Lo bueno, lo malo y lo feo de Uber Pool
Por: Gabriela Chávez
Pagar menos para salir del aeropuerto y llegar a casa lo más rápido posible, supera tener que mantener una plática incómoda con otro pasajero. Esa fue la lógica detrás de la decisión de Luis Estrada, usuario de la plataforma de transporte digital, Uber, cuando decidió pedir un Uber Pool.
El tráfico de la Ciudad de México esa tarde hizo que los choferes de Uber X no se dieran abasto. En la pantalla de la aplicación de Luis marcaba que no había ninguno disponible, sólo Uber Black; sin embargo, estaba la opción de coche compartido de Uber, Uber Pool.
La pantalla de su dispositivo marcaba en azul un cuadro que sugería el nuevo servicio, con un precio menor al usual.
“Era un 30% o 40% más económico”, cuenta Luis; “de los 70 o 60 pesos que pago del aeropuerto hacia mi casa me cobraron 40 pesos”.
El auto llegó sin tardar más de lo normal y Luis empezó su viaje del aeropuerto a su casa, cerca de la zona; sin embargo, admite que compartir el auto con otro pasajero no fue cosa fácil.
“Te sientes como invadido”, dice el usuario. “la otra persona intenta hacerte la plática, pregunta de dónde vienes y el tema de conversación en el Uber es Uber”.
“Se me hizo invasiva la otra persona, pero en cuestión de servicio estuvo bien y lo que más destaco es lo económico”, admite Estrada.
Ahorrar cerca de 30% del trayecto, bien puede valer la pena para hacer el esfuerzo de mantener una plática forzada durante algunos kilómetros, además, de entrada cuando pides este servicio sabes que compartirás con alguien que no conoces, igual y te gusta o no, como quien te toca a un lado en el Metrobus e incluso en un avión.
Total, la suerte dicta quién ocupa el asiento contiguo. A otra usuaria del servicio, Andrea López, le tocó el otro lado de la moneda.
“La experiencia fue muy buena. Iba con mi novio, reservamos dos lugares y sólo se subió una persona más. Cada quien iba en su rollo, no hubo como plática incómoda ni nada por el estilo”, cuenta Andrea, que ha usado la plataforma de Uber desde hace más o menos dos años.
En Uber como en cualquier otro servicio, cada quien habla como le va en la feria; sin embargo, tanto Luis como Andrea coincidieron en dos cosas: que cueste más barato es lo que vale la pena del servicio, pero al compartir viaje, la seguridad, es algo que preocupa.
Recientemente corrieron testimonios en redes sociales que relataban asaltos dentro del servicio compartido de Uber. Luis cuenta que uno de estos testimonios fue de alguien a quien le tiene confianza, por lo que dice que ya no toma el compartir a la ligera, aunque tampoco es un factor que le orille a dejar de usar el servicio.
“Sí lo usaría, pero con precauciones”, dice Luis.
Ni ahorré, ni viajé
Ver un precio menor a lo esperado en la pantalla es siempre una grata sorpresa; como encontrar de pronto un billete en la bolsa del pantalón, pero en mi caso, ni viaje, ni me cobraron menos.
Al igual que otros usuarios desesperados por apurar la salida de un lugar tan saturado como el aeropuerto de la Ciudad de México, saqué mi celular para pedir un Uber e ir a casa. Sí había Uber X disponible pero la aplicación sugería probar Uber Pool. La tarifa estimada hacia el sur de la ciudad era de 90 pesos contra más de 120 en el servicio normal. Lo acepté.
Esperé menos de cinco minutos. Abordé el sedán plateado como cualquier otro servicio de Uber, pero esta vez el chofer me notificó que tardaríamos unos minutos en arrancar, pues debíamos esperar a la otra pasajera, una rubia que no tardó en llegar a un costado el auto, abrir la puerta y sorprenderse de que ya había alguien más adentro.
Una vez pasada su sorpresa- y algo de molestia- entendió que al pedir el servicio pidió el modo compartido; lo asumió y se dispuso a hacer plática. ¿Ya habías pedido Uber Pool?, dijo. Sin embargo, no avanzamos más de unos metros cuando la pregunta del chofer cortó el viaje.
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¿A dónde vamos primero a Tecamachalco o a la Narvarte?, dijo.
Las rutas no se cruzaban. La prisa de ambas aumentaba y la razón detrás de dicha confusión de vías no se hacía presente. Tras el nulo conocimiento del chofer para resolver el inconveniente el viaje fue cancelado. Ambas pedimos un Uber X por separado y la experiencia de compartir coche quedó trunca, sumada a un cobro a mi cuenta por 90 pesos del viaje, el cual aunque se me reembolsó horas después, entorpeció la experiencia.
Jorge, otro usuario de Uber desde hace más o menos un año, también recibió un cargo de 20 pesos al cancelar un Uber Pool- esta es una política de cancelación del servicio por posibles afectaciones que pueda haber a otros pasajeros- a él no le reembolsaron; sin embargo, admite que está dispuesto a seguir usando el servicio para ahorrar dinero en los traslados.
“Lo he probado tres veces hasta ahorita y lo que más que gustó fue que la tarifa no cambia, es fija, pero no me ha tocado una experiencia de esperar a los otros pasajeros o algo así”, dice Jorge.
Según los datos oficiales de Uber, la diferencia de costo entre ambos servicios, es de 30%, además, al compartir, la tarifa no sufre cambios. Nada de tarifas dinámicas.
A poco más quince días de que se lanzó Uber Pool en la Ciudad de México, la compañía compartió que 10% de los viajes realizados durante este tiempo fueron dentro de la plataforma compartida y sólo en 35% de los recorridos los pasajeros estuvieron al mismo tiempo en el coche con otra persona.
“A mi no me ha tocado que se suba otra persona al mismo tiempo que yo, yo creo que por la ruta. Una era Constituyentes, así que supongo que es más complicado y las otras veces era ya noche, yo creo que por eso. Lo seguiría usando aunque no cuando tenga prisa”, cuenta.
No obstante, Jorge, afirma que le gusta compartir el auto, aunque sea con un extraño, la expectativa del servicio es alta.
“Me parece muy bien, hasta con expectativas altas de que a lo mejor conoces a alguien, al amor de tu vida o algo”, dice.