¿Cómo será la #NuevaNormalidad en las primarias públicas?
Falta de agua y sobrepoblación serán los problemas que enfrentarán los alumnos cuando regresen las clases presenciales en primarias públicas de la CDMX.
Por: Colaborador
Vía: Nadia Sanders
¿Qué escenario encontrarán más de 600 mil niñas y niños cuando regresen a las clases presenciales en las primarias públicas de la CDMX? Esta es una radiografía de las condiciones en las que se encuentran las escuelas chilangas. Falta de agua, sobrepoblación y poco espacio en aulas son los principales problemas.
Por Nadia Sanders @sandersmx
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Más de 600 mil niñas y niños regresarán a clases presenciales una vez que la pandemia por covid-19 alcance el color verde del semáforo epidemiológico.
El plan de la Secretaría de Educación Pública (SEP) establece que el inicio de clases, programado para este lunes 24 de agosto, es a distancia. Luego, cada entidad decidirá si hay condiciones para que los alumnos empaquen sus mochilas y salgan camino a la escuela. Pero, ¿qué implica tener clases presenciales con un virus tan contagioso y que puede ser letal?
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Chilangopresenta una radiografía de las condiciones que encontrarán alumnos, padres y madres de familia, así como los profesores cuando las autoridades consideren que ya es seguro regresar a clases presenciales.
La falta de agua, poco espacio para que los estudiantes guarden la sana distancia y un plan que ha cambiado poco a poco son la constante en las primarias públicas de la CDMX.
El agua no pasa por mi casa
El día que las criaturas regresen a su escuela, si eso ocurre, el primer problema de infraestructura será el agua.
La primera defensa contra el coronavirus es lavarse las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos. Esto implica un consumo de agua 30% más alto que el “normal”, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua). ¿Qué pasa cuando abres la llave y no sale líquido?
Al menos 277 colonias de 10 alcaldías reciben agua por tandeo. En 77 de esas colonias hay 148 primarias públicas, con un promedio de 300 alumnos cada una, lo que indica que 44 mil 400 menores no tendrán la certeza de lavarse sus manitas con agua y jabón.
“Siempre andamos pidiendo pipas a la alcaldía. La pides un lunes y llega el miércoles o viernes, ¿cómo le vamos a hacer?”, pregunta Miriam, una maestra que, irónicamente, da clases en la colonia Peñón de los Baños, en la alcaldía Venustiano Carranza.
La misma situación se vive en otras primarias públicas de la CDMX, como en Tláhuac. “En varias ocasiones nos quedamos sin agua. Tenemos cisternas, pero son insuficientes para la población de la escuela. Es una matrícula de 570 alumnos”, comenta María Mancera, una profesora de 37 años.
En la primaria donde da clases, en el pueblo de San Juan Ixtayopan, la escuela es muy pequeña porque la construyeron los mismos habitantes sin seguir las normas técnicas.
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¿Cuánta agua se necesita para que los chavitos se laven las manos? Hagamos cuentas. En el ciclo escolar pasado había 643 mil 672 alumnos en primarias públicas de la CDMX. Lavarse las manos durante 20 segundos requiere de al menos tres litros de agua. Las criaturas se tendrían que lavar las manos al menos cuatro veces durante su horario escolar: dos veces después de ir al baño, una antes del lunch y otra porque los manda la maestra. En este escenario, se van a consumir unos 7 millones 724 mil 64 litros al día.
La falta de agua en primarias públicas de la CDMX no es el único problema relacionado con la higiene. Padres entrevistados dudan que haya jabón o gel antibacterial suficiente en los baños de las escuelas, porque, por lo general, ellos proveen esos productos.
Para ningún padre o madre es novedad que les pidan una cuota al inicio de cada ciclo escolar —con todo y que la educación es gratuita— supuestamente para mantener la escuela en buen estado.
El año pasado, Odilón Xolalpa, habitante de la alcaldía de Xochimilco, pagó 150 pesos por cada uno de sus dos hijos que estudian en la primaria Profesor Aureliano Castillo. Tan solo en esa escuela hay casi 800 alumnos, es decir, las autoridades del plantel reunieron hasta 120 mil pesos para jabón, limpia pisos o cloro.
Contrario a lo que señalan padres y madres de familia, la SEP asegura que el dinero para comprar jabón y gel antibacterial saldrá del programa La Escuela es Nuestra. A partir de este año, este plan distribuye recursos directamente a los comités escolares. El mecanismo es “sencillo”: dan desde 50 mil pesos, a escuelas con menos de 50 alumnos, hasta 500 mil pesos, a planteles con más de 150 menores.
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A #SusanaDistancia no le gusta esto
Otro de los problemas para el regreso a clases en la nueva normalidad será la sana distancia.
