El 14 de enero de 1920, el barrio de la Merced vio nacer a uno de los hijos más talentosos de la Ciudad de México, Salvador Flores Rivera. Cronista y cábula de humor netamente chilango cuya labor ayudó a configurar la identidad capitalina desde el barrio, este día celebramos el centenario de Chava Flores.
La de Chava Flores es una obra que debería ser incluida, sí o sí, en los planes de estudio de la SEP. La mancuerna entre su ojo ácido para observar el comportamiento del mexicano y su lengua pícara para narrarlo cargada de humor nos entregaron obras maestras de la canción mexicana.
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Podríamos recordar a las más famosas como “Sábado Distrito Federal” (aunque ya no exista el DF, snif, snif) o “Peso sobre peso”, que mucho aportaron para la cultura popular chilanga durante el siglo XX, pero bien vale el clavado en algunas otras un tanto menos célebres, pero tanto o más ingeniosas.
Una de ellas podría ser “La casa de la Lupe”: se trata de 11 estrofas donde el cantautor hace un retrato pormenorizado y humorístico de un hogar popular mexicano. Chava Flores alude a retratos, adornos, muebles y un sinfín de detalles de una típica casa pobre pobrísima y, sin romantizarla, poco a poco va desgranando sus críticas en versos métricamente perfectos.
Otra que serviría de ejemplo es “La boda de vecindad”: en ella, el autor entona cual Homero chilango la épica de una fiesta de una típica vecindad en cualquier punto de la ciudad. Los novios casados a la fuerza, el fiestón en pleno patio (donde hasta los tendederos quitaron) y la Luna de Miel… ¡en Toluca! Claro que sí.
“¡Ah que juventud moderna! Yo no sé pa qué se casan, eh. Aprendan de mi apá: 27 hijos y sigue soltero el condenado”, ya tan solo por esta frase, merecería destacar entre lo mejor del repertorio en este centenario de Chava Flores.
Por último, y quizá una de las más infravaloradas dentro de la obra del capitalino es “La tienda de mi pueblo”. Se trata una insuperable galería del albur que, de tan fino, casi pasa desapercibido por los oyentes. Verso tras verso, el autodenominado “hacedor de canciones” dispara uno y otro y otro albur directo al subconsciente del mexicano que, si acaso no le falta barrio, los cacha todos toditos.
Si nada más que su guitarra donde toca una melancólica melodía, el cantante calca sus memorias en doble sentido y al final, como él mismo solía decir, él es quien lo canta, pero el público es quien lo piensa.
Así puedes recordar el centenario de Chava Flores en la CDMX
Homenaje en la Fonoteca Nacional
Dentro del marco del centenario de Chava Flores, la Fonoteca Nacional preparó una semblanza especial. En ella se incluyen entrevistas completas con el cantante nativo de “La Meche” así como algunas grabaciones originales de sus canciones. Lo mejor de todo es que esta semblanza la puedes escuchar tan solo dando clic aquí.
Concierto especial del INBAL por centenario de Chava Flores
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura reconocerá la labor del cantautor dentro del marco de 100 años de su nacimiento con un concierto especial.
Este evento tendrá lugar el 29 de abril próximo durante la Noche de Museos de ese mes en el Colegio de las Vizcaínas y, posteriormente, en la Sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes. El homenaje musical correrá a cargo de la agrupación Solistas Ensamble.
Novela gráfica Flores de mi barrio
Editada por Editorial Resistencia, Flores de mi barrio es una novela gráfica creada por el ilustrador Uriel Pérez, quien se dedicó a investigar y narrar la historia del cronista y sus ires y venires en la ciudad de la cual, en definitiva, es uno de los hijos más queridos.