10 cosas que pasaban con las compras navideñas en el Centro
Un breve repaso de cuando las compras navideñas en el Centro no representaban riesgo y la pásabamos bomba. Si puedes quédate en casa.
Por: Colaborador
Vía: Abigail Camarillo
Aunque este diciembre es muy distinto, año con año los chilangos aprovechábamos las ofertas y los precios bajos para hacer las compras navideñas en el Centro. Que si el juguete de novedad para el niño o para la niña, que el abrigo para la damita o una loción para el caballero.
Pero no todo era el paraíso, pues no importa la época, ir al Centro Histórico de la CDMX es una odisea. Por eso repasamos algunas de las cosas que más nos desesperaban de estas fechas decembrinas.
10 cosas que pasaban con las compras navideñas al Centro
¡Vamos al triatlón! Con tenis, no tacón
Uno sabía que ir por las compras navideñas al Centro implicaba una cosa: dejar el alma en las calles. Y es que uno camina cuadras y cuadras para encontrar todos los regalos y comparar precios.
Así que de ley, uno llevaba buen tenis, ropa cómoda y gorra o bloqueador, porque ir a estas calles es considerado un deporte extremo.
El clásico paisaje sonoro navideño
Esta zona de la ciudad se caracteriza por siempre tener un paisaje sonoro muy peculiar. Sin embargo, esto crecía con las compras navideñas al Centro.
Entre los villancicos con Raphael o Tatiana que se mezclan con la música de reggaeton de otros locales, los marchantes gritando a todo pulmón sus ofertas, los clásicos organilleros y el bullicio de la gente, eso se vuelve un espectáculo inigualable.
Cuando después de Navidad todo estaba al 50% de descuento
Un clásico que pasaba año con año era cuando íbamos de compras navideñas al Centro con tiempo y dedicación, ahorrando hasta el último centavo, para descubrir que después de Navidad todo estaba de remate. Admítelo, tú también sentiste la traición.
Rifarnos el físico con tal de conseguir el regalo prometido
Esto muchas veces les pasó a los papás que iban de compras navideñas al Centro con la ilusión de encontrar el juguete de moda casi regalado. El problema no es que no hubiera, sino que muchas veces tenían que pelear con uñas y dientes por el último ejemplar.
Terminar en el Callejón de la Belleza en vez del Callejón de los Juguetes
Todo chilango que se respeta sabe que hay calles especializadas en el Centro. Sin embargo, ¿te las sabes todas? Si dices que no, entonces es probable que en tus compras navideñas al Centro terminaras en el Callejón de la Belleza mientras intentabas encontrar el callejón de los juguetes. El cual se llama Callejón Girón, pa’ que te acuerdes en tu próxima visita.
Cuando te veían la cara en la Plaza de la Tecnología
Aunque hay locales muy seguros, a todos nos pasó que nos vieron la cara con las compras navideñas en el Centro. No importa si fue en Plaza Meave, la de la Tecnología o del Celular.
Según tú estabas comprando algo nuevo, original y hasta con garantía. ¿Y cuál? Después te dabas cuenta que te salió más caro el caldo que las albóndigas.
La peor pesadilla: no llevar suficiente efectivo
Gracias a la vida, ahora el 90% de los locales aceptan tarjetas. Pero seguro cuando ibas por tus compras navideñas al Centro te pasó que no sacabas suficiente efectivo. Y entonces tenías que correr a algún cajero para formarte como una hora junto con otras personas igual de desesperadas que tú.
Comprar de más y parecer el Pípila
Seguro también te pasó que tu estabas compre y compre como si no hubiera un mañana. Y de repente, te dabas cuenta de que tenías que cargar todas esas bolsas y cajas por cuadras y cuadras hasta llegar al metro, estacionamiento o conseguir un taxi.
Primero yo, después yo y al último yo
Otro clásico de ir de compras navideñas al centro es cuando uno veía cosas fabulosas por doquier y las adquiría impulsivamente. Después de unas tres horas te dabas cuenta de que se te acabó la lana, pero hay un problema: ¿y los regalos para la familia y el intercambio?
Ni modo, le rascábamos a la cartera y así era como terminábamos con cualquier cháchara.
“Épale con sus costales con carbón, doñita”
Ir de compras navideñas al Centro nos enseñó que es una de las peores épocas para viajar en metro. Pues quizás tú no comprabas mucho o solo ibas a ver el alumbrado o a la pista del Zócalo. Pero nunca faltaba la doña o el don que subían con sus bolsones con cajas o hasta el diablito. ¿Lo peor? Que no les importaba golpear a todos a su paso.
El extra: La inolvidable foto con Santo Clos
Una gran tradición de hacer las compras navideñas al Centro era llevar a los chilanguitos para que tuvieran su foto con Santa o los Reyes. Y sí, ahí andaba uno cargando al pequeño en una fila de más de una hora, mientras con el otro brazo sosteníamos las bolsas con los regalos.
Recuerda que si extras las compras en el Centro, para pensar cosas, puedes pedir lo que sea -literal- en este enlace, de aquellas calles.