En promedio, cada una de las primarias públicas en la CDMX tiene 331 alumnos, lo que dificulta que niños y maestros puedan guardar metro y medio de distancia.
En el mundo ideal, los planteles se construyen con normas en relación espacio-número de alumnos. El Instituto Nacional para la Infraestructura Física Educativa determinaba estándares de construcción y establecía normas que cada estado debía de cumplir; sin embargo, el Inifed desapareció ante la ley con la 4T, pero esa es otra historia.
El caso es que la norma técnica señala que los salones en primarias de zonas urbanas deben tener 1.13 metros cuadrados por cada alumno. A Susana Distancia no le gusta eso.
A #SusanaDistancia tampoco le gusta que la CDMX no es parte del mundo ideal. En San Juan Ixtayopan —en los límites de Tláhuac y el municipio de Valle de Chalco, Estado de México— los pobladores construyeron la escuelita Sor Juana Inés de la Cruz. ¿Y cuál norma técnica? La hicieron como pudieron. Con cisternas, sí, pero con salones pequeños. “Tomar las medidas de sana distancia no creo que sea posible”, confiesa la profesora María, que tuvo a 37 alumnos el ciclo escolar pasado.
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En la primaria Aureliano Castillo, a la que asisten los hijos de Odilón, tampoco se podrá respetar la sana distancia. En el ciclo escolar pasado, cuenta el padre de familia, había 60 niños en primer grado, en un salón de ocho metros de largo por seis de ancho. “¿Qué sana distancia?”, cuestiona.
Al ser vocal del grupo de su hijo menor, Odilón sabe que hay padres que no permitirán que sus hijos vuelvan a clases en medio de la pandemia. “Son 800 o 900 niños. Realmente eso de la sana distancia aquí no creo que se lleve a cabo. Muchos papás están en veremos de si van o no van”, comenta.
En su caso, él considera que con las medidas de protección necesarias, sus hijos pueden volver a clases si el semáforo está en verde.
El caso de Carmen Ordax es contrastante. Martina, su hija, asiste a una primaria en la alcaldía Benito Juárez. Como hay pocos alumnos y los salones son amplios, a Carmen no le preocupa el distanciamiento social, aunque su hija suele ser muy cariñosa y abraza a la gente que quiere.
“Tengo miedo de covid-19 como algo que le pueda pasar a mis papás. Creo que yo estaría bien, porque la mayoría estamos bien. Uso cubrebocas y me lavo las manos. No me quiero enfermar, pero tampoco veo que vaya a haber mucho problema. Hay pocos alumnos y sí están muy separados unos de otros”, comenta.
Manuel Gil Antón, del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, señala que ningún país está preparado para la sana distancia. “Tenemos que entender que lo que vivimos es ‘el acontecimiento’”, dice citando al filósofo francés Alain Badiou. “Nunca habíamos tenido un acontecimiento a este nivel, es una hecatombe (…) es la primera pandemia que vivimos en tiempo real”, dice.
El problema de la sana distancia no se limita a una alcaldía con alta densidad poblacional, como Iztapalapa, ni a un colegio privado, dice el especialista, porque no hay recursos suficientes para tener una escuela con las dimensiones para mantener metro y medio de distancia entre cada persona. “Nuestra infraestructura no da para que los niños estén como antes de la pandemia en sus salones”, afirma.
Por ello, sugiere aprovechar la crisis para repensar el modelo educativo y salir de las aulas a espacios abiertos, como patios, parques públicos e incluso camellones para las zonas urbanas.
La buena noticia es que, si se incluye el patio, el espacio sí alcanzaría para que Susana Distancia asista al recién iniciado ciclo escolar en la nueva normalidad, porque la superficie ideal de una primaria debe tener entre 6.3 y 8.6 metros cuadrados por alumno.
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Para Gil Antón, el mayor reto es la conducta de los alumnos. “Los niños tienen una actitud de estar cerca. ‘Préstame tu lápiz’, ‘dame de tu sándwich’. Es una cuestión de infraestructura, pero también de infraestructura mental —dice el experto— porque ‘llevo tres o cuatro meses sin ver a mis amigos y voy a tener que verlos a distancia’”, señala.
Británi Zoe García, de 9 años, dice que la ha pasado mal durante la pandemia. “No puedo jugar con mis amigos, no puedo salir porque me enfermo mucho de gripa, de tos”. A pesar de que sabe que el uso de cubrebocas será obligatorio, ella no se siente segura de volver a su salón: “¿Qué tal si hay un niño que me puede contagiar o un maestro?”.
El plan de la SEP para las primarias públicas de la CDMX
El secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, anunció a finales de mayo pasado las medidas para el regreso a clases en la nueva normalidad. Estos son los principales puntos.
