El erotismo es uno de los temas predilectos en todo arte –seguro hasta en tu serie favorita hay– y el cine no es excepción. La clandestinidad, lo prohibido y el aspecto voyerista de observar más allá de lo permitido están en estrecha relación con la industria cinematográfica. Y eso no es actual, ¿a poco creías que nuestros abuelitos no veían pelis porno? Para saber más al respecto, llega una muestra de cine porno vintage a chilangolandia.
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La producción pornográfica en México empezó con las famosas vistas, las cuales —como explica Norma Iglesias Prieto en su libro Historia y Cultura— forjaron gran parte del lenguaje cinematográfico y generaron, a la par, pautas específicas de producción, distribución y exhibición.
Aunque se tiene registro de cine porno vintage de los años 40 y 50 en nuestro país, muchas de las cintas son todavía un gran misterio, pues se desconocen incluso los títulos originales y quién las hizo, ya que sus creadores optaron por firmar sus obras con seudónimos de doble sentido —muy ad hoc—. Lo que sí se sabe es que las primeras producciones mexicanas de este género se filmaron entre las décadas de 1920 a 1950.
La mayoría de estas películas tiene una duración de 12 a 30 minutos y —según con Rafael Aviña, crítico de cine— se caracterizan por relatos breves, cuya única premisa es exponer el placer sexual. En el cine porno vintage los desnudos femeninos eran acompañados por críticas a la moral nacional.
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En su libro Filmoteca UNAM. 50 años, Aviña destaca que estas cintas eran exhibidas a un público pequeño y de cierto nivel económico, pues el boleto de estas funciones costaba tres pesos, cuando normalmente el precio era de un peso —¿cómo le hubieras hecho tú para verlas?—. Para él, hay un valor histórico en el cine porno vintage, pues es parte de la cultura popular. En este video puedes saber más de este género cinematográfico en nuestro país:
Lánzate a esta muestra de cine porno vintage
Para que conozcas estas producciones, Film Club Café proyectará una muestra de cine porno vintage curada por Tzutzumatzin —especialista en acervo videográfico— y musicalizada por Ezequiel Guido. Esta selección se compone de cinco cortometrajes de las décadas de los 40 y 50 y una peli porno de 1990.
El material fue reeditado por Tzutzumatzin para cambiar la perspectiva del placer. Ezequiel, por su parte, abordó desde la trama de cada corto un set más electrónico, influído por la música ochentera y el vaporwave. Así, este miniciclo de cine porno vintage es una reinterpretación de las piezas originales. Aquí puedes ver más del evento.
Dónde: Film Club Café (Manuel Ávila Camacho 1695, col. La Florida)
Cuándo: sábado 21 de julio a las 22:00
Cuánto: $100 por persona
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