Ha pasado una década desde aquellos días en los que la Ciudad de México se quedó vacía, cuando los chilangos salíamos armados con un cubrebocas y gel antibacterial para evitar posibles contagios, mientras que todas las escuelas cerraron ante el temor de propagar el virus, hasta entonces desconocido. Han sido 10 años desde que se declaró oficialmente la primer pandemia del siglo XXI por un nuevo virus, con el cual hemos aprendido a vivir, pero ¿qué pasó con la influenza A H1N1 en México?
Cada otoño e invierno, las infecciones respiratorias aumentan considerablemente en territorio mexicano y aparece la llamada influenza estacional. En marzo de 2009, cuando el número de enfermos aumentó, se pensó en primera instancia que se trataba de algo relacionado con este fenómeno, pero no era así.
El 18 de abril, el Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades alertó sobre el aumento de casos de neumonía grave de rápida evolución; mientras que el Sistema Nacional de Salud incrementó las acciones del operativo de vigilancia epidemiológica.
Sin embargo, fue hasta el 23 de abril cuando recibimos la confirmación de varias sospechas: la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció oficialmente que estábamos ante un nuevo virus, cuya presencia se había detectado en por lo menos 74 países, incluyendo México, Estados Unidos y Canadá.
En el entonces Distrito Federal se suspendieron clases, se cancelaron conciertos y actividades recreativas como la presentación de The Rasmus en el Auditorio Nacional; diversos restaurantes permanecieron cerrados, los partidos de futbol se hicieron a puerta cerrada (sin afición presente) y los chilangos que tenían que salir de sus casas lo hacían generalmente con un cubrebocas puesto y con la estricta instrucción de NO saludar de beso ni de mano a nadie.
Tras el anuncio, el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa envió un mensaje a la nación en el que anunciaba que continuaría la suspensión de actividades tanto en el gobierno y en el sector privado como en las escuelas.
“Quiero exhortarlos a todos sin excepción que en estos días de asueto que vamos a tener en este puente que irá del 1 al 5 de mayo te quedes en tu casa, con tu familia porque no hay lugar más seguro para evitar contagiarse del virus de la influenza porcina que tu propia casa”, sentenció en un mensaje de cadena nacional.
De acuerdo con un reporte de El País, el 11 de junio de 2009 la OMS elevó la alerta a nivel 6, que indicaba una pandemia inminente y que el virus se podía transmitir de manera fácil entre personas y países.
¿Qué pasó con el virus de influenza A H1N1 en México?
Afortunadamente y gracias a las medidas oportunas, la epidemia de influenza A H1N1 en México no fue tan catastrófica como se esperaba, así que después de la suspensión de actividades durante abril y mayo, la población volvió a la normalidad poco a poco, con las debidas precauciones. Aunque en la nación se declaró el fin de la alerta pandémica el 29 de junio de 2010, la OMS lo hizo hasta el 10 de agosto de dicho año y anunció el inicio de la etapa post pandémica.
De acuerdo con el Plan Nacional de Preparación y Respuesta ante la intensificación de la influenza estacional o ante una epidemia de influenza, el virus de la influenza A H1N1 en México afectó principalmente a la población joven. Hasta julio de 2010 se habían reportado mil 316 muertes y 72 mil 548 casos confirmados a través de pruebas moleculares.
A pesar de que la emergencia terminó hace casi nueve años, el virus sigue en circulación por territorio nacional y se presenta principalmente en la temporada de influenza, que va de la semana epidemiológica 40 a la 20 del siguiente año (aproximadamente entre septiembre y mayo).
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Hasta la semana 52 de 2018 (a fin de año) se confirmaron mil 375 casos de influenza A H1N1; 182 de B, 91 de influenza A y 14 de A H3N2. En cuanto a defunciones se notificaron 104 por A H1N1, siete por tipo A y cinco por Influenza tipo B.
En tanto, durante esta temporada de influenza (2018-2019) los estados con mayor número de casos confirmados de influenza son: Oaxaca, Veracruz, Guerrero, Ciudad de México y Chihuahua.
Rosa María Wong Chew de la División de Investigación de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó a través de un comunicado que después de la epidemia de 2009 las cifras de A H1N1 iban a la baja hasta el periodo 2013-2014, cuando hubo un repunte de mil 853 casos y 220 fallecimientos.
Si bien la vacuna no es 100% efectiva, Wong recomienda que la población se la aplique cada año (especialmente niños menores de 10 años, adultos mayores de 65 años, embarazadas, pacientes con enfermedades pulmonares y cardiovasculares, con asma, diabetes y obesidad), pues en la mayoría de los casos sí evita la enfermedad o que la persona enferma tenga consecuencias o síntomas muy graves.
Además de las campañas de vacunación gratuita, después de la pandemia de 2009 se actualizó el Plan Nacional de Preparación y Respuesta ante la intensificación de la influenza estacional o ante una epidemia de influenza, cuya primera edición salió tres años antes.
El propósito de esta actualización fue revisar las estrategias destinadas a mitigar el impacto de un brote inesperado de influenza en la población mexicana.
¿Estamos listos para una nueva epidemia?
La OMS lanzó el 11 de marzo una nueva estrategia mundial contra la gripe 2019-2030 cuyo objetivo es prevenir gripe estacional, evitar que estas enfermedades se propaguen de los animales a los seres humanos y prepararse para la próxima pandemia de gripe.
El Doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, afirmó a través de un comunicado que la amenaza de una nueva pandemia de gripe sigue presente. “La cuestión no es saber si habrá una nueva pandemia de gripe, sino cuándo ocurrirá. Debemos mantener la vigilancia y prepararnos, porque el costo de una gran epidemia será muy superior al de la prevención”, detalló.
Sobre si estamos preparados para una nueva pandemia de gripe, el Doctor señala que “gracias a las alianzas y medidas adoptadas por los países en los últimos años, el mundo nunca había estado tan preparado para la próxima epidemia. Sin embargo, todavía no estamos suficientemente preparados. Esta estrategia está concebida para ayudarnos a avanzar en el camino que nos queda por delante”.
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