México es el cuarto país en el que se presenta el Museo de Política de Drogas
La postura del Museo de Política de Drogas es clara: prohibir una sustancia ha elevado los índices de violencia y desintegrado familias. Por eso, a partir de hoy y hasta el domingo, podrás conocer las consecuencias del manejo drogas en México y el mundo y conocer otros análisis del tema.
La expo consta de 80 piezas de 26 artistas internacionales, incluyendo –en esta edición– propuestas culturales de 12 mexicanos. «A través del arte buscamos proponer un nuevo abordaje, una nueva óptica para analizar las políticas de drogas, escuchar a todos los involucrados y generar propuestas innovadoras», comenta Diego García Davis de Open Society, una red internacional que apoya proyectos educativos, de justicia y salud pública.
De acuerdo con especialistas, a nivel mundial el error en las políticas de drogas ha sido analizar el tema desde lo judicial y no desde la salud pública, lo que ha provocado que se cometan crímenes de lesa humanidad, explica Eric Witte, responsable de proyectos de justicia internacional de Open Society.
La primera vez que se presentó el museo itinerante fue en Nueva York en abril de 2016. Un año después llegó a Londres y Montreal, pues ha coincidido con la organización de conferencias y paneles sobre Política de Drogas.
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En cada una de las ciudades la exposición ha sido adaptada a los contextos locales para mostrar a los visitantes los impactos que las políticas de drogas han tenido en su sociedad.
A la par, en México se realiza también la presentación del informe Corrupción que mata: por qué México necesita un mecanismo internacional para combatir la impunidad elaborado por la Iniciativa de Justicia de Open Society, donde se analiza la relación corrupta entre actores políticos y el crimen organizado y se hace un llamado a los gobernantes para aceptar apoyo internacional que tome en cuenta las voces de las víctimas.
Arte mexicano
A diferencia de las exposiciones que se han presentado en Nueva York, Londres y Montreal, en esta edición se agregan artistas mexicanos que exploran el contexto de la política de drogas local.
Por ejemplo, la pieza de Said Dokins: por medio de un alfabeto primitivo, el graffiti y luces coloridas muestra en blanco y negro los nombres de políticos y narcotraficantes que crean las palabras Narcopolítica/Necropolítica, evidenciando así la relación de ambos sectores.
En el Museo de Política de Drogas también se exhiben esculturas elaboradas con partes de armas decomisadas por la Marina, fotografías de la frontera con Estados Unidos, pinturas de personas que han sido ejecutadas y encarceladas por estar relacionados con el consumo de drogas.
También podrás ver un altar Huichol dedicado al ritual del peyote que incluye la visión de las comunidades indígenas, el campo y la producción de plantas y productos considerados estupefacientes. O cuatro mapas que muestran pueblos que se convirtieron en lugares fantasma tras la huida de la población a causa de la violencia.O las servilletas bordadas con nombres de víctimas del crimen organizado que se exhiben a manera de tendedero y explican quién era, dónde y cuándo encontraron a las personas asesinadas.
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Otra pieza recuerda a las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, Chihuahua y se muestran algunas imágenes de Grace, la niña de ocho años que dejó de padecer ataques epilépticos gracias una medicina elaborada con cannabis.
Además de las piezas habrá presentaciones, paneles, lecturas y talleres con artistas, especialistas y víctimas de la guerra contra las drogas que puedes checar en este enlace.
Fomentar el análisis: objetivo del Museo de Política de Drogas
Para Erick Witte, «la violencia ha empeorado igual que la colusión entre autoridades y organizaciones criminales. Nos hemos dado cuenta que en todo el país han habido eventos donde la corrupción mata. Desde el museo y el informe abordamos qué se puede hacer para poner fin a la impunidad».
Open Society hizo un llamado a crear un mecanismo internacional que intervenga para romper el ciclo de impunidad. Este mecanismo serviría para supervisar los proceso de investigación, además de perseguir y sentenciar casos de corrupción. La idea es aprovechar el contexto electoral para que cada candidato, en todos los niveles de gobierno, se sume al debate.
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Al respecto de la CDMX, Fanny Pineda, coordinadora del área de Innovación y Aprendizaje de Reverdecer Colectivo –agrupación especializada en temas de política de drogas en México– señaló que es urgente que se analicen las políticas a nivel local, toda vez que en la capital se ha visto un aumento en los índices de violencia.
«Tenemos casos como los enfrentamientos en Tláhuac y lo que ha ocurrido en Ciudad Universitaria. La capital antes se pensaba como un oasis alejado de la violencia en los estados y ahora es un reflejo de lo que pasa en el país».
Sostiene que aunque las autoridades no quieran reconocer que hay crimen organizado, la gente es la que anda en la calle, se sube al transporte y vive la violencia «desde nuestro lado nos toca exigir justicia, evidenciar la corrupción y evitar la criminalización de los jóvenes», dice.
El Museo de Política de Drogas es una propuesta para analizar la problemática de las drogas desde un punto de vista más amplio que la simple prohibición. El consumo de estupefacientes atraviesa la vida cultural, económico, política y lúdica de nuestro país, además de la grave situación de violencia. Esta es una oportunidad para debatir y preguntarnos dónde empieza y acaba el problema.