Filtros por aquí y por allá
Antes de volver a clases, se crearán los Comités Participativos de Salud Escolar, formados por mamás, papás y docentes, quienes deberán mantener un enlace con la comunidad escolar, centros de salud cercanos y advertir cualquier posible caso de covid-19.
Una vez que haya clases presenciales, se instalarán tres filtros. El primero será en casa. A los padres les tocará estar al pendiente de la salud de sus hijos y no llevarlos a clases si tienen síntomas de fiebre o tos.
El segundo filtro será en la entrada. La SEP aún no detalla si tomarán la temperatura a los niños en la puerta.
El tercer filtro será en el salón de clases. Las y los maestros deberán estar al pendiente de los alumnos por si tienen síntomas y avisar si ven a uno enfermo.
La profesora Miriam considera que esto sí será un reto. “Si antes de la pandemia no había esa cultura de cuidado, de higiene, ahorita, seguimos igual. Imagínate qué preocupados estamos. Cuando oyes a un niño estornudar, tomas medidas, pero ¿y los asintomáticos? No sabemos qué va a pasar. Estamos en la incertidumbre”, expresó la profesora de cuarto año de primaria.
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Trastes sucios segunda temporada
Los miembros del Comité también tendrán que coordinar la limpieza de las escuelas previo al regreso a clases en la nueva normalidad. La maldición de los trastes sucios tendrá una segunda temporada, ahora en los salones. El día que regresen a clases.
La profesora Miriam explica que las autoridades de su escuela sí le avisaron a los padres que tendrían que participar en la jornada de desinfección. Sin embargo, el escenario es diferente en otros planteles. A pesar de ser vocal de grupo, Odilón desconoce cómo se va a organizar la primaria. Es el mismo escenario para Claudia, una madre de familia de dos menores en Xochimilco.
No todos regresan
Los maestros en riesgo —los de 65 años o más y los que padezcan diabetes, hipertensión o enfermedades crónicas— regresarán a trabajar cuando haya condiciones seguras para su salud, según el plan de la SEP.
Misión imposible
Pese a que los niños dominan el arte de perder el suéter del uniforme, la SEP confía en que usarán el cubrebocas o un pañuelo que les cubra la nariz y la boca durante cuatro horas y media.
Odilón es escéptico. “Sí siento que va a estar difícil. Los niños son niños y no saben mucho de eso. En primer año tienes que jugar para aprender, ¿cómo le vamos a hacer?”, pregunta.
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Oríllese a la orilla
El Comité también le pondrá sentido a los pasillos y al recreo para evitar que los alumnos se topen de frente con otra persona o haya aglomeraciones.
La #NuevaNormalidad pondrá en pausa, cuando menos, el momento más feliz de los niños en la escuela; el recreo. La salida ahora será escalonada, aunque aún es incierto cómo definirán qué grupos salen antes.
Se me salen del salón
La SEP contempla ocupar espacios abiertos para dar clases. Por aquello de que las gotículas son un vehículo de transmisión del nuevo coronavirus y en los espacios cerrados permanecen suspendidas en el aire por más tiempo que en lugares ventilados.
Ahorita no, joven
Los lunes de honores a la bandera y el paseo de la escolta se guardarán, como abrigo de invierno, porque no se van a llevar a cabo hasta nuevo aviso.
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¿De regreso a la cuarentena?
Si se detecta que un alumno o docente padece covid-19, toda la escuela se va a casa durante 14 días, al menos. En ese caso, alumnos y padres revivirán el martirio de las clases a distancia y de mandar tareas por WhatsApp.
La educación a distancia no afectó a todos por igual. Además de que hay familias que no tienen internet en sus casas, las que sí tienen este servicio no la pasaron bien. A Carmen Ordax le tocó mandar hasta ocho correos en una noche con paquetes de fotos de los trabajos de su hija de cuarto año.
El investigador Manuel Gil Antón señala que la nueva normalidad también pondrá al descubierto la brecha en los servicios educativos, ya que en las zonas con más población y mayores niveles de pobreza, la calidad de los servicios educativos no es la misma.
Además, durante el próximo ciclo escolar, la SEP ofrecerá apoyo psicológico a alumnos y docentes por el impacto de la pandemia en sus vidas, los efectos del aislamiento y el riesgo que representa el coronavirus.
Ante este panorama, expertos en educación y políticas públicas advierten que el regreso a clases en la nueva normalidad en las primarias públicas de la CDMX será un reto para docentes, mamás, papás y los mismos chavitos porque no hemos vivido algo así antes.
Hasta ahora, la SEP no ha detallado varios puntos. El manejo de las escuelas de tiempo completo, de las que hay 263 en CDMX es un ejemplo. El control de comedores, alimentos y del personal que participa en esas labores también es un enigma.