Los Chilangos y su amor por la Jordan Brand y la cultura del basquetbol
Por: Colaboración
Vía: Mariana Anzorena Lozoya
Los chilangos amamos a Michael Jordan. Lo dice nuestro corazón: aunque los Bulls de Chicago no han sido campeones desde 1998, cuando aún jugaba su majestad, siguen siendo el equipo favorito de los mexicanos. Pero también lo dice nuestra forma de vestir y la locura que se desata en tiendas físicas y virtuales cada vez que la Jordan Brand lanza un nuevo producto. Se trata de basquetbol, claro, pero también de estilo de vida, de amor por el deporte y de moda urbana.
Volando. Las piernas abiertas en V, el brazo derecho tenso y hacia abajo, el izquierdo totalmente extendido y sujetando el balón por encima del aro donde está a punto de hacer una espectacular clavada. Se trata del Jumpman que inmortalizó a Michael Jordan en uno de los logotipos más famosos del mundo y que comenzó a usarse en los Air Jordan III en 1988. Hoy, este logo también es nuestro gracias a la colección Air Jordan Chilango, inspirada en nosotros y en nuestra ciudad. La marca Jordan trasciende la cultura con una creatividad sin límites a través de esta colección que rinde homenaje a la Ciudad de México. Puede ser una sudadera negra con el gran Jumpman en rojo rematando con la leyenda “Chilango” en blanco; combinación de colores clásicos en todo lo referente a Michael. Pero también puede ser una camiseta azul pastel, resaltando el logotipo en blanco y las letras en negro. Lo mejor: continuando con los esfuerzos para conectar con ellas, la colección también tiene línea para mujeres y estará disponible a partir del 21 de febrero.
Cuando los Bulls pintaron de rojo el DF
Era 1991 y la Ciudad de México se pintaba de rojo. Apenas unos meses antes, el amarillo y el morado de los Lakers dominaban las canchas de basquet. A veces, el rojo y el azul de los Pistons hacían competencia, pero había quien prefería siempre el verde de los Celtics.
Comenzaba la última década del siglo XX y el deporte mundial solo tenía un nombre: Michael Jordan. Todo se trataba de él y de las milésimas de segundo que podía sostenerse en el aire más que el promedio de los jugadores. Al mismo tiempo, Imevisión (desaparecida cadena estatal de televisión abierta) programaba cada vez más partidos de la NBA, la liga de baloncesto más importante del mundo y en donde, por supuesto, jugaba Jordan. Las condiciones estaban dadas: los mexicanos amaríamos a Jordan y ese amor llegaría para quedarse.
La niña chilanga que soñó con jugar como Jordan
Le pidió a los Reyes Magos un aro de basquet. Grababa los partidos de los Bulls y del Dream Team del 92, reproducía y pausaba el video para correr a su tablero a imitar las jugadas que en el aire hacía Michael Jordan. Esa niña soy yo.
Yo quería jugar como él y 30 años después escribo este texto sabiendo que Jordan cambió mi vida. Desde entonces estoy pegada al llamado deporte ráfaga y ahora lo enseño a otras niñas y niños. Comencé en el tablero del edificio donde vivía, en la colonia Nápoles, y después, poco a poco, en centenares de canchas del entonces Distrito Federal y de muchos otros estados del país.
Más que ráfaga, el basquetbol era un huracán en esta ciudad que bajo el ritmo del bote del balón y el rechinar de unos sneakers en la duela pasó de ser DF a ser CDMX. Todas mis amigas y amigos jugaban. Pasábamos los veranos cascareando y en cada oportunidad nos inscribíamos a los torneos de 3×3 de streetball. En 1993, la NBA y Nike organizaron un histórico primer campamento de basquet para adolescentes en el CUM (Centro Universitario México), la legendaria preparatoria marista de la Colonia del Valle. Cuando el último día del campamento nos visitó la superestrella de los Rockets de Houston, Hakeem Olajuwon, me eligieron a mí para ponerle un alley oop (pase elevado para clavar el balón en el aro). En el penúltimo año de mi preparatoria, ahorré cada centavo para ver a Jordan jugar en Chicago. Así, el 5 junio de 1996, junto con mi mejor amiga y su mamá, presencié la magia en vivo. Esa noche, en el primer partido de las finales contra Seattle, Jordan jugó 41 minutos y anotó 28 puntos.
Las huellas de Jordan por la ciudad
Era mediados de los años 80 y el novato número 23 de los Toros de Chicago firmaba con la marca que haría sus tenis. Ningún paladín de la mercadotecnia imaginó que casi 40 años después la Jordan Brand generaría colas (virtuales y físicas) para adquirir sus nuevos productos.
