El furor de la tecnología comenzó en los ochenta, cuando todos soñaban con patinetas voladoras y arcades. Obviamente las compañías de juguetes aprovecharon las ilusiones futuristas de los niñes y comenzaron a lanzar figurillas electrónicas que parecían sacados de una película, con luces, sonidos y hasta apariencia de robot. ¡Wow! Eso sí, costaban una lanota y muchos nos quedamos con ganas de tener más de uno. ¿Los recuerdan? ¿Cuántos de estos fueron motivo de la discordia con tus amixes? Hacemos un repaso por los juguetes ochenteros y noventeros que extrañamos.
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Robot 2 XL
En los ochenta apareció un robot, de la marca Tiger, llamado 2 XL, el cual causó una gran sensación entre la chaviza mexicana, incluso Chabelo llegó a promocionarlo. 2 XL era un robot que “interactuaba” con las personas gracias a unos casettes intercambiables. Lo que escuchabas dependía de la cinta que le colocaras, así que podías jugar trivia, escuchar algunos chistoretes y hasta echar el karaoke.
Tamagotchi
Crecimos para convertirnos en nuestro propio Tamagotchi, todo lo que hacemos es alimentarnos y evitar morir. ¡Turums psst! El Tamagotchi es una mascota virtual desarrollada en los noventa por Bandai, en Japón, y que se expandió por todo el mundo. Típico que el grupito de las populares traían su monito y en el recreo las veías dándole de comer.
Caricaturama
¿Magia? ¿Tecnología extraterrestre? La marca mexicana Lili Ledy sorprendió a muchísimos en los ochenta con su Caricaturama, una especie de proyector portátil para ver caricaturas. Las cintas eran intercambiables, por lo que podías ver distintas cosas con el mismo aparato.
Fabuloso Fred
Este sofisticado juguete electrónico también fue adoptado por el cuate de todos los niños —Chabelo, pues—, ya que tras aparecer en su programa las ventas se dispararon. Fabuloso Fred era un juego de memoria, básicamente había que seguir la secuencia de colores y sonidos presionando botones; si te equivocabas, sonaba una horrible chicharra. Hoy en día suena sencillo, pero cuando fue lanzado en 1983 fue la revolución de los juguetes ochenteros y noventeros mexicanos.
Furby
Deseado por muchos y el motivo de pesadillas de otros. El Furby es otro de los juguetes noventeros de las populares, era una especie de ave al que tenías que cuidar como una mascota. Una de las características del Furby es que podía parpadear y hablar, hijole, a cuántos no nos sacó un sustazo el condenado diciendo a media noche “tengo hambre”.
Barbie Sky Dancer
Las muñecas de la discordia, las cuales rompieron la relación de primas y hermanas. Estas muñecas fueron la novedad porque podían “volar”, o al menos así lo vendían los comerciales. Las Barbies Sky Dancer contaban con un mecanismo que las lanzaba al aire girando, eso sí, había que tener cuidado, si no podían picar un par de ojos.
Juguetes ochenteros y noventeros: Tetris
Sin duda el antecedente de las consolas portátiles de videojuego es el Tetris. Este aparatito de origen ruso —¡sí!, fue desarrollado en la Unión Soviética— tenía cargado varios niveles del juego homónimo, comenzando con una velocidad baja para agarrarle la onda, hasta el “nivel dios” donde caían los bloques sin piedad.
Poo Chi
Cuando los niñes que no podían tener una mascota comenzaban a perder la esperanza, apareció Poo Chi a decir: ¡Quítate que ahí te voy! Este fue uno de los primeros desarrollos de un perro robot, el cual podía caminar, ladrar robóticamente y además tenía un par de canciones grabadas. Después de Poo Chi llegó Meow Chi, Dino Chi y un par de versiones más, pero el primero fue el que robó cientos de corazones. Ayñ, los juguetes ochenteros y noventeros.
Juguetes ochenteros y noventeros: Game Boy
¡Uy! Chulada de recuerdos con este. El Game Boy es una consola de videojuegos portátil desarrollada en 1989 por Nintendo. La primera versión era a blanco y negro, los gráficos eran en 8 bit, podías jugar Pokémon, Super Mario Land y Mystic Quest. La aparición del Game Boy marcó el inicio de una nueva era, ya que a partir de ese momento los videojuegos despegaron hasta las estrellas.
Fur Real Friends
Después de Poo Chi apareció la versión más realista, con pelo y toda la cosa, de las mascotas robóticas. Los Fur Real Friends eran unos perritos que tenían movimiento limitado y sonido, los podías encontrar hasta en kioskos en las plazas comerciales. Después de lanzar perritos aparecieron también los gatitos, ratones y hasta un mono.