Este domingo de resurrección, último de los días santos, sería un caos para todos los chilangos que aplicaron el acapulcazo exprés y tomaron unos días de diversión lejos de la ciudad. Si este fuera un año como cualquiera, las filas de las casetas serían inmensas, la playas estarían abarrotadas de gente y la ciudad estaría prácticamente “vacía”. Pero el turismo en esta Semana Santa 2020 fue diferente por COVID-19. Aquí te enseñamos y contamos qué tanto le ha pegado a esta industria.
Hemos visto circular en redes sociales fotos de ciudades y pueblos fantasma. Debido a las recomendaciones de la Secretaría de Salud de sana distancia y de permanecer en casa, muchas industrias se han visto fuertemente afectadas, entre ellas el turismo.
Así se vivió el turismo en Semana Santa 2020
De acuerdo a la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur), esta industria genera 10 millones de empleo en México. Estos se han visto afectados, pues para esta Semana Santa y de Pascua se esperaba una derrama económica de 53 mil millones de pesos.
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José Manuel López, presidente de la Concanaco, apuntó en un comunicado que los hoteles y prestadores de servicios resultaron afectados, ya que antes de la contingencia reportaban reservaciones de entre 90 y 95 por ciento, cifra que disminuyó drásticamente días antes de este frustrado periodo vacacional.
Así se vieron las casetas de la México-Cuernavaca sin sus largas filas propias de la temporada.
A pesar de eso, el turismo de la Semana Santa 2020 en algunas partes no había disminuido del todo y los habitantes de ciertos pueblos como los de Morelos (Cuernavaca, Tepoztlán, Yecapixtla, Temixco, Yautepec, Hueyapan, Ocuituco y Tetela del Volcán) se han visto obligados a cerrar sus “fronteras” e impedir el acceso a aquellos que no entienden que #NoSonVacaciones.
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