La vida de los pájaros chilangos desde el lente de Pablo Salazar
Pablo Salazar lleva ocho años documentando la forma en que las aves de la Ciudad de México se han tenido que adaptar a un entorno hostil para sobrevivir.
Por: Samantha Nolasco Castillo
Vivir en la Ciudad de México es tan difícil que hasta los pájaros han tenido que cambiar sus hábitos para poder sobrevivir en un lugar inhóspito para ellos. Desde hace ocho años, Pablo Salazar documenta la forma en que las aves han tenido que sortear condiciones antinaturales.
Las fotos de Pablo muestran la vida que llevan especies como el zanate, el mirlo, el colibrí, entre otros, en el ambiente urbano de la Ciudad de México.
“Yo no soy experto en aves, pero a través de todos estos años de observación de sus entornos y comportamientos me he podido percatar que su adaptación es cada vez más hostil”, dice el fotógrafo.
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Con 25 años de experiencia como fotoreportero, Pablo sale de casa con los ojos bien abiertos, una mochila negra, en la que carga su cámara, y una cangurera repleta de bolsas, donde guarda los lentes y filtros, que le ayudarán a captar la vida de las aves.
Pero, ¿cómo logra acercarse a las aves? Pablo Salazar cuenta que “ellas son muy nerviosas”, que “sienten la energía”, por lo que “para poder fotografiarlas tengo que tener tranquilidad y paz interna para así entablar un diálogo en imágenes con ellas”.
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Pajareando ando
En la década de los ochenta, Pablo cubría a la Selección Mexicana, en cuyas alineaciones figuraba Hugo Sánchez, y también lo enviaban a las peleas de Julio Cesar Chávez, uno de los boxeadores mexicanos más grandes de la historia; sin embargo, entre más crecía su experiencia como fotógrafo, él se percató que sus imágenes y las del resto de fotógrafos empezaban a girar sobre el mismo eje. “La fotografía comenzó a volverse cíclica —recuerda—, ya todo empezaba a ser predecible: el triunfo, las caras tristes del fracaso”.
Fue así como le surgió la motivación por documentar algo pequeño pero que reflejara una problemática a la que nadie más le había puesto una mirada tan cercana. “Me di a la tarea de hacer un tipo de documental para aprender, concientizar y ser más positivo en cómo vivimos en esta ciudad. La historia empieza cuando conocí a un pájaro que vivía en una bota en la colonia Viaducto Piedad”, recuerda.
Esa primera imagen le valió recibir un premio con mención honorífica en el concurso de Cambio Climático y Medioambiente, que organizó la Unión Europea en 2014. Además, la misma fotografía fue galardonada con una mención especial en el concurso internacional Por el Planeta Photo, de National Geographic, un año más tarde.
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Luego de esa primera imagen, la relación de Pablo Salazar con las aves no ha podido ser la misma. Él sabe que esas aves son importantes para la Ciudad. “Son un indicador ambiental y es considerado como uno de los índices que miden la calidad de vida de una metrópoli”, dice. “Las aves nos cuentan el desequilibro ambiental en las urbes, por ejemplo, buscan agua limpia, la cual es escasa en las zonas públicas y en tuberías de riego, se enfrentan a contaminantes agresivos”, agrega.
Uno de los contaminantes que está afectando la vida de las aves en la Ciudad de México es la contaminación auditiva. “El ruido que genera esta ciudad los está desorientando y la comunicación entre ellos se les dificulta”, lamenta, al tiempo que recuerda cuando observó como un pájaro se desplomó por el sonido del claxon de un automóvil.
Las fotos de Pablo Salazar
Alas y picos para rato
Actualmente, Pablo Salazar conserva ocho nidos, por eso su misión de reflejar las condiciones en las que viven las aves en la Ciudad de México es una tarea que aún no acaba. “Estas aves me eligieron a mí. Te podría decir que tengo una comunicación un poco extraña con ellas”, señala.
Ahora el trabajo de Pablo Salazar se enfoca en la preservación del Gorrión Serrano en la zona boscosa de la delegación Milpa Alta y en la relación que se tiene de las aves como mascotas en jaulas, privándolas de su libertad y del vuelo.
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“Necesitamos tener un ambiente armónico con nuestro ambiente. Las aves están desapareciendo constantemente, las especies que son endémicas han emigrado a otras zonas, donde los entornos aptos para ellos, como Milpa Alta y El Ajusco”, dice.
El objetivo, agrega, es crear conciencia entre los habitantes de la Ciudad de México sobre los desechos que generamos y su impacto en el medio ambiente. “Las aves y los animales son parte vital de nuestro entorno natural, tenemos que protegerlos para tener un equilibrio ecológico saludable”, insiste.
Si quieres seguir de cerca el trabajo de Pablo Salazar lo puedes hacer a través del perfil de Facebook llamado La vida de los pájaros CDMX, donde el fotoreportero publica algunas de las imágenes y el trabajo que realiza con los habitantes emplumados de la capital del país.
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