Y aquí viene de nuevo. Esa temporada en la que todos, absolutamente TODOS (o bueno, una gran mayoría) están enajenados con sus pantallas de televisión a tal grado que han planeado meticulosamente sus agendas para poder chutarse los partidos del Mundial.

A ti, en realidad, te vale sorbete que una bola de tipos persigan un balón sobre un campo verde. Lo único que quieres es que alguien te anote un gol y que ese alguien, específicamente, sea esa persona que tienes en mente.

Pero la neta, seamos sinceros: está canijo. O sea, el sexo es una de las partes más chidas y divertidas que existen, pero esta serie de partidos no son unos jueguitos simples de cascarita… o sea, es EL Mundial.

Sí, sí, sí, sabemos (de nuevo) que te importa un carajo y por eso, te pasamos al costo algunos consejillos para que le digas a tu quiubolesqué: ven y hagamos en esta cancha un Mundial.

Fuera de lo cotidiano

Se los diremos una vez más: la rutina y la cotidianidad aburren a una pareja y meterle un chispazo de lo que viene siendo la novedad les va a cambiar el panorama.

Si son aventados, propónganle una onda swinger, sexo en lugares prohibidos, ir a un cine porno, lanzarse de viaje y echarse un tiro a mitad de la carretera… fuera del coche (o mejor aún: sobre el coche).

Sabor a ti

Empleen el recurso de: más aplausos, menos ropa. Claro que para esto deben hacer uso de sus mejores galas. La ropa comestible es una buena opción: sexy, chiquititita y lo mejor: rica. O bien, para variarle a la onda de los condones, compren aquellos que tengan sabores que les gusten. Que a todas éstas, señores creadores de la industria del sexo: deberían crear un condón con sabor a pizza fría. Delicatessen.

Tú las ‘trais’

Jueguen, diviértanse, compren un dildo o un vibrador y úsenlo en pareja. Si supieran la cantidad de proezas que pueden hacer con uno de esos aparatitos se olvidarían de cualquier partido del Mundial.

Experimenten con nuevas posiciones y hagan un juego de roles. Digamos que no es ponerle el cuerno a tu pareja, pero al menos se imaginan que lo están haciendo con alguien más. De nuevo: el punto es quitarle el protagonismo al fútbol.

Por tiempos

Dividan el tiempo: 45 minutos para una cena que no se podrá comer después, puesto que fría o recalentada sabe mal y otros 45 minutos de jugueteo previo y patadas en el campo. La cosa está así: ser la atracción principal durante los partidos clave o morir en el intento. No hay vuelta de hoja.

La banda

Si todo esto no funciona, se pueden valer de la presencia de sus cuates. Sí, probablemente los planes para ver los partidos de futbol sean con ellos, por lo que les proponemos que la emoción aumente cuando están todos reunidos. ¿Un medio tiempo aburrido? Échense un tiro rapidito. ¿El partido parece que nunca va a acabar? Llámala/o a que vaya al cuarto a que vea ‘algunas cositas’. Nada mejor que un duelo en vivo.

Acorralen

Cuando comience el partido, entra en escena. Una sesión de sexo oral para calentar motores no se le niega a nadie. Y qué mejor si utilizas algunas técnicas como hacer vibrar la boca o utilizar algún dulce que vendan en las sex shops. Ay, ¿a poco se negarían?

Simón dice…

Aún estás a tiempo: contrata un canal de videos más acá y a la hora de los partidos, como quien no quiere la cosa cámbiale. Sí, puede ser que al principio se enoje, pero cuando le propongas imitar TODO lo que sucede en la pantalla, cederá.

Evasión

Ahora bien: si el plan es ver el partido en algún otro lugar que no sea su nido, bueno pues proponle que tú seas quien maneje. En cuanto se acerquen al destino, llévalo/a a un hotel donde sepas que tú podrás controlar la situación. Ojo: todo depende de cómo manejes todo, aquí te podrías enfrentar a su furia, el punto es prometerle 90 minutos de felicidad.

La tarea no es fácil, el rival es bastante duro y tu pareja puede convertirse en un ser furioso si no lo/a dejas ver ni un solo partido. Pero bueno, qué tanto es tantito de liberarlo una que otra vez de la tensión frente al televisor y entrar en calor de vez en cuando.

¿Y entonces, tendrán su propio Mundial?