.

JULY REYNOSO
Mujer que encabeza la Asociación Civil CruzHada. Fundada en 2018,CruzHada es una organización de la sociedad civil conformada por más de 700 mujeres. Su misión es trabajar por el bienestar de las familias vinculadas a la Cooperativa La Cruz Azul y sus comunidades. Entre sus actividades destacan la donación de lentes y el apoyo a comunidades afectadas por incendios y desastres naturales. Estas iniciativas reflejan su compromiso con el desarrollo social y la mejora de la calidad de vida en las áreas donde la cooperativa tiene presencia.

ANTONINA PÉREZ AROCHE
Es una destacada partera tradicional mexicana originaria del municipio de Ecatzingo, en el Estado de México. Con más de medio siglo de experiencia, ha asistido en el nacimiento de más de 3,000 bebés en su comunidad y áreas circundantes.
Toni aprendió el oficio de su suegra, quien la instruyó en las técnicas y conocimientos necesarios para atender partos. Tras acompañarla en cuatro nacimientos, su suegra consideró que estaba lista para ejercer de manera independiente. Desde entonces, ha dedicado su vida a brindar atención prenatal y asistir partos, incluso participando en cursos y ponencias en lugares como Veracruz, Oaxaca, Ciudad de México y la Universidad Intercultural de Tepetlixpa.
La labor de Antonina es fundamental en su comunidad, especialmente en áreas rurales donde el acceso a servicios médicos es limitado. Su trabajo no solo garantiza la atención de las mujeres durante el embarazo y el parto, sino que también preserva prácticas culturales ancestrales y fortalece el tejido social. Además, ha transmitido su conocimiento a las siguientes generaciones, incluyendo a su hija Verónica Martínez y su nieta Zayra Paloma Martínez Martínez, asegurando la continuidad de esta valiosa tradición.
Las parteras tradicionales como Antonina desempeñan un papel crucial en México, especialmente en comunidades marginadas. Su labor contribuye significativamente a la salud materna e infantil, ofreciendo una alternativa confiable y culturalmente relevante para la atención del parto. Además, su presencia y trabajo ayudan a reducir la mortalidad materna y neonatal en regiones con recursos médicos limitados.

JESICA VARGAS GONZÁLEZ
Es la directora de Casa Xochiquetzal, un albergue único en su tipo que ofrece refugio a mujeres trabajadoras sexuales de la tercera edad en la Ciudad de México. Bajo su liderazgo, la institución ha continuado su labor de proporcionar un espacio seguro y digno para estas mujeres, muchas de las cuales se encuentran en situación de vulnerabilidad y sin apoyo familiar.
Casa Xochiquetzal, fundada en 2006, tiene como misión ofrecer una vivienda libre de violencia y discriminación, cubriendo necesidades básicas como alimentación, atención médica, asistencia jurídica y apoyo psicológico. Además, busca generar conciencia social y eliminar los estigmas que rodean a este grupo de mujeres, promoviendo su reintegración y reconocimiento en la sociedad.
La importancia de este proyecto radica en su enfoque integral para atender a una población frecuentemente marginada y estigmatizada. Al proporcionarles un hogar y los servicios necesarios, Casa Xochiquetzal contribuye a mejorar la calidad de vida de estas mujeres, ofreciendo oportunidades para su desarrollo personal y colectivo. Además, al visibilizar su situación, la institución promueve un cambio en la percepción social sobre el trabajo sexual y la vejez, fomentando una sociedad más inclusiva y respetuosa. Bajo la dirección de Jesica, Casa Xochiquetzal ha enfrentado desafíos significativos, incluyendo debates sobre la representación y dignidad de las trabajadoras sexuales en el arte y la cultura. Su liderazgo ha sido crucial para navegar estas complejidades y mantener el enfoque en la misión de la institución.
En resumen, Casa Xochiquetzal desempeña un papel esencial en la protección y dignificación de las trabajadoras sexuales de la tercera edad en México, y la labor de Jesica ha sido fundamental para el desarrollo y sostenimiento de este valioso proyecto.

BRENDA OSNAYA ÁLVAREZ
Ella es una destacada paratriatleta mexicana que ha marcado hitos significativos en el deporte paralímpico de México. Originaria de Monterrey, Nuevo León, sufrió una lesión medular a los 16 años debido a un accidente automovilístico, lo que la llevó a utilizar una silla de ruedas. A pesar de este desafío, encontró en el paratriatlón una nueva pasión y una plataforma para superarse. En los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, Brenda hizo historia al convertirse en la primera mujer mexicana en competir en la disciplina de paratriatlón, obteniendo un destacado quinto lugar en la categoría PTWC.
Además de sus logros deportivos, Brenda es una figura visible y orgullosa dentro de la comunidad LGBTIQ+. En septiembre de 2024, tras finalizar su participación en el triatlón femenino PTWC en París, sorprendió al proponer matrimonio a su pareja y entrenadora, Jessica González, en la línea de meta, gesto que fue ampliamente celebrado y difundido en medios internacionales.
La trascendencia de Brenda Osnaya en el deporte mexicano radica no solo en sus logros competitivos, sino también en su papel como pionera y modelo a seguir. Su participación en eventos de alto nivel ha contribuido a visibilizar y promover el paratriatlón en México, inspirando a otros atletas con discapacidades a perseguir sus sueños deportivos. Asimismo, su apertura sobre su orientación sexual y su valiente propuesta pública han fortalecido la representación LGBTQ+ en el ámbito deportivo, promoviendo la inclusión y la diversidad.
A través de su dedicación y valentía, Brenda Osnaya ha demostrado que las barreras pueden superarse, y ha dejado una huella indeleble en el deporte mexicano y en la lucha por la igualdad y la aceptación.

