Algunos chilangos presumen conocer de pe a pa los ejes viales de la CDMX (y eso que no son chafiretes). Pero muy pocos conocen la complicada historia de su construcción.
Todos sabemos que la movilidad en la ciudad es un caos. Sin embargo, hace algunas décadas se realizaron algunos pininos mejorarla a través de los años. Un gran ejemplo son estas vialidades que atraviesan la capital de norte a sur y de oriente a poniente.
Historia de la construcción de los ejes viales de la CDMX
Los últimos años de la década de los 70 fueron atroces para los capitalinos. Y es que media ciudad fue destruida. Y no, no se debió a ningún temblor o alguna guerra, sino por el deseo de una persona por transformarla: Carlos Hank González.
A pesar de que el metro se había inaugurado desde finales de los 60, el tránsito todavía era un problema en la ciudad. Vías como Periférico y Viaducto, o avenidas como Insurgentes, Paseo de la Reforma, Revolución y Universidad ya eran insuficientes. En parte, porque algunas seguían como obras incompletas.
Pero el entonces regente del Distrito Federal, Carlos Hank, no se quedó con los brazos cruzados y comenzó a idear un plan. Se trató de la creación de los ejes viales de la CDMX.
Básicamente consistía en hacer más anchas algunas avenidas para tener un mayor flujo de carros. ¿Pero qué implicaba todo esto? La expropiación de predios y la destrucción de casas e inmuebles.
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La revolución en las vialidades chilangas
Si al inicio todos estaban a favor de este plan de movilidad, pronto los capitalinos cambiaron de parecer. Sobre todo porque miles de ciudadanos se vieron afectados de la noche a la mañana. De acuerdo con WikiMéxico, sus casas y terrenos tuvieron que ser expropiados “por causa de utilidad pública”.
Así es como inició una destrucción masiva de calles y edificios. Lo que ocasionó que el tránsito cotidiano se viera gravemente afectado durante los meses que duró la creación de esta obra. Pero eso no fue lo peor de todo, ya que, de acuerdo con el NY Times, para lograr la construcción de los ejes viales de la CDMX se demolieron 1727 predios y se talaron miles de árboles.
En cuestión de semanas, Carlos Hank pasó a ser el político más odiado. De hecho, se le rebautizó como “Gengis Hank”, pues recordaba al conquistador mongol que arrasaba con cualquier cosa que se interponía en su camino.
Aunque el político estaba muy consciente de ello. En una entrevista que le hizo La Jornada en 1999, declaró que “la gente tenía razón en quejarse… Materialmente tuve que destruir la ciudad para que después me permitieran reconstruirla, como se hizo”.
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Una de las construcciones más famosas que desapareció a causa de estas obras fue la Plaza o Glorieta de Etiopía (sí, la que le da el nombre a la estación de la Línea 3). Y es que en los 50 se construyó este sitio que era una muestra de amistad entre ambos países.
Sin embargo, con el plan del metro y los ejes viales de la CDMX dicha glorieta desapareció. Pues se demolió para convertir Xola y Cuauhtémoc en ejes.
Después de la tormenta, vino la inauguración
Tras catorce meses de trabajo, el 23 de junio de 1979 fueron inaugurados los ejes viales de la CDMX. Al evento acudieron el presidente López Portillo, Carlos Hank y una decena de empresarios, funcionarios y periodistas.
Aunque cabe aclarar que esos primeros quince ejes estaban a medias. Algunos tramos no estaban completo o en otros casos había carriles que todavía no funcionaban.
Sin embargo, fueron otras las razones por las que el proyecto fue tan criticado. Y es que los ejes viales en la CDMX eran una invitación al uso indiscriminado de los carros.
Así que quizás el problema de movilidad se resolvió por un tiempo. Pero poco a poco, la ciudad se fue llenando de más autos y la oferta del transporte público no era suficiente.
¿Recuerdas cómo eran los ejes viales hace algunos años? ¿Tus abuelos o padres vivieron la reconstrucción de estas vialidades? Compártenos algunas de tus anécdotas.
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