A tan solo unos pasos de la avenida Tláhuac, en la Cerrada 16 de septiembre, y rodeada por comercios y apenas percibida por los transeúntes, se encuentra una construcción de piedra, los únicos vestigios de un molino de papel de tiempos de la Nueva España. ¿Pero qué tiene de maravilloso, curioso o especial? Este no se trata de cualquier molino, es nada más y nada menos que el primer molino de papel que vio este continente.

En aquella época, un molino de papel no era cualquier cosa, aunque suene exagerado, se trataba de un instrumento para la pronta evangelización de las tierras recién conquistadas. Debido a que traer papel tardaba demasiado en llegar desde Europa, los agustinos del convento de San Juan construyeron el molino y así contribuir a la misión. Los primeros datos de su aparición surgen en una Relación Geográfica de 1580, aunque se cree que este ya tenía años en funcionamiento.

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Foto. Google

La Ciudad de México estuvo a punto de quedar sin esta huella histórica, antes de ser la urbanización en la que el pueblo de Culhuacán se convirtió, la zona era tiradero. También se dice que los muros en ruinas eran utilizados por carrancistas como paredón para fusilar a sus enemigos. Sin embargo, el terreno fue recuperado al ser heredado por Teresa Ambriz en 1957 quien sospechó sobre su valor histórico.

25 años tuvieron que transcurrir para que las sospechas fueran atendidas, cuando en 1982 se construyó el Centro Comunitario Culhuacán en el cercano exconvento de San Juan Evangelista. La zona se limpió, se pavimentó y los restos fueron rescatados, fue en ese proceso que se descubrió la reliquia de la que se trataban: el primer molino de papel de América.

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Además de los muros en ruinas, también se encuentra una rueda, primordial para el funcionamiento del molino. En esta zona se aprovechó una caída de agua y un manantial para poner en movimiento una rueda, la cual es conocida como rueda aguadora. En dicha época las ruedas aún eran elementos desconocidos por los indígenas como medio de arrastre. Su función era reducir los trapos a pulpa con ayuda del agua.

Foto. Wikimedia Commons

Puedes encontrar estas piezas en el Centro Comunitario Culhuacán, también conocido como exconvento de Culhuacán, en la calle Morelos no. 10, Col. Culhuacán en la alcaldía de Iztapalapa.