ÁNGELA GUERRERO ALCÁNTARA
Politóloga mexicana, fundadora y coordinadora general del Centro de Estudios y Acción por la Justicia Social (CEA Justicia Social). Es Maestra en Sociología Política por el Instituto José María Luis Mora y Licenciada en Ciencia Política por la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa. Antes de fundar CEA Justicia Social, fue responsable del Área de Control de Sustancias del Programa de Derecho a la Salud en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
CEA Justicia Social es una organización dedicada a la defensa de los derechos humanos, enfocada en facilitar el acceso a la justicia social y promover la reinserción de personas que han experimentado situaciones de violencia en México, así como de sus familias y comunidades. La organización trabaja en la reducción de la violencia y la reintegración social, fortaleciendo la participación comunitaria y el ejercicio efectivo de los derechos de estas poblaciones.
Bajo el liderazgo de Ángela Guerrero Alcántara, CEA Justicia Social ha implementado iniciativas como la Escuela Comunitaria de Justicia, un modelo celebrado por la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) por su enfoque innovador en la construcción de paz e inclusión social.
La labor de Ángela Guerrero y CEA Justicia Social es fundamental en México, ya que abordan problemáticas relacionadas con la violencia y la exclusión social, promoviendo alternativas de reinserción y justicia desde una perspectiva de derechos humanos y participación comunitaria.

MARÍA ELENA RÍOS
Es una saxofonista y activista mexicana originaria de Oaxaca, conocida por su lucha en favor de los derechos de las mujeres y contra la violencia de género. Se convirtió en un símbolo de la resistencia y la búsqueda de justicia en México tras ser víctima de un intento de feminicidio en septiembre de 2019, cuando fue atacada con ácido en un crimen orquestado por su expareja, el empresario y político Juan Antonio Vera Carrizal.
La importancia de su lucha radica en varios aspectos:
- Visibilización de la violencia de género: El caso de María Elena ha puesto en evidencia la gravedad de la violencia de género en México, un país donde los feminicidios y los ataques contra mujeres son un problema grave y persistente. Su historia ha ayudado a concienciar sobre la necesidad de abordar este tipo de violencia de manera urgente.
- Combate a la impunidad: Elena ha denunciado la falta de justicia en su caso y en muchos otros similares. Su lucha ha destacado la impunidad que a menudo rodea los crímenes contra las mujeres en México, donde muchos casos no son investigados adecuadamente o quedan sin resolverse.
- Empoderamiento de las víctimas: a través de su activismo, Male ha inspirado a otras mujeres a denunciar la violencia y a buscar justicia. Su valentía al hablar públicamente sobre su experiencia ha empoderado a muchas víctimas para que alcen la voz y exijan sus derechos.
- Reforma legal y política: los ataques con ácido son una forma brutal de violencia de género que ha cobrado visibilidad en los últimos años en México. La “Ley Malena” es una reforma legal aprobada en la Ciudad de México que tipifica los ataques con ácido, sustancias químicas o corrosivas como un delito autónomo, sancionándolos con penas de 8 a 12 años de prisión y multas de 300 a 700 veces la Unidad de Medida y Actualización vigente (UMA). Si las lesiones son consideradas como tentativa de feminicidio, las penas pueden aumentar de 11 hasta 46 años de cárcel.
El caso de Male es un recordatorio de los altos niveles de violencia que enfrentan las mujeres en México y de la importancia de la resistencia y la denuncia para cambiar el sistema de justicia. Su lucha ha trascendido su historia personal y se ha convertido en un movimiento que exige un país más seguro y justo para todas.

JAQUELINE PALMEROS
En un país donde la desaparición de personas es una herida que no cierra, Jaqueline Palmeros ha sido una figura clave en el movimiento de búsqueda en México tras la desaparición de su hija, Jael Monserrat.
Monserrat, tenía 21 años al momento de su desaparición. Era la mayor de cuatro hermanos y la única mujer de la familia. Madre de dos pequeños, de 2 y 4 años, Monse trabajaba en un call center mientras perseguía su sueño más grande: convertirse en actriz o cantante. Desde pequeña, había incursionado en el mundo teatral y artístico.
El día de su desaparición, Monse fue citada por unas personas en Eje 5 y La Viga. Las cámaras de seguridad la captaron saliendo con ellos, y desde ese momento, su rastro se perdió. Desde ese día Jaqueline nunca descansó. Con palas, picos y una fe inquebrantable, lideró búsquedas en terrenos peligrosos, convirtiéndose en una voz que exigía justicia en un sistema que, en muchas ocasiones, parecía dar la espalda a las víctimas.
Jackie se ha convertido en un símbolo de resistencia y esperanza. Fundadora del colectivo “Una luz en el camino”, esta madre buscadora dedicó cuatro años de su vida a encontrar a su hija, Monserrat, desaparecida el 24 de julio de 2020 en la Ciudad de México. En noviembre de 2024, tras una larga y dolorosa búsqueda, Jaqueline ha encontrado los restos de su hija en el Ajusco, en el sur de Ciudad de México, y fueron identificados este 17 de enero tras un largo proceso forense.
Aunque Jackie ya no busca a su hija, su lucha no termina. El colectivo que fundó en medio de la desesperación, hoy abraza a más de 50 familias en la Ciudad de México, siendo el más grande de la capital. Con su experiencia y determinación, Jaqueline ha ayudado a localizar a decenas de personas, tanto con vida como sin vida, a nivel nacional e internacional.
Jaqueline Palmeros se ha destacado por su activismo y su determinación para encontrar a su hija. Su lucha no solo mantuvo viva la esperanza de resolver su caso, sino que también ha contribuido a visibilizar una de las crisis más graves que enfrenta el país: la desaparición forzada de personas. Su trabajo es un ejemplo de resiliencia y amor en medio de la adversidad.
