Olimpia Coral Melo es hoy conocida por la ley que lleva su nombre, producto de una dura batalla legal para que se tipificara la violencia digital, que le implicó meses de escarnio, señalamientos, intentos de suicidio, barreras de las propias autoridades y vacíos legales, tras la difusión no autorizada por ella de un video íntimo que grabó con su novio.
Entidad por entidad, la joven recorre el país para pedir que en los códigos penales se integre la Ley Olimpia, que define y castiga la violencia digital –incluidas las prácticas conocidas como cibervenganza y ciberporno–, así como el acoso sexual en internet, con sanciones económicas y carcelarias para quien difunda contenido sexual sin consentimiento y atente contra la integridad, la libertad y los derechos de las mujeres.
La joven asegura que le debe la vida al feminismo, pues significó un cambio profundo en su vida desde el amor y le enseñó a tener las herramientas de lucha. Sin embargo, le desilusiona que se violente al movimiento con cuestionamientos y críticas que ponen en duda su legitimidad y que se busque vincular a las activistas con partidos políticos.
“Es vergonzoso que haya personas que lo crean, desilusiona que en este país, donde están matando a 11 mujeres al día, donde todas estamos destinadas a vivir acoso, que en el Frente (Nacional para la Sororidad) recibimos cinco denuncias a diario en todo el país de violencia digital, y que la gente se preocupe más por cosas que son mentiras, por puertas, por cómo nos estamos organizando, en lugar de ver que ya nos estamos organizando”, contó en entrevista con Chilango.
El pasado 17 de febrero, durante su conferencia de prensa matutina, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, pidió a las feministas que no pintaran las puertas de Palacio Nacional en sus protestas. Cuatro días después, expresó que “los conservadores”, los medios de comunicación y la derecha se volvieron feministas, pues promueven el movimiento para afectar al gobierno federal.
Ante ello, Olimpia Coral considera que minimizar la violencia contra las mujeres es sistemático; no obstante, es una “desgracia profunda y una desilusión para un nuevo proyecto alternativo, que era la Cuarta Transformación, que las mujeres no estemos en la agenda”.
“El hecho de hacer a un lado (el feminismo) por pensar que es un movimiento de un partido político o todo llevarlo a una agenda personal no solo nos minimiza, no solo nos hace a un lado, pareciera que se están burlando de las mujeres, ninguna persona que esté dentro del movimiento legítimo feminista, es decir, todas las compañeras que se accionan, aquellas que con sus recursos se mueven, las que se organizan para hacer reformas hasta batucadas, a las mamás de las víctimas de feminicidios, hasta las que queman todo, eso es parte del movimiento feminista y que el presidente de la República lo trate de tergiversar en un modo populista para sus seguidores, daña muchísimo”, lamenta.
La activista no niega que hay personas que se autonombran “activistas”, “feministas” o “defensoras de derechos humanos” y que utilizan la causa para sacar provecho personal, económico y prostituir el tema; incluso, dice, hay hombres que dan clases de feminismo, pero las colectivas están muy lejos de eso, por lo que es un mito que se reúnan con un ente político.
“Otra vez el patriarcado desde el Estado está diciendo que no somos importantes, que estamos inventando y que estamos movidas desde un sistema de alguien o de un partido político o una ideología para tirarle”, opina.
“Yo creo que está confundido y debería sentarse a ver que lo que no se nombra no existe, que los feminicidios son una realidad, que el feminismo no es lo que ellos piensan tergiversar, que no tenemos un partido político aquí dentro y que tampoco necesitamos el permiso de nadie, que nos dejen nuestra libertad y autonomía, que si no quiere que quemen las puertas de Presidencia, pues que las abra a las mujeres y que las escuche y hagan acciones reales. (…) Cuando el presidente le declare la guerra a los asesinos de mujeres se dará un gran mensaje, pero es lamentable que no se haga”.
Aunque Olimpia Coral descarta por completo buscar un cargo público, sobre todo desde un partido político, apoyaría a las feministas que sí lo deseen.
Sobre las mujeres que critican al movimiento, considera, lo hacen desde la burbuja que les enseñó el sistema y que, una vez que deconstruyan esa concepción, “verán lo que es el feminismo verdadero y no querrán irse de ahí”.
“En la lucha afrodescendiente en Estados Unidos también les dijeron de todo cuando querían todos sus derechos y no sólo unos cuantos. Es igual con las mujeres, la historia nos va a dar la razón, que hablen lo que quieran, porque ahora la historia la vamos a escribir nosotras, ya no ellos”, sentencia.
Aunque el paro de mujeres organizado para el 9 de marzo no es nuevo, considera que sí es histórico el número que se ha sumado; sin embargo, cree que las mujeres deben accionarse constantemente a través de protestas y mantener la perspectiva de organización.
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