Al viajar en horario Godín o en época de lluvias, todos nos quejamos del Metro pero ¿cuáles son las líneas del Metro con fallas que el propio sistema detecta? No solo falta personal y mantenimiento, también el equipo obsoleto y hundimientos de tierra son algunas de las necesidades que el Sistema de Transporte Colectivo (STC) debe resolver de manera urgente para brindar un mejor servicio.
El próximo 4 de septiembre, el Metro de la Ciudad de México cumplirá 50 años y los achaques ya se le notan en cada uno de los vagones, que diariamente transportan a 4.9 millones de usuarios.
Para este año, el Presupuesto de Egresos 2019 de la Ciudad de México contempla 15,652 millones 684 mil pesos para el Metro, cantidad que representa 75.34% de lo que el SCT requiere para el mantenimiento y modernización básico, de acuerdo con el Plan Maestro del Metro 2018-2030.
¿Por qué el Metro necesita al menos 20,773 millones 76 mil 767 pesos? El Plan Maestro establece que para este año se requieren 10 mil 167 millones de pesos para avanzar en la modernización de sistemas, ahorro de energía y ampliación de infraestructura; 10,371 millones 250 mil pesos para iniciar el mantenimiento de instalaciones mecánicas, eléctricas, electrónicas y vías.
Además, se requieren 42 millones 747 mil 627 pesos para la contratación de 500 vigilantes extras; 92 millones 79 mil pesos para el relevo de la Policía Auxiliar por la PBI en Línea 7 y 100 millones de pesos para la modernización y sustitución del equipo de videovigilancia.
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Retrasos e inseguridad: las principales quejas
La mayor frustración que enfrentan los usuarios es el retraso en la llegada de los trenes, la cual es ocasionada por la falta de material rodante, averías en los convoys, fallas en las instalaciones fijas y hasta por la falta de una plantilla completa de personal, debido a inasistencias o vacantes que no han sido ocupadas.
Por si fuera poco, el Metro cuenta con personal contratado que no cumple con el perfil técnico requerido para dar mantenimiento a los equipos e instalaciones, lo que también se traduce en retrasos para los usuarios.
Otra de las quejas de los pasajeros tiene que ver con la inseguridad. Datos de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México indican que se reportaron 946 robos a pasajeros a bordo del Metro con y sin violencia durante el año pasado, según el portal de datos de la CDMX.
Ante este problema, el Metro reconoce que los 809 vigilantes con los que cuenta —cuya edad promedio es de 43 años— son insuficientes debido a que sólo 404 están distribuidos en las estaciones, “limitando considerablemente la respuesta oportuna a los incidentes que diariamente se suscitan y que son inherentes a un sistema de transporte de la magnitud del STC”.
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Las Líneas del Metro con fallas
Línea 1: Pantitlán – Observatorio
Foto: Cuartoscuro.
Además de ser una de las Líneas del Metro con fallas, esta es la más antigua, ya que inició operaciones el 4 de septiembre de 1969 y la que tiene el mayor número de conexiones, ya que siete de sus 20 estaciones son de correspondencia, lo que la coloca en el segundo puesto de mayor afluencia, al transportar a 244 millones 519 mil 946 usuarios anualmente.
De acuerdo con el Plan Maestro del 2018-2030, esta línea tiene diversos sistemas y equipos con un alto grado de desgaste o que, incluso, ya rebasaron su vida útil o son obsoletos, lo que dificulta encontrar proveedores y darle un mantenimiento eficiente.
Otro de los problemas de la también conocida como Línea rosa es que los talleres están ubicados en Zaragoza, por lo que cuando los trenes se dirigen al garage no les queda más que circular por las vías principales, alentando la operación.
Además, el Metro admite que los usuarios también son afectados por la lluvia, que les cae directamente en las escaleras de los accesos provocando incidentes, inundaciones, acumulación de gente en vestíbulos y andenes al estar descubierta la salida.
Con el fin de mejorar el servicio, el Plan Maestro propone techar tramos que presentan rampas o pendientes –como Tacubaya, Chapultepec, Balderas y Pino Suárez–, ya que cuando llueve se reduce la velocidad para evitar que los trenes se deslicen.
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Línea 2: Cuatro Caminos – Tasqueña
Foto: Cuartoscuro.
Además de ser la de mayor demanda, con una afluencia de 986 mil 340 pasajeros en un día laboral, la Azul es una de las Líneas del Metro con fallas y para muestra la terminal más problemática es Tasqueña —construida en 1970—, cuya capacidad ya fue rebasada por los usuarios.
Para solucionar el sobrecupo, el Metro requiere remodelar la estación Tasqueña. