En tu día a día, ¿qué tan seguido escuchas el clásico chilango de “¡súbale, súbale!”? Por si no te has dado cuenta, los microbuses o micros, pa’ los cuates, son una especie en extinción en la CDMX.
La ciudad se está despidiendo poco a poco de los microbuses, con sus cláxones al ritmo de “La Cucaracha”, los gritos de los cacharpos atrayendo pasajeros, los conductores al estilo de “El Vítor” y esos viajes con cumbias a todo volumen.
Durante más de 35 años, estas unidades de transporte público recorrieron las calles chilangas. Ahora es tiempo de decirles adiós, ante la llegada de camiones modernos, mejor equipados y regulados.
El gobierno de la CDMX creó el programa de chatarrización, una iniciativa que forma parte de la estrategia de Movilidad Integrada y con la cual han desaparecido viejas rutas de microbuses.
¿Qué es el programa de chatarrización de microbuses de la CDMX?
El programa de chatarrización de microbuses de la CDMX busca transformar los corredores de transporte público concesionado, para ello, el gobierno capitalino se acerca a los prestadores de servicio a quienes ofrece un bono de 450 mil pesos por cada unidad destruida.
“Este bono ayuda a que los transportistas y concesionarios puedan comprar las nuevas unidades y con eso tener la renovación de flota. Lo más importante es que mejore la forma en la que operan”, explicó Fernanda Rivera, directora general de Licencias y Operación del Transporte Vehicular en la Secretaría de Movilidad (Semovi).
Una vez que son destruidas las unidades de una ruta, las autoridades incentivan la creación de una sola empresa para prestar el servicio de transporte para que compre las unidades nuevas. Eso sí, deben tener las siguientes características:
- Cámaras de seguridad
- GPS
- Validadores de Tarjeta de Movilidad
- Contadores de pasajeros
Estas innovaciones permiten a las empresas monitorear los viajes de cada una de sus unidades para evitar las prácticas de antes. O sea, ya no cambiarán repentinamente de ruta, no tendrán las puertas abiertas mientras circulan y deberán hacer las paradas en sitios establecidos.
“Es un cambio radical. Las rutas pasaron de tener concesionarios individuales que competían por el pasaje a una sola empresa, donde toda la flota tiene que operar de mejor manera”, detalló Fernanda Rivera.
¿Cuántos microbuses de la CDMX han desaparecido en un chasquido?
De acuerdo con datos de la Secretaría de Movilidad, en el sexenio van casi cuatro mil microbuses chatarrizados en la CDMX. Algunas rutas que se han renovado son las de Cuautepec, Culhuacanes, Aragón, Milpa Alta, Xochimilco o División del Norte.
Antes de que termine la administración de Martí Batres, la Semovi tiene como meta completar el cambio de unidades en Azcapotzalco, Xochimilco centro y en el Eje 8, que es la continuación del Trolebús que va desde Constitución de 1917 a Mixcoac.
A pesar de ello, todavía faltarán esfuerzos para la transformación de otros corredores en la Ciudad de México como en Tláhuac, Iztapalapa, el Centro Histórico o Gustavo A Madero.
“Estoy segura de que habrá continuidad en esta modernización (con Clara Brugada)”, señaló la funcionaria.
Choferes se resisten al cambio: “no es lo mismo que traigas tu dinero al día”
Gabriel Enrique Rodríguez ha sido conductor de transporte público por más de 30 años. Presenció la llegada de los microbuses a la CDMX y, ahora, ve cercana la despedida de las unidades como la que aún conduce en avenida Insurgentes.
El vehículo que maneja es un modelo 1991, y aunque cree que con una “buena manita de gato” podría seguir en servicio varios años más, no ve con buenos ojos el cambio. Sin embargo, estaría dispuesto a aceptar ciertas condiciones.
Le preguntamos su opinión sobre la renovación de las unidades. Con cierta resistencia, respondió: “No sé, no las he manejado”. Pero con seguridad añadió: “El cambio en general tiene sus beneficios y sus desventajas”.
“No estoy acostumbrado al sueldo quincenal, no sé cómo se va a pagar, no es lo mismo que traer tu dinero al día. Tú sabes cómo quieres trabajar y lo que vas a ganar”, agregó.
Como Gabriel, muchos otros operadores ven con recelo el cambio. La Secretaría de Movilidad (Semovi) es consciente de esta preocupación.
Fernanda Rivera, directora general de Licencias y Operación del Transporte Vehicular en la Semovi, explicó la importancia de acercarse a los conductores de microbuses durante este proceso.
“Para todas las personas, el cambio siempre es complicado, y en este caso, esas unidades han sido clave para los concesionarios. Desde la Semovi, nos sentamos a explicarles los proyectos, tratando de generar la mayor confianza para que ellos mismos lideren el proceso. Son ellos quienes se profesionalizan, toman los cursos y aprenden qué implica ser una empresa”, comentó.
¿Y para los usuarios? Rivera asegura que la ciudadanía ha recibido con agrado estas nuevas unidades, especialmente en zonas donde la modernización del transporte público había sido olvidada durante años.
“También es un cambio para los usuarios, porque ahora hay paradas establecidas que mejoran los tiempos de recorrido. Las opiniones son positivas; están contentos de recibir un mejor servicio”, afirmó.