La radio tradicional renació en la radio por internet en México. La era digital no vino a desplazar la tecnología descubierta por Nikola Tesla en 1895 en realidad, la marea de unos y ceros llegó para reinventar esas cajas de madera con perillas enormes y, de paso, a los usuarios y a quienes se encargan de producir y transmitir.
Seis años después de que Carl Malumud creara en 1993 Internet Talk Radio (la primera estación de radio por internet en el mundo) tres amigos chilangos, Ilan Arditti, Benny Aharonov y Marcos Bucay, lanzaron Cool Radio, la primera estación online en México. “Nosotros tuvimos que resolver todo el asunto. Sí había Shoutcast [streaming auditiva], pero no existían programas ni nada. Tuvimos que armar nuestra propia plataforma en 1999 y salimos al aire en febrero de 2000 —cuenta Arditti, quien hacía radio por FM y que, gracias a los viajes de su padre a Estados Unidos amante de la tecnología, se acercó a la nueva red—. Cuando llega el internet a principios de los 90, había una cosa llamada Compuserve [proveedor de servicios telemáticos]. Nosotros teníamos eso en casa”.
Cool Radio, también pionera en la radio por internet de América Latina, nació por la necesidad de crear espacios ante la falta de oportunidades en los medios tradicionales. “Todo nace de una propuesta que nos hace Bucay (hacer radio online para divertirnos) y por la falta de medios y espacios. No había nada, era una idea muy loca, pero nos aventuramos a hacerlo”, comenta.
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La cabina desde la cual transmitían se ubicaba en Polanco, dentro de la oficina de Aharonov, quien se encargaba de la ingeniería y diseño. Requerían los mismos elementos que ahora: una computadora, conexión a internet, contenidos, un micrófono y servicio de streaming. Transmitían música 24/7 y los locutores estaban de 2 de la tarde a 8 de la noche.
En las primeras transmisiones el tema principal fue la política. Sin embargo, esto cambió en función de los intereses de las audiencias. “Hablábamos de política y muchos temas porque finalmente lo hacíamos muy social. Cada locutor llegaba a la cabina y ponía su tema, lo típico: tu primer beso, entonces la gente nos platicaba por ICQ su experiencia y nos proponía otros temas”, dice Arditti.
ICQ, “I Seek You”, era una plataforma de mensajería instantánea que se utilizaba en la segunda mitad de los años 90. En cierta forma, la prehistoria de WhatsApp, Twitter o Facebook. Arditti reconoce que la radio por internet ha cambiado significativamente en 20 años. Del módem a la banda ancha, de la desconfianza de las empresas para publicitarse en estas estaciones a los planes de negocio que existen ahora, de la actitud reservada de las disqueras para compartir canciones a los departamentos de comunicación digital, de competir contigo mismo y con la radio FM a hacerlocon cientos de miles de estaciones online que existen en la actualidad.
Abriendo brecha
En 2002 el diseñador mexicano Diego Aguirre concibió en Tijuana, junto con unos amigos, el proyecto Radio Global con la intención de generar y compartir contenidos libremente al echar a andar la mayor cantidad de estaciones de radio por internet y enseñarles a las personas cómo crearlas y operarlas. Sus primeros “alumnos” fueron migrantes indocumentados que habían sido deportados de Estados Unidos y niños.
Sin saberlo, Aguirre le dio vida a un proyecto que a la larga se convertiría en lo que hoy es Radio Nopal, estación de radio, por internet ubicada en la colonia San Rafael y de la que hoy es director. La peculiaridad de este espacio es que crearon su propia tecnología, llamada Mensajito, para realizar transmisiones con bajo coste sin la necesidad de una computadora.
“Radio Nopal surge para enseñarle a la gente que puede hacer radio por internet. Ahora tiene 50 programas a la semana, con 80 personas transmitiendo”, comenta.
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Otra plataforma, la asociación civil Investigación Cualitativa para el Desarrollo Social (Incudeso), que transmite desde hace cuatro años en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, impulsó un proyecto cuyo objetivo era prevenir la violencia de género. Actualmente se compone de 15 programas, dirigidos por 18 locutores.
“En colaboración con el Instituto Mexiquense de la Juventud metimos una convocatoria y ganamos un concurso para hacer un programa de radio que previniera la violencia en jóvenes adolescentes, la violencia en la pareja. Así nace uno de nuestros primeros programas, ‘Amor sí, violencia no’” comenta Laura Reyes, directora y fundadora de Incudeso.
