Descuentos, promociones, ventas y reparto a domicilio son solo algunas de las estrategias improvisadas a las que comerciantes y microempresarios de la ciudad han tenido que recurrir para sobrevivir a la contingencia sanitaria. Así es como se han transformado los negocios chilangos en la pandemia.
Una camioneta negra, cargada de huacales con frutas y verduras se estaciona temporalmente en una esquina de la colonia Xalpa, donde, hasta hace 15 días, se colocaba uno de los 354 tianguis de la alcaldía Iztapalapa. Desde la parte trasera del vehículo, don Jorge despacha y pesa jitomates para una de sus clientas, mientras uno de sus hijos repasa las ofertas del día a través de un altavoz.
Don Jorge es uno de los afectados por la contingencia sanitaria, quien al no poder vender sus productos en los tianguis, decidió adaptar su camioneta para recorrer varios puntos y evitar las aglomeraciones.
“Esto (la venta de frutas y verduras) es lo que me ha dado de comer por más de 30 años. ¿qué otra cosa puedo hacer? De algo tenemos que vivir y hay que buscarle la forma, no me puedo quedar sentado en mi casa”, cuenta este comerciante chilango.
A pesar de que todos los días sale con su familia a “buscar la venta”, como él dice, reconoce que no ha sido fácil, pues no percibe los mismos ingresos que obtenía hasta antes de la contingencia sanitaria. Además, ahora, tiene que gastar más en gasolina.
Apenas el pasado 19 de mayo, el gobierno de la CDMX anunció 100 mil créditos para quienes se dedican al comercio no formal, como tianguis y bazares, con lo que busca compensar las pérdidas para este sector, debido a la prohibición para instalarse en las calles de la ciudad, como una de las medidas ante la contingencia por covid-19.
Sin embargo, para este tianguista un préstamo no es una de sus opciones en este momento: “Endeudarme o pedir prestado me saldrá peor a la larga, apenas tengo para comer, menos tendré para pagar”, comenta sobre la alternativa del gobierno de la ciudad.
El golpe económico para los negocios chilangos en la pandemia no será parejo para todos. De acuerdo con la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de la CDMX (Canaco) los más afectados serán restaurantes, bares y aquellos considerados en el sector terciario, pues se estima que más de 336 mil establecimientos de este giro están en riesgo de desaparecer.
Luis Fernando Gallardo, chef encargado del restaurante La Cotorra, ubicado en la colonia Roma Sur, en la alcaldía Cuauhtémoc, dice que la pandemia los obligó a realizar cambios drásticos, no solo en las finanzas, sino también en la parte de producción. “Nosotros no contábamos con servicio a domicilio, solo con las apps de delivery.
“Fue un cambio drástico para nosotros, encontrarnos en un aspecto distinto a como operábamos, entonces esto nos hizo salir un poco de nuestra zona de confort, buscar otras alternativas”, cuenta Fernando.
Debido a las bajas ventas, este restaurante que ofrece comida típica mexicana ha reducido su menú de nueve a tres platillos, además de ingeniárselas cada semana para seguir pagando a sus trabajadores, comprar insumos y aguantar hasta que se levanten las medidas de la contingencia.
“Para amortizar un poquito esto, nosotros hemos buscado no cerrar, ser fuertes, aguantar; incluso hay días de llorar porque es súper pesado no ver el dinero que entra a tu restaurante, que la gente que tienes merece cobrar, es un tanto complicado. Nos ha costado mucho trabajo, pero ahí vamos”, señala Fernando.
De acuerdo con las previsiones del gobierno de la ciudad, será hasta el 15 de junio cuando el semáforo de contagios y hospitalizaciones pase de rojo a naranja. En esa etapa de la contingencia, los pequeños negocios de la ciudad podrán levantar su cortina de nuevo, pero aún queda al menos un mes más en el que tendrán que buscar la manera de sobrevivir.
Pamela Voguel, propietaria de un salón de belleza, ubicado en la colonia Juárez, es otra microempresaria que cuenta los días para volver a sus actividades laborales. Señala que sortear la pandemia ha sido el doble de complicado para su negocio, debido a que un mes antes de que se decretara la contingencia acababa de cambiarse de local, por lo que tras varios meses cerrado por la remodelación, de nuevo tuvo que parar.
Aunque tenía algunos ahorros para pagar el sueldo de sus trabajadores durante el primer mes, esto no fue suficiente, por lo que tuvo que recurrir a otras estrategias.
“Lo que hicimos fue dar 30% de descuento si lo pagabas ahora y te atendías después, porque la gente quería que fuéramos a domicilio o que abrieramos el salón, pero se nos hacía una falta ética y moral seguir atendiendo y ser un foco de infección”, señala Pamela.
Gracias a lo que han obtenido de esta promoción, junto con lo recaudado de una rifa, es como el salón ha logrado mantenerse sin despedir a sus trabajadores.
Pamela espera que el 15 de junio pueda abrir de nuevo; sin embargo, reconoce que el camino post pandemia no será fácil para pequeños empresarios como ella. Hasta ahora, los apoyos por parte del gobierno de la ciudad para las pequeñas y medianas empresas, changarros y pequeños comerciantes se limitan a créditos de 10 mil pesos; sin embargo, apenas en unas horas el registro de solicitantes alcanzó el límite, dejando a miles de negocios sin esa opción.
Los microempresarios consultados por Chilango coinciden en que lo más difícil después de que se levanten las medidas restrictivas por la covid-19 será que los clientes vuelvan, pues saben que la crisis afectará a todos.
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