Si por algo se caracteriza la época decembrina es por los excesos; el Guadalupe-Reyes está lleno de luces, tráfico infernal e irritante música navideña. Para rematar con mucha comida y alcohol que amenazan peligrosamente nuestras carteras, arterias y cinturas. Platicamos con una nutrióloga para saber cómo podemos cuidar nuestro peso esta temporada y si podemos bajar la cena dándole duro y directo. La diferencia entre comer y coger es apenas de una letra, así que, aquí se decide todo; si rompes la piñata o la dieta y si le das de palazos a una figura de cartón o a quién más confianza le tengas.
Spoiler alert: no se puede
Paulina Benítez salas, licenciada en nutrición, certificada por la Escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE, asegura que durante la cena navideña nos empacamos entre 1200 y 1500 calorías, sin embargo, asegura que una persona de buen diente que llega con ganas a la cena y le entra a todo puede llegar a echarse hasta 2000 mil calorías en una sentada, eso sin contar esa sed de la mala: tan solo una chelita va de las 100 a las 150 calorías y la cosa se va poniendo peor si agregas jugo o refresco: hasta 300 0 400.
Según la entrevistada, se calcula que durante un encuentro sexual se gastan aproximadamente unas 200-210 calorías por hora. Por lo tanto para bajar la cena con el gasto calórico mencionado tendrías que pasar hasta siete horas haciendo el delicioso. Algo que ni Sting puede, ya que hace algún tiempo aclaró que sus famosas siete horas también incluían cena y película. Ahora imagínate si tu pareja o “casi algo” dura lo mismo que el lavado de manos para prevenir el Covid-19…mmmta.
De algo ha de servir
La nutrióloga agrega que las posturas son lo de menos, pero igual te compartimos unas pa’ que no digas:
- Perrito: 50 calorías.
- Misionero 100 calorías para los nenes, 40 pa’ las nenas.
- La carretilla entre 149 a 167, de pie, hasta 170.
Lo importante es que te rifes y permanezcas activx durante todo el encuentro. Pues mientras estés moviéndote cuenta como actividad física pero, definitivamente, no como cardio; “tu corazón se acelera, pero, por otros estímulos, aparte, tendría que ser una hora completa y cada relación sexual no dura eso. Es muy difícil que en la cama y en una rutina de ejercicios te estés moviendo sin interrupciones durante siete horas” explica. Ahora que si tú nomás aguantas un rapidín; la experta señala que no es gasto calórico significativo pues hay posturas en las que no te mueves mucho; “luego si al otro día no tienes ganas es lazy sex no ayudaría gran cosa”, recalca la nutrióloga.
Bueno, pues no hay despeinada de cotorra que dure 100 años ni pareja (o grupo) que lo aguante. Sin embargo esto no quiere decir que ya por eso no vamos a echarnos un buen round. La nutrióloga explica que la sensación de bienestar y placer que dan la segregación de dopamina y oxitocina también pueden ayudar a controlar el hambre. Obviamente, el efecto es a corto a plazo, pero igual ayuda; “en lugar del recalentado, una horita de sexo; -o lo que aguanten- puede ayudar a controlar el apetito y a escoger alimentos menos grasosos y salados”. Detalla.
Hacer la guerra, el amor… y un poco de los dos
Pérate, antes de que te pases viendo pelis y crudeando todo el día… Mejor aplica el poderosísimo; “te mentí, no tengo Netflix”. Y échate un buen rato de pasión, luego, si tu cuerpo lo permite, puedes combinarlo con una sesión de ejercicio más intensa. La recomendación de la entrevistada es ejercitarse juntos y desayunar saludable. Al día siguiente, estén lo más activos posible y combinen actividades de mayor que representen un gasto calórico mayor; como la natación o el box.
Pues, como la entrevistada señala es más fácil que echarse la hora completa, más realista y hasta más efectivo; una hora de box seguro te hace gastar hasta 400 calorías, caminata y bicicleta también son buenas opciones. Si de plano no nadas, ni eres púgil; un paseo, bailar o algún otro ejercicio que te haga mover todos los grupos musculares; que eleve tu frecuencia cardíaca por un tiempo prolongado, te servirá. Pues en el sexo la el ritmo cardíaco solo aumenta una pequeña fracción de tiempo.
En la cama y la mesa
Ya quedó claro que no podemos compensar el atasque de la cena atascándonos en la cama. Eso no impide que puedas usar un par de piernas como aretes, echarte un misionero (sin calcetines, por favor); de ladito o tu postura favorita. Lo mejor es moderarse con la comida. Por ello es importante no llegar muriéndose de hambre, la nutrióloga recomienda desayunar y comer lo más ligero posible. Además de optar por alimentos bajos en grasas, carbohidratos y altos en proteína, como huevo, carne.
la nutrióloga también sugiere hacer ejercicio ese día y una vez que empiece el banquete. Come despacio, asegúrate de incluir ensaladas y vegetales. No te excedas con el pan y de preferencia evita la sensación de estar “a reventar”. Consume alcohol moderadamente y toma un vaso de agua simple o mineral por cada trago. Comparte el postre y, claro, ese cuerpecito que te cargas. Ya se a que te muevas dentro o fuera de la cama, no te olvides de disfrutar.
¡Felices Fiestas!
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