Chilango

Y que no me digan en la esquina…

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No, no te las tienes que dar de policía federal ministerial, ni poner a alguien a seguir a tu pareja como en esos programas chafísimas gabachos. 

Vamos, el simple hecho de tener dudas (y no nos referimos a una cuestión patológica de celos) es una señal de alarma. Ese sexto sentido que tanto hombres como mujeres tenemos se agudiza con nuestra pareja, porque, vaya, seamos realistas, hay actitudes, comportamientos, cambios en rutinas que nos ponen en alerta. Pero bueno, tampoco es tan fácil, porque si andamos con alguien pues es porque nos hace felices y quizá planeamos algo a futuro, en una de esas te ves al lado de una tienda de vestidos de novia imaginando cuál escogerías (o de anillos de compromiso adivinando la talla de tu novia) lo cual significa que estás enamorado y eso a veces hace que no nos demos cuenta de la cruel realidad.

Pero para no llegar a que nos rompan la mandarina en gajos, aquí te pasamos al costo algunos consejos, así que: aguas infieles, porque los tenemos en la mira.

Elementos contradictorios

Tal como en una investigación en el Ministerio Público: lo que uno debe hacer es atar cabos y aquí las contradicciones son un elemento (casi) irrevocable (a menos que tu pareja sea como Dori de la película de Nemo, el pez que tenía pésima memoria a corto plazo…). Si te dice que fue con un amigo a tomar unas chelas a un bar en la Roma y después te sale con que llegó tarde porque había un tráfico del demonio desde el bar de Polanco, pues como que aquí hay gato encerrado.

Evasión de datos concretos

Cuando le preguntas a tu pareja: ¿en qué bar y con qué amigo? (Tampoco en un afán de stalkear, sino simplemente para saber qué hizo durante la noche) y te contesta con evasivas: alerta roja. El simple hecho de decir lugares y nombres concretos los compromete a dos cosas: crear una historia en torno a lo que te está contando y huir en caso de que alguien más haya estado ahí. ‘Ah, estabas en La Nacional, qué curioso, ahí también estuvo mi hermana y no te vio’. Tómala, barbón.

Llamada misteriosa

Tu novia/o y tú salen a pasear, deciden ir por un helado y en el trayecto, suena el teléfono y él contesta, detiene su coche y ¡se baja a hablar! Los minutos pasan y cuando se vuelve a subir al coche te dice: ‘perdón, era mi mamá que quería saber unas cosas’. Ah, ajá, órale.

El arma del delito

En realidad, la manera en la que utiliza el celular es la forma en la que puedes descubrir muchas anomalías: mensajes a deshoras; si te acercas y está al teléfono, cuelga; lo deja sonar y sonar y sonar y sonar hasta que en un momento lo pone en silencio y lo voltea para que no veas quién llama; se levanta por la madrugada y lo encuentras en la sala ‘googleando’. Por favor, ¿a quién le inquieta tanto la reproducción del caracol como para levantarse a buscarlo en Google a las 3 de la mañana?

Los testigos atolondrados

Carlos es su mejor amigo, así que en algún momento puede llegar a aflojar alguna información clave para que te des un quemón de lo que está pasando. Si te dijo que salió con él y de repente te topas con Carlos y te da otra versión, bueno, pues ya tienes un dato más.

Ah, el tan nombrado Facebook

No pretendemos que se conviertan en unos intensos que desconfíen por todo de su pareja, eso tampoco está chido, pero bueno, nunca está de más afilarse un poco más el colmillo. Si de repente le escribes un comentario cariñoso en su muro (porque así siempre lo has acostumbrado y sabes que a él/ella no le molestan esas cosas) y de repente desaparece porque lo borró, quizá sería bueno que le dijeras: no le saque.

Al paredón y dos balazos

De repente, tu amorcito te empieza a encontrar mil millones de defectos: que si tu pelo, tu ropa, tu forma de comer, de hablar, de caminar, vaya, hasta la forma de tomar los cubiertos, todo, absolutamente todo le molesta de ti. Oh, pues, así te enamoraste de mí, ¿o no?

Dicen que la distancia es el olvido…

Aunque el autor de esa canción no conciba esa razón, aquí y en la gran China todos sabemos que es cierto. Si tu pareja comienza a poner mil pretextos para que tú y él/ella se encuentren, los días pasan y no lo ves y además no contesta tus llamadas, y aquí viene la peor de todas: evita el sexo y cuando tienen es cada que pasa el cometa Halley, puedes concluir una de dos cosas: o lo buscan por algo truculento que hizo y evita cualquier contacto humano o de plano ya te quiere mandar a la goma porque hay alguien más en su horizonte.

¿Grito de independencia?

Tampoco es que te pongas en llamas cuando te diga que va a salir con sus amigos/as, la neta es justo y necesario que uno tenga momentos de esparcimiento con nuestros queridos cuates. Pero si ya cada fin de semana te dice que va a salir y no estás incluido en el plan: ojo, mucho ojo.

La sentencia condenatoria

Cuando te diga: ‘tenemos que hablar’… no, bueno, ya estuvo. Si no previste todos los signos puede ser que termine en una ruptura inminente y que tu amorcito se vaya a consolar a los ‘brazos’ de alguien más. Así que lo mejor es que se alivianene, mantengan una buena comunicación y aflojen sus penas, pues eso de buscarse alguien más y engañar a otra persona, no está padre, o bien, ser el engañado en cuestión, mucho menos.