Chilango que se respeta empieza su día maldiciendo los retrasos en el Metro, escuchando el clásico “súbale hay lugares” del conductor del microbús (aún cuando no hay ni un asiento libre) o bien, soltando la carcajada con algún meme que vio en el perfil del Metro Tacubaya en Facebook.
Lo que nació como un pasatiempo de un joven godín que trabajaba en una oficina de Paseo de la Reforma se convirtió en un sitio con el que más de un millón de usuarios se sienten identificados, pues es la mejor representación de lo que se vive y padece todos los días en el transporte público de la CDMX.
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Francisco Austria es quien le pone ingenio a los memes, videos, chistes e imágenes. Esa habilidad hizo que se ganará el apodo del Tío Tacu, un personaje capaz de encontrarle el lado gracioso de cualquier situación típica en la vida de un chilango.
“Soy un usuario del Metro, del camión, de la combi. Me he quedado afuera esperando a que abra el Metro, fui un chico godín que sabe lo que se siente viajar en las horas pico”, cuenta el Tío Tacu.
La idea del perfil en Facebook de Metro Tacubaya nació en 2014, pero fue dos años después cuando empezó a popularizarse, luego de la publicación de un video en el que una joven maldice los retrasos de la limusina naranja.
Esa publicación, recuerda Francisco, alcanzó más de 50 mil likes, por lo que a partir de ese momento se dio cuenta de que podía impulsar más su idea de entretenimiento urbano, utilizando las situaciones diarias que ocurren en el transporte público.
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“Me di cuenta de que la página ya estaba en otra posición para empezar a subir más contenido, entonces me comprometí a hacer más cosas sobre el Metro. Las imágenes que empezaba a subir ya tenían más alcance, superaban los 100, 200, 300 likes”, cuenta Francisco sobre la evolución de su sitio.
Un zapato atorado en una puerta del Metro, un pasajero pelando ajos a las 7:30 de la mañana en un microbús o un lomito viajando en el transporte forman parte de las imágenes de esta ciudad, pero también son oro molido para el Tío Tacu.
Aunque muchas de las imágenes que comparte son fotos que él mismo toma en sus viajes diarios, las aportaciones de sus seguidores son parte importante de la identidad de la página.
“Nos etiquetan mucho en otras publicaciones, por ejemplo, el video de la ola en el Metro. en otra ocasión un usuario nos mandó un video de una pedida de mano, otra persona envió fotos de su sesión de boda adentro del Metro, videos paranormales, como el de dos policías que van un vagón y éste se empieza a mover de un lado a otro”, enlista Francisco, sobre los mensajes que diariamente recibe.
Pero el Tío Tacu no solo le saca una sonrisa al godín que lleva 30 minutos esperando un tren en la Línea 7, también ha espantando a uno que otro, pues recientemente lanzó otro proyecto. En este caso se trata de videos en los que cuenta historias paranormales que los mismos usuarios del Metro le mandan.
Todo comenzó con una pregunta que el Tío Tacu lanzó para ver si había más historias de ese tipo. Para su sorpresa, cientos de chilangos le relataron sus experiencias, incluso trabajadores del Metro le aseguraron que en los talleres se aparece una niña.
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Escuchar y relatar lo que otros usuarios viven es parte del éxito de la página, señala su creador: “La gente se identifica porque se ven a ellos mismos en Metro Tacubaya, les gusta verse reflejados en un meme”.
Aunque pareciera que estar detrás de una página de humor ácido es una tarea sencilla, no siempre es así. Francisco señala que con el tiempo que lleva creando los contenidos se ha dado cuenta de qué temas son difíciles de tocar y en cuáles prefiere no meterse.
“Los mensajes con denuncias son de los más recurrentes, pero también hay quien pide ayuda para encontrar objetos perdidos, quien envía videos de cómo operan los carteristas o de quienes se queja por el servicio”.
Pero el Tío Tacu no quiere ser recordado solo por los memes. Sus planes a futuro para esta página son muchos, como “demostrar que el Metro no solo es un transporte, sino que tiene lugares como el museo, la oficina de objetos perdidos, el Centro de Transferencia para perritos perdidos, las estaciones temáticas o lo que hay dentro de los talleres”.
Francisco no solo es el joven que está detrás de los chistes, también representa a miles de chilangos que se identifican con ese sentimiento de ir en una lucha cuerpo a cuerpo, cara a cara, dentro de un vagón o de saber que llegarás tarde al trabajo porque la limusina naranja nomás no avanza.
Al cuestionarle como define la relación de amor-odio que los chilangos tenemos con el transporte público , el Tío Tacu lo define de una manera romántica (o no): “El Metro es como los ex, lo odias, pero sigues sintiendo algo por ellos”. Seguro, más de uno estará de acuerdo.
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