La verificación vehicular volvió con #SusanaDistancia, el uso obligatorio de cubrebocas y los clásicos “coyotes”, que están a la espera de algún despistado que olvidó sacar cita. Así trabajan los verificentros en la nueva normalidad.
Miguel Ángel Serrano llegó 10 minutos antes de las 9 de la mañana a su cita en el verificentro IT-48, en Iztacalco. Iba solo y con el cubrebocas bien puesto. Al llegar a la entrada del centro de verificación, un trabajador le explicó las medidas de sanidad y recibió el auto. Desinfectó el interior del vehículo y lo condujo hacia la fila que le tocaba.
Cerca de media hora después, Miguel Ángel se fue del lugar. Su auto aprobó la revisión y ya no tendrá que volver a hacer este trámite lo que resta del año. “Esto que están haciendo me parece bueno para evitar contagios. La realidad es que no uso mucho el coche. No había salido de mi casa en cinco meses”, dijo antes de partir.
¿Te toca verificar tu 
Pero no todos los automovilistas corren con la misma suerte al llegar a los verificentros en la nueva normalidad. Tal es el caso de Raúl Sevilla quien nunca se enteró que tenía que hacer una cita por internet para poder realizar el trámite.
—Me parece una chingadera que tengan espacio libre y aún así no te atiendan, parece que no quieren trabajar —le dijo a uno de los encargados del verificentro.
—Aquí sólo entran con cita. No hay de otra. A quienes no la traen los regresamos” —respondió tajante Pablo, uno de los empleados que se encarga de supervisar que los automovilistas y el personal del lugar cumplan con las medidas sanitarias.
Cansado de esperar más de una hora, Raúl acudió con los “coyotes” que operan cerca de los verificentros a ver si podían “echarle la mano”. Sí pudieron. A cambio de 600 pesos, un sujeto le pidió las llaves de su auto y lo condujo hasta la entrada del centro de verificación.
Segundos más tarde, el auto de Raúl ya estaba formado en la fila en espera de que le realizaran la prueba.
Que no rechacen tu auto: así será la verificación vehicular
“Es bien sabido que trabajamos bajo acuerdos y más ahora con la cuarentena. La mayoría nos quedamos sin trabajo y necesitamos dinero. Algunos dicen que es digno, otros que no, pero aquí estamos ayudando a la gente”, confesó Pedro, el “coyote” que “ayudó” a Raúl.
Al preguntarle sobre los “coyotes”, Pablo dijo desconocer esa actividad.
Recibir autos sin cita no es la única de las reglas de los verificentros en la nueva normalidad que no se cumple. En uno de los centro de la alcaldía Gustavo A. Madero, todos los automóviles entraron sin complicaciones sin importar que los conductores no llevaban puesto el cubrebocas de manera adecuada.
“No me dijeron nada cuando entré. Me tomaron la temperatura en la muñeca y ya. Nunca me pidieron mi cita aunque sí la traía. Adentro había varias personas reunidas sin mantener la sana distancia, aunque sí había dos personas de limpieza desinfectando las instalaciones”, contó Alberto García.
En contraste, al menos dos verificentros de la alcaldía Benito Juárez siguen todos los lineamientos al pie de la letra: solo reciben bajo cita, revisan que las personas usen correctamente el cubrebocas, no permiten la entrada a más de una persona por vehículo, proporcionan gel antibacterial, desinfectan los autos al entrar y al salir, y son vigilados por patrullas, para evitar “coyotes”.
“Pensé que el proceso sería más tedioso, pero la verdad es que salí en media hora. Todo el tiempo me sentí segura porque vi cómo desinfectaron mi carro. Mi hijo se quedó afuera esperándome. Me dieron gel y me tomaron la temperatura en la frente, todo muy bien”, relató Martha Espinosa, refiriéndose al verificentro BJ-27, a una cuadra de Calzada de Tlalpan y Eje 4 Sur.
La verificación vehicular se reanudó el pasado 10 de agosto. De acuerdo con Sergio Zirath Hernández Villaseñor, titular de la Dirección General de Calidad del Aire (DGCA), antes de la suspensión de actividades, faltaban alrededot de 800 mil automóviles por verificar.
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