Por supuesto que una mujer desnuda, armada; en una actitud desafiante y poderosa iba a sacudir el rancio decoro de la Liga de la Decencia en 1940. A tantos años de distancia, La Diana Cazadora sigue siendo imponente, erótica y nalga brava. Su creación no habría sido posible sin Helvia Martínez Verdayes; mujer cuyo cuerpo dio vida al monumento que escandalizó y erotizó a la Ciudad de México en partes iguales.
Helvia Marínez murió este febrero de 2022, a los 100 años. En entrevistas solía decir con sencillez que posar para crear la efigie era algo que “le había tocado”. Que ella no era modelo sino secretaria, -oficio al que se dedicó toda su vida-, pero le agradaba haberle dado algo a su patria.
A los 16 años tomó su traje de baño y se desnudó frente a Vicente Mendiola Quezada y Juan Olaguíbel, en su taller. Estos le explicaron cómo tensar el arco y apuntar hacia el cielo. Ese día, la mujer se transformó en la diosa virgen de la caza, protectora de la naturaleza y la luna.
Como ella misma contaba, se negó a recibir un sueldo por esa chamba. La única condición que puso, fue que no se diera a conocer su identidad públicamente. Helvia temía a las reacciones de la sociedad y a La Liga de la Decencia; a la que, curiosamente, pertenecían el propio Ávila Camacho (que siempre apoyó la iniciativa) y su esposa, doña Soledad, férrea enemiga de La Diana.
Asimismo, sintió que su trabajo y su posición social podrían estar en riesgo: no se equivocaba.
Ícono de la ciudad, musa y estrella de cine
Cuando fue inaugurada como parte del programa de embellecimiento propuesto por Manuel Ávila Camacho; el 10 de octubre de 1942, causó un gran escándalo. La figura de la diosa fue tachada de provocativa e impúdica. Entonces le soldaron un calzón. El cual se retiró en 1966.
Debido a que quedó dañada, tuvo que fundirse otra. Esa es la que vemos hoy al caminar por Paseo de la Reforma. La original está en Ixmiquilpan, Hidalgo y se le considera patrimonio material del estado.
El gran secreto de Helvia
Helvia Martínez mantuvo el secreto hasta 1992, cuando dio a conocer su identidad en un libro de su autoría; El Secreto de la Diana Cazadora. En él también confesó que 10 años más tarde, posó para La Fuente de Petróleos. Pues como trabajaba en Pemex, el Ingeniero José Colomo, subdirector de producción de Petróleos Mexicanos le dijo que sabía de su anterior trabajo de modelo. Por lo que le propuso posar debido a que requerían como figura central “a una mujer hermosa”:
“Nada más lógico que una petrolera, queremos que sea usted”.
José Colomo
Una vez que vio que su empleo no estaba en riesgo, admitió que había posado para La Diana. Helvia volvió a posar para Juan Olaguíbel. Así quedó inmortalizada en dos sitios distintos de El Paseo de la Reforma.
El anonimato no impidió que hubiera problemas para esta mujer. Si bien su puesto nunca estuvo en riesgo, tuvo problemas con su pareja Jorge Díaz Serrano, director de PEMEX en el sexenio de López Portillo, cuando le habló sobre la situación. Igualmente, de 1983 a 1988, él fue detenido y encarcelado, por lo que su matrimonio se llevó a cabo tras las rejas.
Librados esos obstáculos, Helvia Martínez tuvo una vida tranquila. Una vez que reveló su identidad y publicó su libro, contó su historia para diversos medios y en 2016, recibió un reconocimiento por parte del Senado. Además de “Las Alas de la Ciudad”, que le fueron otorgadas por el entonces Jefe de Gobierno: Miguel Ángel Mancera.
Helvia de Reforma
Su ubicación original era cerca de la entrada del Bosque de Chapultepec, luego fue llevada al paseo de la reforma donde aún para el tráfico. También se convirtió en musa, pues Efraín Huerta la inmortalizó en el poema “Buenos días a Diana Cazadora”. También fue estrella de cine; en Los Caifanes los protagonistas la visten, mientras que en la cinta El Azteca, Ernesto Gómez Cruz la besa con pasión.
Fue así como una joven secretaria se volvió ícono de la ciudad donde vivió, nació y murió. La Diana sigue en Paseo de la Reforma retando con su cuerpo a las buenas conciencias y retratando a las mujeres de la ciudad como lo que siempre han sido; fuertes y poderosas.
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