Una madrugada del 28 de julio de 1957, mientras algunos chilangos dormían y otros se divertían en salones de baile, un terremoto alcanzó a la Ciudad de México y el desastre se desató. A las 2:45 de la mañana un sismo de 7.8 estremeció a la capital, dejando varios destrozos, el más notable: la caída de El Ángel de la Independencia.
La estatua que vemos cada vez que pasamos por Reforma, esa que tanto indigna a algunos cuando se utiliza como símbolo de protesta, es prácticamente una copia de la original. La Victoria Alada original, de más de 7 toneladas, cayó y se partió en cinco grandes pedazos. El Departamento del entonces Distrito Federal rápidamente acudió a reparar el daño. Se reforzó la columna e incluso se reemplazó la escalera interior por una de metal.
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Un año fue lo que tardó la restauración del monumento y una vez terminada la obra fue regresada a su lugar. Si embargo, la cabeza fue la que sufrió más daño y tuvo que ser sustituida por completo. Sin embargo, esto solo es una muestra de que los objetos pueden reemplazarse, lo mismo aplica con los monumentos.
Hoy la cabeza original permanece en el Archivo Histórico de la Ciudad de México y puedes ir a conocerla. Al verla, muchos dudan de esto puesto que quedó prácticamente irreconocible por el daño sufrido en la caída.
Dónde: República de Chile 8, Centro Histórico.
Cuándo: Lunes a viernes de 8:30 a.m. a 6 p.m. Se debe hacer previa cita.