Zafaste. Terminó la bodacheda y tú y tu pareja están que se les cuece las habas por irse a dar un volteón por el o los lugares que eligieron como sede oficial de su cancha de tiros libres.O bueno, un fin de semana con tu quiubolesqué no les vendría nada mal para desestresarse y respirar otros aires.

La cosa es así: lo que lleves en tu maleta hará la diferencia. Sí, sí, dirán que hay que llevar actitud, ganas de estar con la otra persona y mucha energía, pero eso no basta. Hay que elegir algunas cosas que te serán de mucha ayuda para que las noches sean un poco más divertidas.

Lo de cajón

Antes de empezar con todos los artefactos para encender la llama del amor, hay que ir por los básicos. Si se lanzan a una playa, no se les olvide meter un buen bronceador porque eso de quedar quemado tratando de encontrar una tienda que venda aloe vera para aliviar el ardor, no está chido. Y ni qué decir de la arruinada que le van a meter a las noches de pasión. Así más vale prevenir.

Lentes, algún sombrero o gorra y traje de baño para lanzarse a la playa también son obligatorios. Una vez que estén adentro del mar pueden omitir el traje de baño y darle vuelo a la hilacha… Total, nadie se va a dar cuenta.

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Si se lanzan a un lugar donde nieva, seguro ahí podrán rentar trajes para esquiar. En realidad, si eligen algún hotel que cuente con sistema de calefacción, ya la hicieron. Pero tampoco está de más llevar chamarras, suéteres, bufandas y toda la artillería.

Ahora bien, la ropa íntima debe ser meritoria de un galardón. Pero más allá de eso, lleven ropa con la que puedan jugar y divertirse. Algún traje de poli, alguna malla que cubra todo el cuerpo, de esas que tienen los orificios más grandes ubicados en lugares estratégicos.

Para el jugueteo

Lleven unos buenos vibradores o dildos. Esto les ayudará a que la acción sea mucho más intensa y divertida. El punto es que la luna de miel sea diferente a todas las sesiones de cadereo previas. Y bueno, para aquéllos que entregarán su flor el mero día de la boda, tampoco está de más.

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Eso sí, incluyan lubricantes de agua para hacer que las cosas fluyan con más facilidad. Metan todo esto a la maleta para evitar eventos bochornosos a la hora de pasar por las máquinas que inspeccionan tu equipaje de mano.

Griten que van de luna de miel

Sí, la mayoría de los hoteles o de los cruceros ofrecen detalles especiales a los lunamieleros. Puede que sea una botella de vino, chocolates o flores. Algún detallito cursi nunca está de más. En algunas ocasiones les van a pedir el acta, así que si la meten a su maleta sería una buena idea.

Lejos de la chaviza

No, no es que seamos anti chamacos, pero estar cerca de un chavito que se la pasa gritándole a su mamá que ya quiere irse a jugar durante la comida, no está chido. Y ni qué decir de aquellos que se meten a la alberca y sueltan algún detallito en ellas o de las mesas embarradas de chocolate durante los buffets. Neta, no está chido. Elijan algún hotel que sólo sea para adultos, de hecho hay varios que no se ponen punketos si andan en pelotas. Nunca está de más sentirse libre y fresco como una lechuga.

Comunicación…

Eviten postear cada momento de la luna de miel. Ok, está bien que quieran farolear de los lugares que visitarán, pero eso de publicar lo que comen, los lugares que visitan y toda la sarta de cosas que conozcan, hará que los momentos de pasión se corten. No está padre que tu pareja esté colgada de su teléfono todo el tiempo y que tú intentes hablarle sin que te escuche. Así que mejor no lo hagan.

La paseada

Compren guías turísticas, llamen a los bancos donde tienen sus tarjetas de crédito, no vaya a ser que a la mera hora no se las acepten… Busquen restaurantes que sean buenos, bonitos y baratos, así sabrán a dónde ir y a la segura.

Así que ya saben, aprovechen estos días para estar a solas con su pareja y aprovechen bien el tiempo. Y si ya se fueron de luna de miel, compartan los consejos que les ayudaron a que fuera una maravilla.

Cuenten cómo les ha ido en estos menesteres.