El 2 de julio, día en que arrancará la verificación 2018 para todos aquellos coches con placas chilangas, está cada vez más cerca. Al comenzar el próximo mes, 55 verificentros de CDMX reanudarán el Programa de Verificación Vehicular y estrenarán un equipo para revisar las de emisiones contaminantes y el estado de los autos. Si sigues teniendo dudas sobre cómo cambiará el proceso, aquí te explicamos.
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La directora de Calidad y Gestión del Aire de la Secretaría de Medio Ambiente de CDMX, Beatriz Cárdenas, aseguró que en el próximo periodo, que iniciará el lunes 2 de julio, no habrá rechazos masivos de vehículos, porque los límites de emisión de gases serán los mismos de antes; lo que sí vamos a ver son nuevas mediciones que podrían convertirse en un factor de no aprobación.
De acuerdo con la especialista, otra condición para descartar rechazos masivos es que la flota vehicular registrada en Ciudad de México no es tan obsoleta. La mayoría de los autos, dice, se encuentra en el periodo de los 10 años de vida útil, es decir, en buenas condiciones.
«La mayor parte de los hologramas que se emiten en la flota de la ciudad son 0, hay pocos 1 y 2, porque ya se cumplen ciertas características de bajas emisiones –dice–. En ese sentido, no se cambiaron los criterios de rechazo ni el otorgamiento de hologramas y tampoco se van a aplicar infracciones si los vehículos tienen problemas en las inspecciones físico-mecánicas».
Explica que la Verificación 2018 y la renovación de los verificentros responde a tener mejor tecnología para dar certidumbre al ciudadano, mostrar que las mediciones son repetibles y que se están haciendo bien.
Las otras mediciones de la Verificación 2018
Algo que ha causado incertidumbre son las nuevas mediciones que formarán parte del proceso de verificación 2018: llantas, estado de los frenos y suspensión son algunas de ellas.
Pero guarda la calma, la directora de Calidad y Gestión del Aire aseguró que estos factores, por ahora, no serán una condición de rechazo; más bien se convertirán en un dato estadístico para conocer a detalle el estado de la flota vehicular y el proceso de envejecimiento de los autos con el paso de los años.
Las pruebas físico-mecánicas detallarán las condiciones de algunos componentes del auto, que, de no estar en buenas condiciones, tienen un impacto de emisiones a la atmósfera.
«Los frenos se van a revisar y, más allá del tema de seguridad, si no están en buenas condiciones, la fricción de los componentes genera desgaste y libera partículas diminutas que –al paso del auto– se depositan en el espacio de rodamiento y cada que pasen vehículos quedarán suspendidas en el aire y las estaremos respirando», dice Beatriz Cárdenas. Este tipo de partículas metálicas tienen un impacto ambiental y en la salud de las personas.
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Otros aspectos a medir son la alineación y la suspensión, pues implican una disminución hasta de 30 % en el gasto de combustible si están en buenas condiciones, lo cual se traduce en menos emisiones.
Con las llantas ocurre un fenómeno similar al de los frenos: al estar desgastadas, se desgarra el material neumático y acaba en el aire en forma de partículas suspendidas.
«Vamos a identificar los niveles de emisión de esas partículas en cada uno de los autos y a partir de ahí podremos pensar en mejoras de mantenimiento para reducirlas. Ya tenemos algunos estudios y pruebas, pero, una vez que tengamos todo el universo de la flota capitalina registrada, podremos definir algunos criterios para que sean o no cuestión de rechazo en la verificación 2018. Hasta ahora todo es estadístico», insiste.
De acuerdo con la especialista de la Sedema, desde el punto de vista médico hay impactos cardiovasculares y en el sistema nervioso por la exposición a las partículas finas y ultrafinas.
«En algunos casos, estas partículas tienen componentes que pueden ser tóxicos e incluso cancerígenos. En estudios que se han hecho en otras ciudades están relacionadas con la reducción en la expectativa de vida», detalla.
-Si se van a hacer inspecciones físico-mecánicas, ¿habrá algún compromiso con otras secretarías para arreglar las calles? ¿Cómo van a evitar que los autos reparados se dañen de la suspensión y llantas por caer en baches y coladeras?
–Por supuesto. Tenemos que mejorar vialidades, las secretarías correspondientes tienen que mantener las condiciones óptimas y nosotros como ciudadanos debemos cumplir con nuestras obligaciones, como el pago de impuestos y el cuidado de las calles. Va a tener que ser un trabajo conjunto, pero lo uno no excluye lo otro. Son trabajos que cada una de las secretarías tiene que hacer por su cuenta. A nosotros, en la Secretaría de Medio Ambiente nos compete implementar medidas, implementar programas que reduzcan emisiones.
Moverse en auto particular deja una huella muy grande: tanto por la emisión de contaminantes como por el consumo de combustibles no renovables. Por eso, Cárdenas rechaza que políticas públicas como la verificación vehicular o el Hoy No Circula tengan que ver con la compra de autos más modernos.
«No se trata de privilegiar tecnologías sino de estrategias. Si no puedes comprar el híbrido o eléctrico que todos quisiéramos, mantén tu auto en buenas condiciones, afínalo, hazle una inspección físico-mecánica y repáralo. Muchos carros tuvieron una segunda vida con el convertidor catalítico, si bien hay algunos que se están quedando obsoletos en la CDMX, no están dejando de circular».
Explica que la estrategia local que acompaña la verificación es el Hoy No Circula, cuyo objetivo no es limitar la circulación al 100 %, sino reducir las emisiones restringiendo el número de kilómetros que puede recorrer. Sin embargo, el uso responsable va más allá, implica un cambio de paradigma personal, cuestionarse si vale la pena tener un auto y siendo conscientes del impacto social, ambiental y económico.