Oye oye, despacio, cerebrito
Por: Nancy Martinez García
Velas, cena, chocolate, fresas… toda una ambientación perfecta para que esta noche cene Pancho. En el preámbulo todo es magia, promesas y muchas expectativas. Pero en lo que empieza a darle, termina.
– ¿Ya? Mmta… apenas empezaba a sentir algo. ¿Neta? ¡No manches! Pues ahora a darle yo sola en el baño.
Sí, la neta es que eso apesta. Y es que hay tantos motivos por los cuales un hombre puede enfrentarse a esta situación que es capaz de tumbarle la libido a cualquiera.
Aquí les van algunos detalles sobre el asunto:
Son dos motivos
Se denomina eyaculación precoz o temprana cuando el hombre llega al orgasmo entre 2 y 4 minutos después de haber empezado a darle duro y tupido. Hay incluso algunos casos que es a los segundos de haber comenzado.
La principal causa es la psicológica y se basa en el estrés y la depresión. Y pues… cómo no. Que si el trabajo, que si tu jefe está encima de ti jorobándote para que le entregues el reporte antes de las 6 y ya son las 5:50, el tráfico y miles de cosas que generan que uno viva con el alma en un hilo. Pues claro, a la hora de darle al mastique se le sale la emoción por todos los poros.
Otros factores psicológicos pueden la ansiedad, la culpa y no: no crean que la edad es un factor psicológico. Bueno… si tu edad significa un motivo de ansiedad, pues sí.
Otra causa es la física. Puede ser que haya alguna enfermedad o alguna cuestión estructural, problemas con las hormonas, pero la neta… es poco frecuente por esta causa. Y no: no crean que por masturbarse mucho van a tener eyaculación precoz.
La principal es la ansiedad, la presión de la pareja y la sensibilidad ante la estimulación. Calma, que no cunda el pánico.
En esta ocasión le traemos para usted…
Existen diferentes métodos, entre ellos se encuentran:
Sí para y no sigas, sigas: el hombre para durante 30 segundos, se le baja el ímpetu cuando sienta que está a punto de terminar y sigue. A muchos les funciona a la perfección.
Aprieta: el método de la compresión es muy sencillo, cuando el hombre sienta que está a punto de terminar, su pareja sostiene la puntita (donde se une el glande con el pene) y lo aprieta. Suavemente, ¿eh? No se ensañen. Paran durante 30 segundos y le siguen dando.
Cremas anestésicas: chequen nuestras recomendaciones de sex shops, ahí pueden echarse un clavado y ver qué encuentran ahí.
Calmantes montes: no te apresures, relájate. Si te programas para que dures poquito, así será. Recuerda que el cerebro controla todo el cuerpo.
Con don Juan: el uso del condón es indispensable para cualquier relación sexual, pero además de prevenir ETS o chamacos, también puede reducir un poquitín la sensibilidad en el pene y evitar que termines antes de tiempo.
La posición: intenta con diferentes posiciones. Si de antemano sabes que terminas pronto haciéndolo de perrito, pues hazlo de misionero o de vaquero. Hay muchas opciones.
La medicina: hay un nuevo medicamento que se llamaPromescent que ayuda a reducir la sensibilidad sin causar adormecimiento. Pues sí, no vaya a ser que a mitad de la faena se te duerma, peor. Lo mejor es que consultes a tu médico por él. Pero ya saben, la mayoría de los casos es por cuestiones psicológicas.
¿Y en el futuro?
La expectativa de que el hombre llegue a controlar esta condición es muy buena. En caso de que de plano no les jale ninguna de estas técnicas, lo mejor será que se lancen con algún médico o psicólogo para que les eche la mano (en buen sentido, o en malo, si les late el doc).