El coach Marcos Jiménez, quien siempre ha jugado y entrenado en el Centro Deportivo La Purísima, en Iztapalapa, recuerda cómo los domingos en La Purísima, donde también se encuentra el mercado más popular de la alcaldía, se volvieron una especie de pasarela de moda basquetbolera. Originales, de falluca o réplicas, “se trataba de presumir tenis, sudaderas y playeras. Todos adoraban a Jordan”.
El centro del basquetbol era Jordan, y en la Ciudad de México los gimnasios y canchas públicas comenzaron a llenarse de su imagen. Con Luis Rodríguez, mi antiguo coach de la universidad, recapitulamos por teléfono cómo todo mundo quería jugar y vestir como él. “Hasta sacaban la lengua (mientras jugaban)”, reímos. “Ser basquetbolista comenzó a implicar parecer basquetbolista”, reflexiona Luis, pensando cómo las jugadoras del Colegio Oxford (a quienes él entrenaba entonces) tenían un tema en común con los empleados de Bancomer (a quienes también dirigía): Michael Jordan.
El epicentro del basquet chilango
El balón late más fuerte al norte de la capital. En los torneos distritales (ahora de la CDMX) que dan pie a la conformación de las selecciones que van a campeonatos nacionales, la alcaldía Venustiano Carranza ha sido ama y señora. Aunque se trata de una de las demarcaciones más pequeñas de la ciudad, el gran número de ligas y deportivos públicos que posee la han hecho potencia. Pocas canchas tan llenas de leyendas como las del Deportivo Moctezuma o el Deportivo Oceanía. Miles de basquetbolistas chilangos tenemos historias sobre esos aros y tableros.
A la Venus (como se conoce a esta alcaldía en el mundo del basquet) la sigue de cerca (principalmente en la rama femenil) GAM, las famosas Guerreras de la Gustavo A. Madero, con quienes jugué alguna temporada de Liga Mayor. Los aros del Deportivo Los Galeana y del Deportivo Miguel Hidalgo han atraído a miles, quizá millones de basquetbolistas. Sobre el impacto del 23 de los Bulls en esas canchas, el coach Javier Quiz recuerda: “Jordan nos trajo más gente. Llegaban queriendo ser él. Yo tenía que explicarles que la NBA era otro mundo y, dentro de ese, Jordan era otro mundo más”. Usar la ropa de Jordan nos acercaba un poco a ese otro universo.
Air Jordan y el basquetbol femenil
Yo no fui la única niña chilanga que se inspiró en Jordan. Michael se volvió un ícono pop y, como tal, su ropa, tenis y jersey con el número 23 se convirtieron en prendas para llevar más allá de las inmediaciones de las canchas. Como buen ícono, ayudó a romper estereotipos. Los entrenadores capitalinos recuerdan cómo el basquetbol, federado y streetball, comenzó a llenarse de mujeres: “Había basquetbol femenil (en la CDMX), pero no era tan conocido”, dice el coach Jiménez del Deportivo La Purísima y, haciendo un recuento, apunta: “Fue justo de los 90 al 2000 y cacho cuando vino el mejor basquet femenil”.
El coach Ricardo Cadena, que ya trabajaba con jugadoras desde aquella década y cuya hija juega hoy en la preparatoria St. Paul en California, me cuenta: “Vi un incremento en la participación de las niñas. Fue muy importante la ropa para ello. En esos años 90 ya podías ver mujeres con ropa Jordan”. Tonatiuh Ríos, de la dinastía de entrenadores que ha impulsado el baloncesto desde las canchas del Club Costeños, en Popotla, me explica cómo el tener unos buenos tenis comenzó a añadirle estatus a la personalidad basquetbolera y añade: “En aquellos años, veías mujeres en Tepito buscando tenis de basquet”.
Tres décadas después, la marca Jordan trasciende la cultura con una creatividad sin límites y rinde homenaje a la Ciudad de México a través de la colección Air Jordan Chilango. Con opciones de ropa tanto para mujeres como para hombres, esta colección de estilo de vida refleja el amor que los chilangos sentimos por la marca.
Los miembros Nike tendrán acceso anticipado a la colección Air Jordan Chilango a través de la Nike App durante el primer día de Member Days, el próximo21 de febrero.
Si aún no tienes la Nike App, descárgala aquí https://nike.app.link/c1DHd5Eeznb y conoce todos los beneficios de la membresía de Nike.
Cinco lugares chilangos donde la presencia de Jordan se siente en cada bote:
Deportivo Oceanía (Venustiano Carranza).
Deportivo Los Galeana (Gustavo A. Madero)
Deportivo La Purísima (Iztapalapa).
Canchas al aire libre del Parque de Pilares (Benito Juárez) y canchas externas del Gimnasio Juan de la Barrera (Benito Juárez).
Canchas del Club Costeños, en Popotla (Miguel Hidalgo).
*Agradezco la ayuda e información que para este texto brindaron los coaches Luis Rodríguez, Ricardo Cadena, Javier Quiz, Marcos Jiménez y Tonatiuh Ríos.