El amor es misterioso. ¿Por qué te enamoras de quien nunca pensaste? ¿Por qué no te enamoras de los que te aman? ¿Por qué caes con la persona incorrecta? Aquí nuestras teorías.
La dramática
Para ti la vida no tiene sentido sin pasiones extremas estilo José José. El problema es que si te enamoras de una persona igual de dramalama que tú, el dramamómetro reventará pronto.
El fantasma del pasado
Cada que Cupido se atraviesa en tu camino, te emocionas. La bronca es que tu mente te recuerda, en cámara lenta, el momento en que te rompieron el corazón… cuando tenías seis años.
Naturaleza felina
¿Tienes gatos? ¿No entiendes en qué momento te hipnotizaron y se apoderaron de tu alma —y de toda tu casa—? Reflexiona un momento en cómo se relaciona esto con tu soledad.
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Malas estrategias
Llegaste sin bañarte a la cita, hablaste de tus relaciones anteriores, hiciste chistes de mal gusto y al final “te diste cuenta” de que olvidaste la cartera. Replantéate: ¿en verdad quieres dejar la soltería?
La ceguera
Tal vez todo termina en desastre porque le haces ojos de borrego a la primera persona que te encuentras. Recuerda: estás enamorándote y no «poniéndole la cola al burro».
El eterno imposible
Saltas de crush en crush, te atraen los casados o emparejados o te enamoras de quien vive en otro continente. Mmmh… quizá te gusta más sufrir que amar.
Espíritus libres
Cuando te preguntan cuándo vas a “sentar cabeza” piensas en todos los beneficios de la soltería: desde coquetearle a media cuadra hasta usar todos y cada uno de los cajones de tu casa. Acéptalo: amas ser soltero.
Amor propio
No te gusta compartir tu postre. Odias las fiestas donde no conoces a nadie. Detestas encontrar ropa sucia ajena en tu casa. Quizá lo tuyo no es compartir tu vida, está chido.
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