El factor económico
Cuando Cool Radio comenzó, la estación se sostenía con las aportaciones económicas de Ilan, Marcos y Benny. Sus costos de operación oscilaban entre 15 y 20 mil pesos. En ese tiempo, los locutores que participaban en las diferentes emisiones no ganaban nada; de hecho, era una misión imposible acercarse con las marcas para hacer tratos comerciales, ya que éstas no entendían el concepto de radio online.
Con el paso del tiempo, las cosas no han cambiado mucho. Generar recursos para mantener a flote estos proyectos es el obstáculo a vencer.
En Radio Nopal se atienden dichas dificultades económicas descentralizando el conocimiento a partir de fomentar una dinámica donde los integrantes del proyecto sepan hacer de todo para que nadie pague nada: “La estación no cuenta con social media manager, por ejemplo. Todo mundo tiene que hacer diseño, social media, aprender a usar el mixer; tienen que aprender a editar y subir audios”, comenta Aguirre.
El caso de Incudeso no es muy diferente. La asociación costea su estación con 4 mil pesos mensuales que aportan colectivamente los propios locutores. Al respecto, Laura Reyes comenta: “La gran desventaja es que eres un medio más de todo el mundo del internet. Eres un podcast y una transmisión más, y es muy difícil agarrar radioescuchas que sea constantes. Buscar patrocinadores o alguien que aporte económicamente, que invierta en una radio con tanta diversidad, es complicado”.
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De acuerdo con información de Mediavyasa, un spotcde radio varía su precio en función de la hora, duración y el programa en el cual será transmitido. Por ejemplo, un spot de 20 segundos entre 7 y 10 de la mañana durante el programa “Así las Cosas”, de W Radio, tiene un costo aproximado de 14 mil pesos. El mismo spot en Incudeso Radio tiene un valor de 2 mil 500 pesos. La diferencia de precio radica en el alcance que cada estación tiene.
Durante julio de 2018, los 0.482, 0.479, 0.449, 0.395 y 0.157 puntos de rating de EXA, Los 40, Beat, Alfa 91.3 y Reactor, respectivamente, superaron las 907 mil conexiones de Rock 101, estación de radio por Internet, según el Estudio sobre los hábitos de los usuarios de internet en México.
Sobre este tema, Cristian Aguilar, de la Universidad Javeriana, menciona en su estudio Radio en internet: Sistematización de una experiencia comunicativa: “Las limitaciones que tiene la radio en internet impiden alcanzar la masa crítica que se refleja en la cantidad de oyentes que garantizan que un medio en particular sea atractivo para los anunciantes. A mediados de los años 90, cuando inició la radio en internet, se creyó que se iba a acabar la radio tradicional, comentarios que ocurren cuando un nuevo medio surge, pero el tiempo da cuenta de que uno complementa al otro. La audiencia creció, pero la inversión en publicidad no”.
Libertad y democracia
Conociendo las limitaciones y desventajas económicas que implica tener una estación de radio por internet surge la pregunta: ¿cuál es el objetivo de transmitir y crear contenidos que no representarán ninguna retribución económica? “El objetivo de la radio por internet es crear espacios nuevos y a la medida. Tener estaciones enfocadas a ciertos temas te da un panorama increíble y diferente a lo tradicional”, responde Arditti.
En 2018, el 90.5 por ciento de las personas que accedieron a internet (67.2 millones) lo hicieron para disfrutar de contenidos audiovisuales d entretenimiento, asegura la Encuesta nacional sobre disponibilidad y uso de tecnologías de la Información en los hogares. De éstos, 26 por ciento recurren a la radio por internet y, según el Estudio de consumo de medios y dispositivos entre internautas mexicanos, elaborado por la casa de investigación Kantar, lo hacen en busca de contenidos on demand.
Locutores y usuarios reconocen que la mayor virtud de esta forma de hacer radio es la libertad para generar contenidos y compartir opiniones: “La radio por internet es la libertad, la verdadera democracia. Tú tienes el derecho y la capacidad de decidir; tienes el mundo en tus manos; las posibilidades y ofertas son infinitas”, comenta Iván Niebla, “El Patas”, locutor y fundador de la plataforma Convoy Network.
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A Octavio Arvizu, seguidor y radioescucha de Incudeso, la radio por internet le permite escuchar comentarios nuevo y originales que no hay en la radio tradicional e interactuar con los locutores. “Es algo que yo nunca había hecho, y mira que escucho radio desde que tenía 17 años”, subraya.
“Lo bonito de esta estación [Incudeso] es la diversidad de opiniones, que no necesariamente coinciden con los demás, y sin embargo hay esa apertura de poderlo expresar sin censura. Hay ciertos parámetros que no podemos transgredir, como violencia con otros y entre nosotros, pero en lo que respecta a la opinión, es muy diverso”, señala Laura Reyes.
