Filas y filas en la reapertura de los centros comerciales
Largas filas de espera, visitantes de la tercera edad y una volátil #SanaDistancia fue lo que se vivió en la reapertura de centros comerciales en la CDMX
Por: Colaborador
Vía: Samuel Cortés
El primer día de la reapertura de centros comerciales en la CDMX transcurrió entre aciertos en el cuidado de las medidas sanitarias oficiales e incumplimientos de protocolos en la recepción de personas.
El gobierno capitalino autorizó retomar actividades económicas de manera controlada a pesar de la emergencia sanitaria registrada en el país y el mundo por el COVID-19, decisión acompañada de distintos lineamientos de seguridad, como que un visitante no pueda permanecer más de 60 minutos en el recinto comercial.
¿Cómo fue la reapertura de centros comerciales en la CDMX?
Con un aforo moderado, control efectivo de ingresos acompañado de lectura de temperatura corporal y la observancia del uso obligatorio de cubrebocas o caretas, recintos como Parque Delta o Pabellón Cuauhtémoc, ubicados en la alcaldía Cuauhtémoc, lograron un día de operaciones regulares, precavidas, con atención a las medidas de seguridad instruidas desde la administración pública.
Sin embargo, también se registraron algunas transgresiones a los lineamientos de seguridad sanitaria, como falta de sana distancia entre personas interesadas en ingresar a Parque Delta, adultos reunidos al interior de los recintos, incluso tomados de la mano, cuando la instrucción es que las personas adultas solo podrían ingresar solas o en acompañamiento de adultos mayores o menores de edad.
Hacia las 11:00 horas de este miércoles 8 de julio, decenas de interesados en retomar la vida cotidiana de consumo en centros comerciales abarrotaron la banqueta norte de la calle Obrero Mundial. Los visitantes esperaban ansiosos alrededor de 20 minutos para ingresar al recinto.
Mientras avanzaba la fila, un empleado de una tienda de ropa deportiva, ubicada al interior del Parque Delta, quien solicitó permanecer en el anonimato, lamentó la falta de previsión administrativa para habilitar un ingreso exclusivo de trabajadores.
Explicó que sus compañeros y él fueron convocados a trabajar desde días antes de la reapertura para preparar la recepción de clientes, sin embargo hoy fueron orillados a formarse en la misma fila lenta de los clientes, sin cálculo operativo.
En conversación con Chilango, el inconforme explicó que su hora de entrada es a las 10:30 h, sin embargo señaló las 11:15 que marcaba su reloj pulsera para enfatizar que ya llevaba un retraso importante, con el riesgo de ser sancionado con retardo por sus patrones.
“Vas y vienes y todavía me encuentras aquí formada”, comentó con humor y sarcasmo una peatona que pasaba junto a la aglomeración de pacientes consumidores.
En contraste con el nerviosismo del trabajador de la tienda de ropa deportiva y la caminante, apenas entrando al recinto comercial se pudo observar a parejas sentadas a la mesa en distintos comercios de la planta baja. Pacientes y con calma disfrutaban su desayuno y una charla frente a sus vasos de jugo de naranja.
A pesar de los riesgos de la emergencia sanitaria y de las advertencias realizadas por las autoridades federales y locales para llevar a cabo solo salidas esenciales, los comensales aprovecharon la reapertura de restaurantes para el esparcimiento, largamente retrasado por las medidas de confinamiento, la jornada nacional de sana distancia, primero y, más adelante, las dinámicas de la nueva normalidad.
La necesidad de la conversación recreativa se entiende, sin embargo, cuando también las autoridades y encargados de la salud en países sumamente afectados por el coronavirus, como Chile y Perú, han subrayado que el cuidado de la salud mental y emocional es otro de los aspectos a tomar en cuenta en el proceso de respuesta social, ciudadana y humana ante la enfermedad y sus impactos.
“Si puedes seguir quedándote en casa, hazlo”, reitera el gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, y extiende el recordatorio acerca del uso indispensable de cubrebocas, el lavado constante de manos y la conservación de sana distancia entre quienes salen a recorrer el espacio público.
En tanto, Sara Perea, coordinadora de piso de la tienda de ropa American Eagle Outfitters, en Parque Delta, evaluó como positiva la reapertura, aunque advirtió que debe desenvolverse con cuidado riguroso y atención a las medidas de contención del COVID-19, que en México acumula 275,003 contagios confirmados y 32,796 fallecimientos, de acuerdo con el recuento que elabora la Secretaría de Salud federal.
“Esperemos que todo vaya poco a poco, tenemos un aforo máximo de 32 personas en nuestra sucursal y, conforme vaya llegando la gente, las recibiremos como siempre. Creo que poco a poco se irá retomando el ritmo, como antes”, explicó en entrevista con Chilango.
En el primer día, Perea vio con buenos ojos el proceso de reapertura, pero estimó que no será antes de octubre o noviembre cuando la tienda a su cargo retome los volúmenes de venta y actividad registrados antes de la pandemia de coronavirus, que ha provocado la muerte de 546,318 personas en el mundo y, además, acumula 11 millones 921,616 de contagios confirmados, de acuerdo con el recuento que elabora la Universidad John Hopkins, de Estados Unidos, con información oficial de cada país.
En Pabellón Cuauhtémoc, ubicado frente al Hospital General de México doctor Eduardo Liceaga, donde se atiende a pacientes COVID-19, la aglomeración es mucho más modesta, aunque igualmente el personal de la plaza verifica que los clientes ingresen con cubrebocas y mide su temperatura corporal con pistolas electrónicas.
Unos cincuenta pasos más adelante de la entrada del recinto comercial, para acudir a Sanborns o a las oficinas de atención al cliente de Izzi, los asistentes deben volver a formarse en espera de una nueva oportunidad de ingreso.
Lo mismo sucede en los sanitarios, donde personal de limpieza procura que los visitantes atiendan los estampados en el suelo que garantizan la distancia de al menos un metro y medio entre un cliente y otro, además de evitar que más de nueve personas entren al mismo tiempo al mismo baño.
Tal vez, incomodados por la posibilidad de exhibición ante la opinión pública, diversos clientes que fueron abordados por Chilango en ambas plazas comerciales rehusaron explicar sus motivos para visitar tiendas de ropa, alimentos, electrónicos y libros en medio de una emergencia sanitaria que ha transformado para siempre la historia del 2020 a escala mundial.
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