Nuestra ciudad está llena de barrios y colonias ancestrales que esconden entre sus calles grandes historias. Algunas sobrenaturales y otras más de la época de la conquista. Revive con nosotros algunas leyendas del norte de la CDMX.
Varios de estos relatos son vistos solo como mitos urbanos. Pero muchos otros están enlazadas con la historia de nuestra ciudad y hasta de nuestro país. Te invitamos a conocerlas para que así sigan manteniéndose vivas.
Leyendas del norte de la CDMX
La mujer fantasma de la Villa
Parece que la ciudad abundan los fantasmas, pues hay muchísimas leyendas sobre aparecidos. Sin embargo, nadie se salva, ni la como Basílica de Guadalupe.
Y es que desde hace años, los pobladores de la zona y visitantes de este santuario aseguran haber visto un fantasma. Supuestamente se trata de una mujer que camina (o más bien flota) por toda la explanada.
Lo peculiar es que siempre lleva en sus manos una o dos velas encendidas. Pero no importa si hay viento o si se está cayendo el cielo, porque su luz nunca se apaga. Se pasea por toda la Basílica y se queda un largo rato frente a los altares, como si rezara.
Después de un rato se va atravesando las paredes o simplemente desaparece.
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La vela del marino
Otra de las leyendas del norte de la CDMX que también tiene lugar en La Villa, se relaciona con un exvoto u ofrenda que, a pesar de su gran tamaño, pasa desapercibida por muchos visitantes a la Basílica.
Hablamos de una estructura que tiene forma de naufragio. Sobre todo, destacan tres velas sobre un mástil de un barco. Se ubica en la falda sur del cerro del Tepeyac.
Hay varias versiones sobre la historia detrás de este monumento. Pero todas coinciden en que se trataba de un marinero que se hallaba en altamar cuando una tormenta casi destroza la embarcación. Sin embargo, uno de los tripulantes no perdió la esperanza e imploró a la Virgen de la Guadalupe que los salvara. Mientras rezaba, prometió llevarle el palo de la embarcación como ofrenda.
Todo indica que la tripulación sobrevivió y cumplió su palabra. Llevaron varios palos del navío y alzaron una construcción de piedra. Sin embargo, y paradójicamente, fue tirado por el viento. Actualmente lo que se puede ver es una reconstrucción de este monumento.
El árbol de la Noche Triste
Entre las leyendas del norte de la CDMX está la del árbol de la Noche Triste. Sobre todo, porque parece ser que nadie se pone de acuerdo sobre dónde está el icónico ejemplar donde Cortés lloró después de ser derrotado por los mexicas en 1520.
Y es que algunos afirman que el ahuehuete en cuestión es uno que se ubica por el paradero del metro Tacuba. Otros más pelean que se encuentra en Popotla (aunque este ejemplar ya está prácticamente muerto). Y hay todavía personas que aseguran que más bien está en San Totoltepec, Naucalpan.
No importa a cuál de estas colonias vayas. Cada uno de sus habitantes jurará que su árbol es el original. Pero eso no importa, porque aún los estudiosos dudan de si realmente Cortés vivió este episodio tras ser derrotado.
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La historia de Cañitas
Muy cerca, en el barrio de Popotla, está el lugar donde se desarrolla una de las leyendas del norte de la CDMX que nació como un caso real. Se trata de la Casa de Cañitas que se hizo muy famosa durante los 90.
Todo comenzó con un libro que narraba supuestos hechos reales y paranormales en el #51 de la calle Cañitas. Se habla de juegos con la ouija, posesiones, cementerios perdidos y hasta muertes devastadoras.
Sin embargo, con el paso del tiempo este suceso empezó a carecer de veracidad y más bien parecía un intento de ganar dinero. Aunque todavía hay chilangos que aseguran que cerca de esa casa se siente una vibra extraña.
Pero si quieres sentir un ambiente realmente pesado, mejor camina hacia el #54 de la calle Mar del Norte, en el barrio de Tacuba. Pues en esa casa sí sucedió algo atroz: ahí vivía Goyo Cárdenas, mejor conocido como “El Estrangulador de Tacuba”.
El bailarín de Tlatelolco
Para la siguiente de las leyendas del norte de la CDMX nos movemos hacia Tlatelolco. Y es que esta zona habitacional vio pasar la tragedia del 2 de octubre y también fue testigo de varias muertes en el temblor de 1985.
Por eso, no es de extrañar que los habitantes de Nonoalco Tlatelolco aseguran haber visto distintos fenómenos paranormales. Uno de ellos es el llamado “bailarín de la plaza”.
Dicen que se trata de un joven vestido de blanco que aparecía alrededor de las 02:00 en la Plaza de las Tres Culturas. Varios vecinos aseguran que este joven parecía salir de la iglesia y corría por la zona arqueológica para ir de nuevo al atrio de la iglesia para ponerse a bailar.
El cronista Cuauhtémoc Abarca Chávez describe que se trataba de un estudiante de danza que murió en los hechos del 2 de octubre. Sin embargo, gracias a una vecina y a una ofrenda monumental, parece que este fantasma encontró la paz.
Oh là là, señor kiosco
No hay duda de que el Kiosco Morisco, en Santa María la Ribera, es un tesoro arquitectónico. Sin embargo, su origen también es parte de las leyendas del norte de la CDMX.
Fue diseñado en el siglo XIX por José Ramón Ibarrola y se planeó como el Pabellón de México en la Exposición Universal de 1884 en Nueva Orleans. Sin embargo, fue hasta 1906 que esta estructura llegó a la Ciudad de México y se instaló en la Alameda Central hasta 1910.
Sin embargo, durante años muchas personas aseguraron que el famoso kiosco también había ido hasta París. Aunque no hay ninguna prueba de ello. Por otro lado, durante años se alimentó el mito de que en realidad había sido un regalo de un jeque árabe al gobierno de la capital.
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