Dueño de todos los peces en los lagos del Valle de México y enorme, tan grande, que inspiraba terror: así era el Ahuizotl, según los mayas. Esta leyenda es una de las muchas que existen acerca de los canales, pero que destaca tanto como el Castillo en Xochimilco. Hoy te contamos ambas historias.
Es puro cuento de hadas
Una “princesa” quería tener un castillo que estuviera rodeado por una fosa de feroces caimanes, igualito a los que aparecen en los cuentos de hadas. Lo más cercano en la Ciudad de México eran los canales de Xochimilco y los ajolotes, dueños de la ciudad de las chinampas.
El edificio, con toques y estilo medieval, se ubica en la zona chinampera “San Diego” de aquella alcaldía, no hay forma de acceder y solo se puede ver en lancha y trajinera. Lo cierto es que Eduardo Ramírez es el dueño de aquel edificio que se construyó en los años 30, como narra este libro, y no, no hay indicios de que fuera un regalo de bodas, el capricho de un enamorado para su mujer u otra historia fantástica.
Hoy este blanco castillo vive a una hora (caminando) de los embarcaderos más cercanos en la zona. Se puede acceder a él desde el callejón Tlachitongo, pero no entrar, ya que es propiedad privada. En 2017 el sismo dejó algunos daños en su fachada dándole aún más el toque de leyenda urbana, aunque en realidad solo sea una obra arquitectónica peculiar.
Si tomas un viaje por los canales, a bordo de una trajinera, y pides a tu lanchero de confianza que lo incluya en el trayecto, las fotos que consigas serán un bello recuerdo. El castillo de Xochimilco es ya un clásico.
El (los) monstruo (s) de los canales
Una bestia peligrosa con espinas atacaba con furia a los pescadores de la antigua Tenochtitlán. Las leyendas cuentan que “el espinoso del agua” o “perro de agua”, la traducción de Ahuizotl, vivió en los canales de esta alcaldía. Al igual que el castillo de Xochimilco, los mitos que rodean los canales, son tan variados que el dato más preciso lo encontramos aquí.
Ahuizotl, en realidad, fue el octavo emperador azteca, nieto de Moctezuma I y hermano de Axayácatl y Tizocquién gobernó de 1486 hasta 1502 la antigua Tenochtitlán. En 1975 los pobladores de Xochimilco encontraron una criatura similar al Ahuizotl, al dar parte a las autoridades el monstruo que aterrorizó a los pobladores en realidad era un manatí que había muerto de neumonía.
En realidad eran 4 manatíes los que el gobierno local había traído para controlar el lirio en la zona, pero todos murieron. Así fue como nació la tradición y leyendas acerca de monstruos. Actualmente el rey de los canales es el ajolote y se lucha a marchas forzadas para evitar su extinción.
Ambas historias, aunque interesantes, no tienen sustento real, el castillo de Xochimilco no está encantado, no procede del Virreinato y mucho menos es un regalo excéntrico de bodas. El verdadero monstruo en los canales en Xochimilco es la batalla que se libra para preservar la flora y la fauna: eso sí que es real.
Dónde: Callejón Tlachitongo, San Diego, Xochimilco
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