Hay algunas palabras de antaño que muchos entendemos, pero ya casi nunca usamos porque creemos que suenan pasadas de moda. Otras, de plano las escuchamos de nuestras tías y nos quedamos con cara de signo de interrogación. Pero, ¿no estaría bueno rescatar estas bonitas palabras del habla popular de antaño?
Aquí van 33 palabras de antaño con sus significados y ejemplos
Congal: se usaba para referirse a los lugares de diversión de baja categoría y de dudosa calidad moral: «No deberías ir a ese cabaret, es un congal».
Muina: enfado, coraje, enojo: «Me dejó plantada y me dio mucha muina». También sirve como verbo: «tus groserías me hacen enmuinar».
Barrabasada: acción por lo general impulsiva o mal ejecutada que suele causar daños: «Vamos a tener que llevar el coche al hojalatero por tus barrabasadas».
Aposhcahuado: Descomposición por causa de la humedad: «Dejaste la toalla mojada en el bote y está toda aposhcahuada».
Cuelga: regalo: «Oye, ¿y qué te dieron de cuelga en tu cumpleaños?»
Desconchabado: descompuesto, inútil: «tengo manita, no tengo manita, porque la tengo desconchabadita».
Despanzurrar: reventarse algo que está lleno, esparciéndose el relleno: «Ay, te traía un dulce pero se despanzurró».
Imberbe: muchacho joven, que aún no tiene pelo facial: «Ese chamaquito imberbe ya anda pretendiendo a una muchacha».
Albricias: exclamación de alegría cuando llegaban buenas noticias: «¡Al fin acabé la tesis, albricias!»
Dispensar: perdonar: «Dispénsame, no pensé que me tardaría tanto».
Chaperón: persona encargada de vigilar a parejas jóvenes con el fin de impedir conductas inapropiadas: «Sí me dejaron salir, pero con mi hermano de chaperón».
Jacarandoso: alegre, desenvuelto (se usa también como «cachondo»): «Esos mojitos me pusieron jacarandoso».
Mitote: Era una danza indígena donde se bebía al son de la música, tiempo después se usó solo como alboroto o desorden: «A ese vecino tuyo es un mitotero».
Molote: chongo: «No te compliques, hazte un molote en el pelo y vámonos».
Palomilla: conjunto de amigos: «Vamos a ir de fiesta con la palomilla».
Vuelto: cambio: «Pero me traes mi vuelto, no te lo gastes en las maquinitas».
Desprolijo: descuidado o poco esmerado: Suele aplicarse a las personas que procuran poco su arreglo personal. «No vas a salir así, toda desprolija».
Soponcio: desmayo, por lo general por malas noticias o disgustos: «¡Niña, compórtate que me vas a provocar un soponcio!».
Titipuchal: gran cantidad de cosas o personas: «Había un titipuchal de gente en el metro».
Champar: echar en cara, reprochar: «ya me cansé de que me estés champando que una vez me prestaste dinero».
Acedo: agrio, ácido (aplica a cosas y persona): «No metiste los frijoles al refri y se hicieron acedos».
Gobernar(se): controlarse, mesurarse: «Gobiérnate, ya vas a empezar a hacer el ridículo».
Jolgorio: fiesta, reunión donde hay mucha diversión: «Cáele al jolgorio, se va a poner bueno».
Pamplinas: cosa de poco valor o utilidad. Se usa como forma de descalificar algo: «¡Pamplinas! No me vengas con esas cosas».
Pingo: diablillo, persona que tiene cierto grado de maldad o muy inquieta: «A mí no me engañas, tienes toda la cara de pingo».
Alipús: trago de bebida alcohólica: «No lo dejes manejar, ya trae sus alipuses
encima».
Popof: expresión despectiva para referirse a personas de clase alta o que pretenden serlo: «Yo no voy a esas fiestas, va pura gente muy popof».
Pocillo: vasija pequeña, taza: «Sírveme té en ese pocillo, por favor».
Francachela: reunión donde las reglas de etiqueta están de más. También sinónimo de «parranda» (palabra que ya se usa poco también): «Mi tío era famoso por las francachelas que se hacían en su casa».
Zafarrancho: pelea: «se armó tremendo zafarrancho».
Respingo: sacudida del cuerpo, causada por sobresalto o sorpresa: «Asusté al gato con un pepino y pegó tremendo respingo».
Vituperio: acción que causa perjuicio o deshonra: «¡No voy a permitir que vengas a vituperarme a mi casa!»
Cantaleta: historia repetitiva: «ya viene otra vez con la misma cantaleta».
Bodrio: cosa mal hecha o de mal gusto: «Las canciones de Pitbull son un bodrio».
Por supuesto faltan muchas otras palabras de antaño, como «mequetrefe» o «suripanta», pero ya nos daremos a la tarea de hacer una lista sólo de insultos del habla mexicana de antaño. Mientras tanto, díganos: ¿qué otras palabras hubieran puesto ustedes en esta lista? ¿Cuáles todavía usan?
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