El personal que el Metro de CDMX subcontrata a través de terceras empresas para la limpieza de sus instalaciones sufre abusos físicos y verbales tanto de sus superiores como de usuarios, no recibe materiales adecuados para asear pasillos, andenes o vagones y algunas veces hasta tiene que pagarlos de su propio bolsillo para poder trabajar. Además, padece por la falta de mantenimiento a las estaciones y por descuentos injustificados que provocan que sus ganancias terminen siendo inferiores al salario mínimo.
Claudia, de 36 años, ha trabajado a través de este esquema de outsourcing para al menos tres empresas que provén servicios de limpieza al Metro capitalino. Para exponer las precarias condiciones en las que desempeña su labor, dio su testimonio en el documental Tratado de invisibilidad, donde la directora, Luciana Kaplan, aborda las problemáticas que rodean a las personas que se dedican a limpiar espacios públicos en CDMX.
En entrevista con Chilango, Claudia profundizó sobre la forma en que se vive el día a día de uno de los trabajos más duros, pero menos apreciados y peor remunerados: la limpieza del Metro de CDMX.
Agresiones y descuentos injustificados al personal del Metro de CDMX
Claudia cuenta que el dinero que efectivamente recibe por su trabajo ronda los $3,100 quincenales. Esto se debe a que la empresa que la contrata para limpiar las instalaciones del Metro constantemente aplica descuentos injustificados a sus trabajadores.
“Te decían que [los descuentos eran] por los uniformes. Pero ya cuando ves las leyes, supuestamente los uniformes no te los deben de cobrar porque es parte del material que te deben dar”, cuenta para ejemplificar los pretextos con los que se realizan descuentos a quienes trabajan en la limpieza del Metro de CDMX.
Las amenazas de descuento también operan como un elemento coercitivo para ejercer prácticas de explotación laboral, como el aumento de las jornadas de trabajo:
“Supuestamente yo entro a las 6. Pero a las 5 ya tengo que estar en San Lázaro, porque si no, no me dejan trabajar. Si tú no llegas a esa hora, ya no te respetan tu lugar; te regresan y ese día ya no te lo pagan”, cuenta Claudia, quien actualmente es una de las encargadas de la limpieza de la Línea 1 del Metro de CDMX.
Antes, Claudia trabajaba en la Línea 9. Sin embargo, tuvo que pedir su cambio tras recibir amenazas y agresiones de su superior al alzar la voz contra estas prácticas injustas. Su caso no fue único. Recuerda que con ella trabajaban personas de la tercera edad que incluso llegaron a ser golpeadas. Quienes acceden a trabajar en estas condiciones y a tolerarlas son precisamente las personas en situaciones más vulnerables.
Falta de materiales y de condiciones sanitarias
Increíblemente, ni el Metro de CDMX ni la empresa que contrata a los trabajadores de limpieza les otorgan materiales e instrumentos adecuados para su labor.
“Los líquidos que nos dan para la limpieza del piso están súper rebajados”, relata Claudia. Agrega que cuando una escoba, recogedor o mechudo se rompen, no hay reposiciones; los trabajadores tienen que arreglarlos comprar nuevos de su propia bolsa.
“Aparte del robo de tu sueldo, tienes que poner los materiales. ¿Cómo es posible que si esa empresa se dedica a la limpieza, no te dé lo mínimo para trabajar?”, cuestiona.
Por otro lado, además de enfrentar los abusos de sus superiores, quienes se dedican a la limpieza del Metro de CDMX también están a merced del mal uso de las instalaciones que hacen los usuarios:
“Hay usuarios que dejan mucho que desear”, reconoce Claudia. Como ejemplo, recuerda las ocasiones en que le tocó lidiar con pasajeros de la Línea 9 que salían de conciertos, festivales o eventos como la Fórmula 1:
“La basura no es el mayor problema. El problema es que cuando son los eventos ahí te vomitan a cada rato. En Pantitlán también hay áreas donde se hacen del baño, hay orines constantemente”. Obviamente no nos dan el material adecuado para limpiarlo. Se te puede pegar una infección o algo”, relata.
Agrega que algunos usuarios incluso son agresivos. El simple hecho de pedirles que no tiren basura “puede causar que te mienten la madre o que te golpeen”.
Deterioro en instalaciones del Metro de CDMX
Otro reto para el personal que limpia el Metro de CDMX es el deterioro de las instalaciones. En época de lluvia, las filtraciones de agua aumentan la carga de trabajo.
Al respecto, Claudia acusa que las rehabilitación que se ha hecho a estaciones del Sistema de Transporte Colectivo ha sido meramente cosmética y no resuelve sus problemas estructurales. Como ejemplo, menciona el caso de la Línea 1, donde ella trabaja:
“En tramo cerrado todas las estructuras está corroídas; les sale salitre. Y sobre esa estructura que está ensalitrada, le ponen los muros nuevos. Lamentablemente esa es la parte que no ven los usuarios. Cuando se abre la línea y tú la ves, aparentemente se ven los cambios, se ve bonito. Pero al momento de las lluvias nosotros somos los que estamos batallando”.
“Me siento orgullosa”
Pese a las condiciones desfavorables, los maltratos y la precariedad laboral, Claudia asegura que puede sentirse orgullosa de lo que hace:
«Mucha gente puede decir: “Hay, guácala a lo que se dedica”. Pero cuando yo acabo el turno y volteo a todos lados y puedo decir: “Eso yo lo hice, yo dejé como espejito, no hay basura, no hay manchas”, me siento orgullosa».
Si bien considera que muy pocas veces los usuarios valoran su trabajo, también piensa que ello es por el desconocimiento de sus condiciones laborales.
Outsourcing persiste en el Metro de CDMX
A pesar de que con la reforma de 2021 en materia de otsourcing supuestamente quedó prohibida la terciarización laboral, la ley dejó la puerta abierta a la subcontratación de trabajadores con actividades especializadas, como la limpieza y la seguridad. La condición fue que las empresas proveedoras de ese tipo de servicios se dieran de alta en el Registro de Prestadoras de Servicios Especializados u Obras Especializadas (REPSE) de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS).
Gracias a esa laguna, el Metro de CDMX puede contratar a una empresa que realice la limpieza de las instalaciones sin preocuparse por dar seguridad social a quienes realizan ese trabajo, lavándose las manos ante la violación de sus derechos laborales.
En el tiempo que Claudia ha laborado realizando la limpieza del Metro de CDMX al menos dos empresas han sido sus empleadoras directas, contratadas por el Sistema de Transporte Colectivo. Una de ellas es Tecnolimpieza Ecotec S.A. de C.V., mientras que la otra es Limpiacero S. de R.L. de C.V. Esta última empresa también ha realizado labores de limpieza en el Tren Ligero, Trolebús y Cablebús a través de contratos otorgados por el Servicio de Transportes Eléctricos.
Estos casos demuestran que el outsourcing no se ha terminado en México y que, irónicamente, hasta las instituciones púbicas se siguen beneficiando de este esquema.