Cuando Elvia Arias era chiquita, cuenta, en el Río Lerma había peces. Era un río bonito, de agua cristalina en la que daban ganas de bañarse. Ahora, cualquiera que se acerque al municipio de Lerma, en el Estado de México, percibe el azufre penetrante. Da miedo meter el dedo del pie y tomar de esa agua es un atentado suicida. Ni hablar de peces.
“Vi cómo fue decayendo y, aunque estaba chica, sabía que estaba mal”, cuenta Arias, que ahora dirige H2O Lerma, colectivo ciudadano dedicado al saneamiento de agua residual usando una barrera hecha, principalmente, de cascarón de huevo.
Esta tecnología simple, sustentable y económica puede resolver muchos de los problemas de agua en el Estado de México y el resto del país.
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Así nació el plan para rescatar el Río Lerma
Hace poco más de seis años, Elvia conoció a Verónica Martínez Miranda e Ivonne Linares Hernández, doctoras en ingeniería y ciencias ambientales, respectivamente.
Ellas diseñaron un sistema de saneamiento de agua a partir de barreras hechas de cascarón de huevo, cal y óxido de magnesio.
Un día que estaban instalando uno de esos sistemas en un predio privado, Elvia se acercó a la doctora Martínez y le dijo que ella tenía como propósito limpiar el Río Lerma. “Le pregunté qué tenía que hacer y me dijo: pues juntar cascarón”, ríe la activista.
Elvia nació y creció en Lerma. Esa es su comunidad y ahí está la mayoría de su familia, todos cerca del río.
“Empezamos a platicar la doctora y yo y le conté que en Lerma tenemos una situación muy grave, pero de enfermedades. Mis dos primos, mi papá, un vecino y varias personas alrededor de mi cuadra, con diabetes, insuficiencia renal, Alzheimer y/o cáncer. En esos días también nos enteramos de una señora con leucemia, y también del papá de mi yerno, con cáncer. Mientras le platicaba nada más veía como iban creciendo sus ojos y nos dijo: ‘Creí que esto iba a pasar todavía en unos años, pero parece que ustedes ya tienen algún problema de filtración con los pozos’”. El agua que toma la comunidad ya es tóxica.
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El plan inicial de Elvia Arias era recuperar el Río Lerma, que es contaminado a lo largo de sus 750 kilómetros por aguas residuales, que es toda aquella agua que fue contaminada antropogénicamente, es decir, por actividad humana. Puede ser por origen urbano, industrial, ganadera o agrícola. Las urbanas contienen excretas humanas, productos de limpieza, grasas y aceites; las agrícolas van con plaguicidas y fertilizantes; y las industriales con metales, colorantes y químicos corrosivos, entre otros.
Sin embargo, el problema en el Río Lerma es que los millones de contaminantes que se tiran al río, comenzaron ya a filtrarse a los mantos freáticos y acuíferos, desde donde extraemos agua con pozos para bañarnos, limpiar, beber, etc.
En una conferencia reciente que dió la doctora Linares explicó que, según los registros de Conagua, en el Río Lerma se puede encontrar arsénico, metales pesados, nitrógeno, fósforo y materia orgánica, por mencionar algunos de los contaminantes.
“Solamente 52% del agua municipal y 31% de la industrial son tratadas a nivel país. Esto quiere decir que básicamente el río y los mares son colectores de drenaje municipal e industrial”, dice Linares.
Añade que las consecuencias de usar y beber el agua que contiene estos contaminantes van desde parásitos e infecciones, hasta ser causante de enfermedades como cáncer, Alzheimer, malformaciones al nacer, mutaciones genéticas, daño cerebral hepático y renal, entre otras.
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El problema no es menor; sin embargo, el colectivo H2O Lerma está implementando la tecnología diseñada por Martínez y Linares para solucionar el daño.
“Si nosotros no hubiéramos hecho todo este daño al río no tendríamos estas consecuencias, pero creo que estaríamos a tiempo si nos unimos y todos trabajamos en esto”, señala Elvia, que ya ha visto los efectos de las barreras de cascarón en los pozos.
Al rescate
Primero, las científicas analizan el agua del pozo para ver cuáles son los contaminantes que ahí se encuentran.
Después cavan una zanja alrededor del pozo de más o menos un metro de profundidad por 80 centímetros de ancho. Ahí colocan el cascarón de huevo triturado, calidra y óxido de magnesio.
Luego lo tapan con tierra y esperan a que empiecen las lluvias, que se disuelvan los minerales y se integren a la tierra.
También hacen barreras horizontales, que consisten en recubrir suelos con biocalcio (cascarón de huevo triturado muy finamente) para alcalinizarlo y remover los metales pesados.
Esto ayuda a que los suelos estén más sanos, las plantas aprovechen los iones y electrolitos naturales y que el agua que se filtra al subsuelo no llegue cargada de contaminantes.
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La química es bastante sencilla, aunque mágica: los iones adhieren los contaminantes a su estructura, evitando que sigan fluyendo en el agua, haciéndola corrosiva, ácida y tóxica.
Esta tecnología ha logrado quitar del líquido colorantes, ácido oxálico, fenoles, plaguicidas, químicos farmacéuticos, metales pesados y materia orgánica, entre otros.
Uno de los primeros experimentos que hicieron fue junto con una empresa que se dedica a hacer mezclilla. Este material es uno de los productos textiles con mayor impacto ambiental, especialmente por el gasto y contaminación de agua. Sin embargo, utilizando la barrera de cascarón de huevo, el colectivo logró, en dos años, eliminar más de 80% de los elementos tóxicos del agua residual.
Además de las barreras, H2O Lerma también promueve un cambio de conciencia a través de difusión de información, consejos y conferencias.
En sus redes sociales difunden, además de las convocatorias para hacer recolección del biocalcio, técnicas para dejar de contaminar el agua, recetas para hacer productos de limpieza personal y del hogar 100% biodegradables, que representan una de las grandes fuentes de contaminación.
H2O Lerma ya comenzó a trabajar en otros estados por donde también pasa el Río Lerma, pero hace un llamado enfático a que la Ciudad de México se sume, sobre todo, a crear centros de acopio y juntar cascarón. Esto debido a que 30% del agua de este río llega a la capital.
Por lo pronto, Elvia Arias sigue trabajando y movilizando a la ciudadanía para que, en no mucho tiempo, vuelva a haber peces en el Río Lerma.
¿Hay centros de acopio de cascarón?
H2O Lerma cuenta con centros de acopio que da a conocer a través de sus redes sociales.
Los requisitos para entregar los cascarones de huevo son:
- Entregar los cascarones lavados
- Deben estar totalmente secos
- Hay que entregarlos en bolsas de papel o en cajas de cartón para no usar bolsas de plástico.
Estos son los centros de acopio de H2O Lerma en Toluca y Metepec.
- Manducare
Paseo de la Asunción 800, Colonia Bella Vista, en Metepec. Teléfono: 7224-304796.
Martes a sábado de 11:00a.m. a 5:00p.m.
- Xocle Chocolate y Buenos Deseos
Calle de los deseos s/n, a un costado del Fraccionamiento Foresta Dream. Teléfono: 7225-202337.
- Barrio Universitario
Calle San Felipe # 103, en Toluca.
- Restaurante Panzza Mía
Elena Cardenas #115, esquina con Horacio Zúñiga, Colonia Morelos 1a Sección. Cerca del Colegio de Abogados de Estado de México.
- El vagón
5 de mayo #2, Colonia La Estación, en Lerma.
El horario es de 11:00 a 21:00 horas.
- Centro de acopio matriz
1o de mayo #1, Colonia Centro, en Lerma.