“El Patas” insiste en que los intereses del medio tradicional, respaldados por el beneficio económico de los patrocinadores, dañan la libertad para que las estaciones produzcan contenidos: “La radio tradicional obedece a intereses muy mezquinos de la gente que está al servicio del poder, de los poderes fácticos. En cambio, en internet hay libertad”.
El rentable podcast
A diferencia de la radio de siempre y otros medios tradicionales, la radio por internet ha tomado en cuenta que las nuevas generaciones son activas, multiculturales y multilenguaje; que el programa de radio por internet es parte de un rompecabezas que también incluye formatos como texto, productos audiovisuales y, recientemente, podcasts, incluso con la posibilidad de obtener recursos económicos.
“El contenido del programa de radio por internet es sólo un fragmento;
también hay un podcast y un audiovisual —apunta Carlos Camacho, maestro e investigador en Comunicación de la Universidad De La Salle—. Armas un rompecabezas, cuyas partes individuales te dicen algo. Ahí es donde tenemos que empezar a trabajar; el motor o el eje será la radio por internet y sobre eso tendrán que versar otras aplicaciones y herramientas para apoyarla o reforzarla”.
“El podcast es cada vez más importante —agrega Arditti—. Antes, si no llegabas a las ocho de la noche para ver un programa de televisión o si no había alguien que lo grabara para ti, te lo perdías. Ahora, gracias a los servicios de streaming que hacen podcasts, ya puedes verlos en tal o cual plataforma a la hora que sea”.
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Según datos del Global PwC México, en el país hay 18 millones de consumidores de podcasts, y en 2018 ese formato registró casi 10 millones de dólares en inversión publicitaria (unos 200 millones de pesos). De hecho, en 2019 Spotify adquirió Anchor y Gimlet, dos de las productoras de audio y podcasts más grandes del mercado mundial.
Un podcast con el número suficiente de consumidores puede ser rentable de diferentes maneras: monetizando con patrocinios, suscripciones, vendiendo servicios y productos a través del contenido, o como un podcast con marketing de afiliación. Convoy Network, por ejemplo, donde también participan locutores como Olallo Rubio y Rulo, tiene una suscripción mensual de 49 pesos.
“La principal función del podcast es la producción y difusión
de contenidos innovadores, que se conviertan en verdaderas opciones para quienes acceden a ellos —señala la académica e investigadora Claudia Benassini—. Pensemos por ejemplo en la información, en el deporte, la divulgación de la ciencia, la difusión cultural. Hay campos muy amplios que pueden satisfacer necesidades de las audiencias mediante contenidos originales, que no sean los mismos que vemos y escuchamos a través de los medios”.
Lo que sigue
Es una realidad que los costos del equipo y su mantenimiento, así como sueldos y rentas de espacios, son las principales dificultades de quienes realizan radio por internet. Sin embargo, su diversidad de contenidos y sus en el aumento de escuchas
“La gente está buscando otras opciones y eso es algo a lo que le veo futuro. Esto puede seguir creciendo y al final sí se puede convertir en un negocio para mucha gente. Se puede convertir en un espacio de expresión para muchos, donde puedan hacer sus programas. A mí me gusta que la gente tenga esa libertad de escoger su música, de decidir sus temas”, comenta Arditti.
La posibilidad de consumir estos contenidos sonoros en cualquier momento y sin la necesidad de estar largos periodos cautivo, atrae mucho a una generación que requiere estímulos constantes para mantenerse interesada. “Es saber entender al usuario y cuál es el tiempo que podría ser mejor para transmitir; por eso el éxito de esta radio y el podcast”, comenta Camacho.
Actualmente, la estación online escuchaz.com, el proyecto que nació de la lejana Cool Radio, cuenta con un rango de audiencia de 50 mil a 75 mil escuchas, número que les permite ofrecer spots publicitarios que varían su precio en función del cliente.
“Cuando haces bien tu trabajo, tarde o temprano la retribución económica llega. Para mí, hacer radio online es la pasión de saber que llegas a otras personas que de pronto no tenían cierta idea y tú se la pones sobre la mesa para hacer que la discutan. Como comunicador es una belleza saber que la gente te puede contestar, que estás generando algo”, indica Juan Galo, productor y locutor de Culturizarte.
“La radio por internet no tiene restricciones de nada, los costos son mucho más baratos, no le rinde cuentas a nadie, te permite decidir qué música tocar, eres libre en cuanto a contenidos y tu cobertura geográfica no conoce fronteras. La radio por internet es crear oportunidades”, concluye Arditti.
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