La CDMX es territorio inclemente cuando de lluvias se trata. Como buenos capitalinos nos preparamos para los aguaceros que se instalan en el verano: botas, impermeables y paraguas para peatones; pero ¿y los ciclistas, apá? Si ya te animaste a tomar la rodada como medio habitual de transporte, tienes que checar esta guía para andar en bici bajo la lluvia.
Chilango prevenido vale por dos y en esta jungla de concreto no podemos dejar que Tláloc nos tome por incautos primerizos, sobre todo si podemos abordar alternativas de transporte en esta nueva normalidad que no se acoten al metro, metrobús o auto privado.
¿Qué necesito para andar en bici cuando llueve?
Chilango platicó con Gabriela Ruiz Luna, directora de Orange Army y editora de movilidad, para que nos compartiera las buenas prácticas que los ciclistas deben tomar en cuenta durante sus trayectos bajo la lluvia.
Como ciclistas de la CDMX debemos estar conscientes de que en cualquier momento del día puede haber precipitaciones de todas las magnitudes y presentaciones. Por ello es indispensable considerar medidas preventivas que te permitan trasladarte de forma segura.
Equipo para la lluvia
El buen kit del ciclista bajo la lluvia te garantizará un trayecto más llevadero y, además, evitará que llegues a casa en condición de sopa.
Impermeable
Nunca subestimes el poder de un protector para la lluvia. En este punto hay varias consideraciones que deberás tomar en cuenta: costo, diseño y materiales que te den una movilidad óptima durante tu recorrido, y el volumen que estas prendas necesitarán en tu bolsa, mochila o alforja.
Sin embargo, es importante considerar que vivimos en una ciudad en la que la lluvia, en ocasiones, suele caer a capricho, por tanto vale la pena echarle buen ojo a opciones que se amolden a las necesidades básicas de protección, y a tu bolsillo por supuesto.
A largo plazo “invertir en un buen impermeable puede hacer la gran diferencia. Sí, te vas a mojar, pero será mucho menos el impacto en tu ropa y te permitirá llegar relativamente seco a tu destino”, destacó Gabriela.
Sin embargo, también es importante saber cuándo tomar sosiego para evitar posibles percances o accidentes en la vía: “Si empieza a llover muy fuerte, lo más recomendable es parar, resguardarte hasta que baje la intensidad y puedas reanudar tu camino. Se vale”, agregó la editora de movilidad.
Equipo reflejante
De noche o de día siempre debes llevar en el cuerpo o en la bici algún elemento reflejante que le indique a los automovilistas que estás allí. Puedes adquirir alguna bandita adherible al cuerpo o al cuadro de la bicicleta. También está la opción de los chalecos antirreflejantes o prendas (chamarras o pantalones) que ya incluyen algún accesorio que refleje la luz.
Aquí lo importante es que sea portable y lo menos aparatoso posible para que no lo olvides en casa. Hay de muchas dimensiones y precios.
Pantalones impermeables (y desarmables)
En tiendas especializadas encontrarás prendas con modelos poco ortodoxos pero que te garantizarán seguridad y hermetismo para evitar que la lluvia se cuele por lugares insospechados.
Gabriela Ruiz recomienda que siempre pruebes cómo te sientes con estos accesorios antes de iniciar la rodadada, para garantizar que te sientas cien por ciento cómodo y que tu libertad de movimiento no se verá coartada.
Botas
Aquí van implícitos dos puntos:
- Siempre elige un calzado cómodo y que no se derrape en el pedal. Esto también dependerá de tu nivel de expertise a la hora de arrancar la bici mientras esperas el verde del semáforo.
- En tiendas especializadas o en línea encontrarás una gran oferta de botitas impermeables que puedes colocar encima de tus tenis o zapatos. Lo mejor es que su diseño no sólo te mantendrá seco sino que será seguro pedalear bajo la lluvia.
Salpicaderas
No olvides este accesorio. Sería indispensable para andar en bici en esta ciudad lluviosa. Lleva tu bici al taller o a la tienda para que te indiquen las dimensiones adecuadas.
También puedes improvisar este elemento con algún plástico que simule la forma de salpicadera. Córtalo y atórala sobre la estructura de la llanta (sin que roce ni interfiera el movimiento).
Por otro lado, Gabriela nos compartió que resulta muy útil ser observador con otros ciclistas, principalmente los comerciantes, porque son los maestros de la improvisación.
“Uno aprende mucho de los polleros, por ejemplo. Ellos colocan una cubeta sobre la parrilla o cortan de forma transversal un bote de plástico para simular una salpicadera y evitar que el paso de la llanta por el pavimento mojado les empape las piernas”, apuntó.
Casco
A pesar de que el uso del casco no es obligatorio en la Ciudad de México, es recomendable llevarlo ya que puede salvarte la vida en caso de una caída. Además, para pedalear bajo la lluvia resulta muy útil adquirir uno con viscera porque evitará que las gotas caígan directo a tu rostro.
Por otro lado, para las personas que utilizan lentes es un elemento salvador. Ahora, si eres de los que no sabe cómo solucionar el tema de las gafas mojadas, Gabriela comentó “Lo menos aparatoso es que continúes tu trayecto aunque haya un par de gotas sobre las micas o cristales. Echarles una limpiada puede derivar en empañamiento y esto puede ser súper incómodo”.
Cómo librar la jungla de concreto (mojado)
Como ciclistas siempre debemos estar alertas a los posibles obstáculos o dificultades que se presentarán durante las lluvias. Gabriela nos dio un par de consejos para que los recorridos sean más seguros.
- Permanece atento a tu camino. “Si ves un arcoíris en un charco ¡aléjate! Lo más probable es que haya un derrame de aceite, lo cual implica que el suelo está resbaloso y puede significar un riesgo”, destacó.
- Las calles de nuestra amada CDMX no siempre son las más regulares, por ello, cuando transites en la bici bajo la lluvia, es recomendable que evites los grandes charcos porque puede haber coladeras destapadas, baches, hoyos o topecillos imperceptibles.
“Si no te queda de otra más que pasar por el agua, lo mejor es que continúes pedaleando a una velocidad constante. OJO, el movimiento debe ser moderado no rápido; es decir, a una velocidad “crucero” con la que puedas avanzar sin un riesgo. Lo importante es que NO te detengas”, subrayó Ruiz.
Además, destacó para Chilango que el riesgo de frenar demasiado rápido puede derivar en una caída repentina, ya que por acción de la inercia la bici se detiene pero tu cuerpo no. Por ello es importante que cuando sientas que te vas a caer, continúes pedaleando. “No te detengas. Si te da miedo, baja la velocidad pero no pares”.
“Hay una frase que aplica para la vida y para la bici: ‘Cuando sientas que te vas a caer, tú dale y sigue pedaleando’, finalizó entre sonrisas.
Antes de comenzar tu primer rodada bajo la lluvia, no olvides revisar todas las cuestiones mecánicas de la bici: frenos, aceite, luces, etcétera. Pero sobre todo, recuerda disfrutar de esta actividad y de la ciudad en movimiento.