Antes de tomarse la famosa fotografía donde aparecen juntos en Palacio Nacional, Francisco Villa y Emiliano Zapata se conocieron en Xochimilco, en un edificio que en épocas de la Revolución Mexicana era un lujoso hotel, pero que hoy en día luce abandonado, casi en el anonimato, pese a su importancia histórica.
Frente al Mercado de Xochimilco, en el cruce de las calles Francisco I. Madero y 16 de Septiembre, se encuentra el edificio popularmente conocido como Zapatería La Ribera, nombre del último negocio que albergó antes de cerrar sus puertas.
Hace 110 años, ese mismo edificio era sede del Hotel Xochimilco. El 4 de diciembre de 1914, el Centauro del Norte y el Caudillo del Sur se reunieron para firmar el Pacto de Xochimilco, una alianza entre la División del Norte y el Ejército Libertador del Sur donde, además, sus líderes se comprometieron a apoyar el Plan de Ayala, realizar el reparto de tierras entre campesinos y llevar a un civil al poder.
No fue sino hasta dos días después, el 6 de diciembre de 1914, cuando los caudillos marcharon de Xochimilco a Palacio Nacional.
Tras la Revolución Mexicana, el Hotel Xochimilco pasó a ser sede de un consultorio médico, de un escritorio público y hasta de una pulquería, según cuentan habitantes de la zona. Luego albergó la zapatería La Ribera, hasta que esta tuvo que cerrar por la pandemia y finalmente quedó abandonado.
En noviembre de 2023, el gobierno de CDMX anunció la expropiación del inmueble. El entonces jefe de Gobierno, Martí Batres, aseguró que se encargaría de restaurarlo para convertirlo en un museo de sitio. Sin embargo, en recorridos realizados por Chilango entre enero y noviembre de 2024 no se han observado trabajos en el lugar.
Pero aún con sus puertas cerradas, el antiguo Hotel Xochimilco es testigo histórico de la forma en que la Revolución Mexicana se vivió en esta zona de CDMX.
¿Revolucionarios o sanguinarios? Así se vivió la Revolución Mexicana en Xochimilco
No hay una forma sencilla de explicar cómo eran percibidos Villa y Zapata en Xochimilco durante la Revolución Mexicana. La respuesta varía en función de las distintas etapas de este periodo histórico, explican a Chilango Joaquín Monroy y Felipe Quezada, integrantes de Madeja de Ideas, colectivo que se dedica a dar recorridos culturales por sitios históricos de la alcaldía.
“Antes de llegar a Xochimilco el ejército zapatista había tomado control de Cuautla, Cuautepec, Tlayacapan y toda esa zona de Morelos hasta llegar a Milpa Alta. Esto generó terror entre la población de Xochimilco, porque durante la primera etapa de la Revolución Mexicana, Madero y Zapata no se llevan bien. Entonces, Madero se encargó de hacer una campaña negra contra Zapata. Lo llamaba ‘El Atila del Sur’, porque decían que llegaba a las poblaciones a matar gente”, cuenta Felipe.
El historiador agrega que esa mala fama del Ejército Zapatista era “mitad verdad y mitad mentira”. Al llegar a las poblaciones, muchos ejércitos revolucionarios robaban comida para poder continuar su camino. También cometían saqueos y violaciones, así como reclutamientos forzados:
“Hay anécdotas de cómo llegaban los revolucionarios a Xochimilco. Por ejemplo, aquí en el barrio de San Juan, se sabe que pusieron las carabinas en el ahuehuete e invitaron a toda la población a sumarse a la Revolución. Por supuesto, era una invitación obligatoria a unirse a la leva. Llegaba el ejército y levantaba a cualquier masculino que pueda tomar un arma. Se los llevaban obligados”.
Joaquín cuenta que inicialmente la percepción del pueblo de Xochimilco era que los revolucionarios eran “unos asesinos sanguinarios”. Sin embargo, esa percepción cambió cuando Emiliano Zapata comenzó a poner en práctica sus ideales revolucionarios:
“A partir de 1915, el zapatismo cobró más relevancia. Zapata se retiró con su ejército al sur y empezó a hacer la repartición de tierras. Entonces, cuando todo el mundo se entera de lo que está haciendo, empezó a haber una aceptación”.
