¿Dolor muscular o fatiga? No es covid-19, es tecnoestrés
El tecnoestrés en la pandemia es más común de lo que crees; no solo te afecta psicológicamente, también puede traer daños a la salud
Por: Karen Andrade
El tecnoestrés en la pandemia es más común de lo que crees; no solo te afecta psicológicamente, también puede traer daños a la salud.
Eran las 12:00 de la noche de un viernes. Sergio llevaba más de 14 horas frente al monitor de su computadora, terminando el trabajo de la semana. En ese momento comenzó a sentir que su corazón latía más rápido y el sudor lo invadió rápidamente. Pensó que estaba enfermo y tenía razón.
Él fue víctima del tecnoestrés en la pandemia, un malestar que se agravó a tal grado que se estima que 7 de cada 10 mexicanos (75%) lo padece.
Fatiga, problemas estomacales, dolores musculares, caída del cabello e insomnio son solo los primeros signos de alerta para alguien que sufre de este padecimiento psicológico. A la larga, las consecuencias en la salud suelen ser peores.
“Deriva en padecimientos asociados: la fatiga trae un estrés crónico, que se va manifestar en afecciones cardíacas, parálisis, va afectando otros órganos porque ese estrés trata de salir”, explica la especialista de la Facultad de Psicología, Erika Villavicencio-Ayub.
Aunque no se trata de una enfermedad nueva, las alertas se encendieron luego de que la pandemia obligó a las empresas a establecer el trabajo desde casa o a distancia. De acuerdo con datos de la psicóloga, se estima que 70% migró al teletrabajo. El problema es que dos de cada 10 empresas cambiaron de manera abrupta, sin tener experiencia sobre esta modalidad.
“Muchas empresas han excedido las cargas de trabajo, no tienen políticas claras, hay trabajadores que están haciendo las labores de dos o tres personas, que ya no están en la empresa”, explica la especialista sobre las causas que han incrementado el tecnoestrés en la pandemia.
Signos de alerta del tecnoestrés en la pandemia
Luego de la taquicardia, Sergio se percató que los más de cinco meses que lleva trabajando horas de más desde casa le estaban pasando factura.
A partir de marzo pasado, cuando se decretó la emergencia sanitaria, Sergio dejó de asistir a la oficina, pero el joven de 35 años le dedicó la mayor parte de su tiempo al trabajo. A todas horas respondía mensajes de WhatsApp y correos de sus jefes. No importaba que fuera fin de semana.
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“Al principio pensé que la pandemia duraría un par de meses y que no había problema si dedicaba más tiempo al trabajo. No me negaba si me pedían cosas fuera de mi horario de oficina. Total, tampoco podíamos hacer muchas cosas”, recuerda.
El error de Sergio que desencadenó su cuadro de tecnoestrés en la pandemia fue nunca desconectarse del trabajo.
La especialista de la UNAM señala que las empresas deben de tomar en cuenta que sus empleados son seres biopsicosociales y cuando se les asignan jornadas y cargas más fuertes de trabajo, se les exige estar conectado 24/7, incluidos fines de semana, esto conlleva al estrés y repercute en la productividad.
“El tecnoestrés aparece derivado del uso excesivo de las tecnologías. Sin embargo, depende de la situación. También podemos hablar de tecnofatiga, cuando se está expuesto a largas horas con exceso de carga laboral”, explica Erika Villavicencio-Ayub.
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Además de la sobreexposición a la tecnología, otros factores hacen más susceptible a una persona ante el tecnoestrés en la pandemia. Uno de esos factores es la necesidad de salir y convivir con otras personas, pues ese deseo los hace más propensos a estresarse, señala la experta en salud ocupacional.
Peeero, ¿cómo saber si también eres víctima del tecnoestrés en la pandemia? La psicóloga explica que si te sientes cansado, con malestares físicos como dolor de cabeza, vista cansada, dolores musculares o simplemente te sientes triste o con ganas de discutir frecuentemente es probable que tengas el padecimiento.
¿Cómo prevenir el tecnoestrés?
La especialista señala que evitar este padecimiento depende de las posibilidades de realizar otras actividades. Es decir, tienes que darte espacios para “salir” del trabajo, alimentarte adecuadamente, descansar, así como realizar actividades físicas al menos 30 minutos al día e interactuar o realizar videollamadas con familiares y amigos.
En lo que corresponde a las empresas, Villavicencio-Ayub dice que éstas tienen que elaborar políticas que detallen cómo se van a organizar, cuáles son las reglas y qué mecanismos les van a permitir tener un mejor desempeño sin afectar la salud de los trabajadores.
Sin embargo, la investigadora de la Facultad de Psicología destaca la necesidad de una reforma legal que establezca en la Ley Federal del Trabajo el derecho del trabajador a desconectarse fuera de los horarios convenidos en la jornada laboral.