Previo: Final Fantasy XIV: A Realm Reborn
Por: Hugo Juárez
Seamos sinceros: Square Enix la regó (y muuucho) con Final Fantasy XIV la primera vez que salió hace tres años; tanto que la compañía se tuvo que disculpar públicamente y prometió que el juego regresaría totalmente mejorado.
Tiempo después, aún me sigo preguntando por qué una compañía tan grande y con tanta experiencia permitió que un juego tan malo saliera a la luz, pero en fin, se vale equivocarse y hoy el panorama es diferente.
Este Final Fantasy XIV mejoró notablemente.
O por lo menos eso es lo que noté en el beta que Square Enix abrió para demostrarlo. De entrada hay que decir que esta vez me divertí jugándolo (claro, después de varios minutos de explicaciones sobre la trama, los controles, los objetivos, etc., etc., etc., que al final del día agradecí porque en el primer FFXIV no obtuve nada de eso y andaba explorando el mundo a tontas y a locas…), y eso ya es decir porque la primera vez no fue nada agradable.
A Realm Reborn es, como su nombre lo dice, un juego prácticamente diferente y renacido. Se rehicieron la trama, el motor gráfico y las mecánicas de juego. Además se agregaron algunos conceptos que, si bien no inventan el hilo negro, funcionan en su conjunto. Como pasa con este tipo de juegos, la suma del todo es mayor a los detalles.
Una de las mejoras más importantes radica en los Levequest, que ya no estarán limitados a tu “cansancio”, por lo que podrás involucrarte en ellos ilimitadamente. Lo bueno es que son opcionales y te dan bastante experiencia, lo malo es que están pensados para niveles altos y grupos grandes. Si eres Forever Alone, ni se te ocurra… a menos que seas masoquista.
También tenemos los clásicos eventos al azar (llamados aquí Full Active Time Event, o FATE) que siempre resultan divertidos, pero lo mejor es que están “calibrados” para que sepas perfectamente cuáles valen la pena y cuáles no, según tu nivel. Vale la pena que te distraigas en ellos porque siempre dan buenas recompensas, aunque, repito, depende de tu nivel. Otra cosa en la que te puedes clavar en la “cacería” de monstruos: tienes una lista de ellos, y si matas a los requeridos, obtendrás premios.
Por supuesto que la curva de aprendizaje de este título no es horizontal, pero lo mismo pasa en todos los juegos del género. Si bien las cosas se “facilitaron” mucho en comparación con el antiguo FFXIV (y va entre comillas porque en realidad en A Realm Reborn se están haciendo las cosas como debieron ser desde el inicio), no esperes que todo esto sea un paseo en el parque, y menos cuando eres novato en este tipo de géneros.
Sin embargo, como suele pasar, si tienes paciencia y te dejas seducir por lo bonito que se ve este juego, cuando te des cuenta serás todo un experto y le dirás “adiós” a tu vida social. Suena malo, pero no lo es: ¡es un Final Fantasy! Esas cosas pasan.
Final Fantasy XIV: A Realm Reborn
Publica: Square Enix
Consolas: PC, PS3, PS4
Salida: 27 de agosto 2013
Clasificación: T para adolescentes