Poco a poco, en algunas comunidades de Xochimilco, la población comenzó a unirse a la Revolución Mexicana, ya no por un reclutamiento forzado, sino de manera voluntaria:
“En Tulyehualco, por ejemplo, la valoración de la Revolución es muy fuerte porque existen testimonios de personas del pueblo que se convirtieron en generales o generalas. Lo mismo pasa en San Gregorio. Si uno va y platica con la gente de estos lugares tienen pistolas, carabinas, sombreros, nombramientos o documentos de la Revolución”.
La lucha era por la tierra… ahora es por el agua
Pero ¿por qué el primer encuentro entre Villa y Zapata se produjo en Xochimilco y no en algún otro lugar?
Para entenderlo es necesario analizar el contexto histórico de la Revolución Mexicana y las características geográficas de Xochimilco.
Aunque los ejércitos de ambos caudillos ya habían forjado alianzas para luchar contra Victoriano Huerta, lo habían hecho a través de subordinados.
Entre octubre y noviembre de 1914, se llevó a cabo la Convención de Aguascalientes, tras la cual la Revolución Mexicana quedó dividida en dos bandos. Villa y Zapata pertenecían al bando convencionalista, que apoyaba el Plan de Ayala y la llegada de un civil al poder. Por su parte, Venustiano Carranza formó el ejército constitucionalista para tratar de llegar a la presidencia.
En diciembre de 1914, Villa y Zapata avanzaron hacia la Ciudad de México para tomarla y hacer que Carranza se replegara. Su encuentro se dio en Xochimilco porque se trataba de un sitio estratégico desde un punto de vista militar, explican Felipe y Joaquín:
“La razón por la cual Villa y Zapata deciden encontrarse en Xochimilco tiene que ver con una posición estratégica. Ellos tenían por misión y por objetivo tomar la Ciudad de México. Tomar la ciudad implicaba sitiarla; eso a su vez implicaba tomar Xochimilco porque los ojos de agua de Xochimilco surtían al centro de la Ciudad de México desde el Porfiriato”.
A partir de 1916, Zapata abandonó la lucha en contra del bando constitucionalista. Luego se replegó hacia Morelos, donde llevó a cabo el reparto de tierras para campesinos. “También se sabe que repartió tierras en Milpa Alta y Xochimilco”, comentan los historiadores.
Felipe apunta que, irónicamente, “si en algún tiempo se peleó por la tierra dentro del zapatismo, ahora se está peleando por el agua”.
Actualmente, muchas comunidades de Xochimilco carecen de esa característica que hizo de su territorio un sitio estratégico durante el Porfiriato y la Revolución Mexicana. La falta de agua deriva de décadas de explotación para abastecer al centro del país.
“En el Porfiriato se decía que Xochimilco tenía ‘agua sobrante’, que nada más estaba ahí en los canales estancándose y que no se usaba para nada. Desde ese entonces empezaron a construirse los pozos de extracción de agua para surtir al centro de la ciudad con el agua de Xochimilco”.
En la actualidad los movimientos sociales más activos en Xochimilco son precisamente los de la defensa del agua, como el del pueblo de San Gregorio Atlapulco.
Museo de la Revolución Mexicana en Xochimilco, una promesa incumplida
El 24 de noviembre de 2023, el etonces jefe de Gobierno, Martí Batres, anunció la expropiación del edificio de la zapatería La Ribera.
“Aquí estuvieron Villa y Zapata y eso merece una expropiación del lugar donde se encontraron, se abrazaron y reivindicaron los derechos del pueblo que después se plasmaron en la Constitución”, comentó.
Asimismo, aseguró que restaurar y proteger el edificio es “una obligación del gobierno”. Y también prometió convertir el lugar en un museo de sitio.
Un año después, el lugar sigue tan abandonado como entonces, sin signos visibles de la más mínima restauración.
Al respecto, Felipe considera que, pese a su importancia histórica, el antiguo Hotel Xochimilco ha sido objeto de olvido tanto de la alcaldía como del gobierno de la CDMX y del federal. En cambio, los proyectos para rescatar el espacio, resaltar su importancia y difundir su historia provienen de la propia comunidad:
“Ha faltado mucho impulso a nivel institucional. Lo que se ha hecho es el trabajo comunitario que muchas organizaciones realizan para revalorizar y redescubrir parte de la historia de nuestro entorno”, comenta.
Por ejemplo, en la fachada del edificio se encuentra una placa conmemorativa que colocada por Taller El Ahuehuete y el colectivo Madeja de Ideas para visibilizar que el sitio fue lugar del encuentro entre Villa y Zapata.
En ese sentido, Madeja de Ideas enfatiza la importancia de rescatar el lugar para preservar la memoria colectiva de la Revolución Mexicana.