Los chilangos ya estamos más que listos para arrancar motores y comenzar con las celebraciones del Festival de Día de Muertos 2019. Pero ¿te has preguntado cuál es el proceso para que cada año podamos ver las increíbles creaciones monumentales, las coreografías perfectamente sincronizadas y toda la alegría de esta festividad? Pues para conocerlo nos lanzamos al taller del Desfile de Día de Muertos y entrevistamos a los organizadores de este magno evento.
Descubre el origen del Desfile de Día de Muertos
Muchos chilangos saben que hasta hace unos años la CDMX no contaba con la tradición que es ahora el Desfile Internacional de Día de Muertos. Si bien contábamos con otras marchas como la Mega Procesión de Catrinas, no fue hasta el estreno de la película 007: Spectre que la idea de este evento fue concebida.
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Por supuesto que una de las cosas que más impresionó de la secuencia inicial del filme fue el detalle con que la producción se acercó a esta festividad, pero esto no fue casualidad, pues uno de los grupos involucrados fue precisamente la Secretaría de Cultura capitalina, la cual dirigió a los productores con un colectivo especializado en el tema.
Última Hora surgió hace 13 en el Faro Oriente y se conformó de estudiantes de los talleres que ahí impartían. “Nosotros nos dimos cuenta que trabajando en equipo se pueden crear proyectos de alto impacto tanto visual como culturalmente y decidimos reunir a compañeros de cartonería, grabado, herrería, fotografía, pintura, grabado, escultura, carpintería y más”, explica Raúl Osorio, uno de los miembros fundadores.
Desde el inicio, entre sus principales intereses se encontraba la conmemoración de Día de Muertos, pues acorde a Osorio “esta es una de las fechas más importantes para los mexicanos, pero desgraciadamente era una tradición que en ese momento estaba quedando rezagada. Entonces, nosotros tratamos de hacerla más vistosa con nuestra propuesta”.
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Una de las primeras comisiones a gran escala fue la Mega Ofrenda del Zócalo, de la cual han sido parte desde el 2005 con esqueletos de 10 metros de altura. Precisamente esto fue lo que buscaba la producción de 007: Spectre para el inicio de la cinta y, después de ser utilizadas, donó estas piezas al gobierno capitalino quien las ha ocupado en las tres ediciones de la procesión y que ahora se encuentran resguardadas en el Taller del Desfile de Día de Muertos.
Del taller del Desfile de Día de Muertos a la fiesta del año
Cada año la magia de este desfile lleno de colores y tradición comienza con la creación de un concepto. “Buscamos qué es lo que queremos comunicar y qué es lo que queremos que la gente se lleve de este evento”, detalla Anabel Cantú, quien este 2019 es directora artística asociada y directora de coreografía por cuarto año consecutivo.
En esta edición la inspiración surgió de un poema de Nezahualcóyotl en el que él menciona que cuando nos muramos habremos de dejar al menos en vida flores y cantos, por lo que el concepto fue manejar la festividad como una gran flor y un bonito canto que México le regala al mundo explica David Lombrozo quien también regresa por cuarta ocasión como director creativo.
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Una vez aterrizada la temática, se pasa al diseño de producción y arte, donde las ideas se transforman en carros alegóricos, empujables, personajes, vestuario y por supuesto las esculturas monumentales que cada año se visten diferente para darles una nueva vida. Para ello se buscan a artesanos de todo el país y diversas disciplinas que trabajan en conjunto con el director de arte, puesto que por segunda ocasión ocupa Pablo Fernández.
“Es un proceso de casi tres meses por pieza que requiere a un gran número de personas trabajando en una misma pieza, pues a nivel compositivo intervienen muchos elementos como fibra de vidrio la madera, termoformados, plásticos y hasta flores naturales, entonces se necesitan especialistas para cada área”, desarrolla Fernández.
Además, explica que una de las decisiones clave de este año en el proceso de diseño fue el rescate de la Catrina como el ícono del Desfile de Día de Muertos, por lo que se retomó el boceto original de Diego Rivera para complementarlo con elementos artísticos y tradicionales del país.
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La familia del taller del Desfile de Día de Muertos se expande
Si bien cada una de las piezas anteriores, desde aquellas utilizadas en la película de James Bond hasta las diseñadas específicamente para la edición del año previo son reutilizadas en cada nuevo desfile, estas se integran temáticamente y en algunos casos se renuevan a través del vestuario o posicionamiento.
Sin embargo, Pablo Fernández detalla que esto también depende de la recepción del público sobre cada pieza: “El año pasado desfiló por primera vez nuestra Frida y la respuesta fue sumamente favorable, por lo que este año buscamos darle aún más cuidado en el Taller del Desfile de Día de Muertos para su regreso”.
Además, cada edición añade nuevos elementos. En esta ocasión, por ejemplo, habrá cuatro nuevas piezas, entre las que destaca la figura monumental de Mictlantecuhtli quien es el dios prehispánico que mora la entrada del inframundo mexica: el Mictlán. “Decidimos incorporar a este personaje porque cuando se habla de deidades precolombinas siempre se piensa en las mismas y nunca se habla sobre aquella que es la primera representación de la muerte en el territorio nacional”, comenta Lombrozo.
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La pieza mide 4.20 metros durante la mayor parte del recorrido, pero en algunos puntos esta se levantará de su trono para alcanzar los 7 metros de altura y ofrendar los huesos que lleva a la muerte. Los encargados de realizar esta magna obra son precisamente el equipo de Última Hora, quienes trabajaron directamente en la escultura desde su concepción.
Este personaje será uno de los nuevos integrantes en el Taller del Desfile de Día de Muertos, pero por el momento aún se encuentra en el Faro de Oriente donde está recibiendo los últimos detalles. “Alrededor de 30 personas hemos trabajado en esta pieza, cada una por ocho o 10 horas al día y durante esta última semana serán hasta 12 horas para terminarla”, puntualiza Osorio.
La dificultad explica Raúl es que si bien previamente habían trabajado con piezas móviles, nunca con una que se levantara, lo que representa un reto en términos de ingeniería, pues necesita elevarse sin que se vea estorboso o detenga el ritmo del Desfile de Día de Muertos.
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La muerte cobra vida un año más
A la par del diseño de arte se desarrolla también la coreografía del Desfile de Día de Muertos y posteriormente se hacen las audiciones de voluntarios, a quienes se les asigna personaje para después asistir a pruebas de vestuario, maquillaje y por supuesto a los ensayos. “Los voluntarios son el alma de este desfile, pues es gracias a su tiempo, esfuerzo y energía que podemos compartir esta tradición con todo México y con el mundo. Lo mejor es que llega gente de todos lados y edades, por lo que al final se genera una comunidad que los acompaña aún después del desfile”, comenta Anabel Cantú.
Una vez que todo esto está listo, el equipo de stage management pone los tiempos y ritmos finales para que en la fecha del Desfile de Día de Muertos todo esté listo desde primera hora: desde el maquillaje, vestuario y banderazo de salida hasta la llegada a la meta.
Al terminar, cada pieza de vestuario y escenografía se desmonta, desembala y almacena en el Taller del Desfile de Día de Muertos para evitar el desgaste natural y que al siguiente año vuelvan a ser pintadas o incluso intervenidas bajo un nuevo concepto y así incorporarse a la narrativa de la próxima edición, cuando esta labor titánica se repite una vez más para darle vida a la muerte.
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