¿Una sobadita?

En general se trata de lo que los sexólogos llaman “ansiedad de rendimiento” (fijación por el éxito del coito), que acaba en el excesivo protagonismo de los genitales. Y es entonces cuando la anorgasmia femenina se sustituye por hasta dos minutos (cronometrados en experimentos) de gritos, espasmos y gemidos, y cuando las disfunciones eréctiles masculinas toman vigor y una sensibilidad renovadoras.

Afortunadamente hay una receta cerrada, y el maravilloso misterio en torno al mejor método de aproximación a otro cuerpo y a otra mente no está resuelto. Hombres y mujeres no respondemos igual al contacto corporal. En ellas las caricias desaceleran su presión sanguínea; el ellos Permanecían más impasibles.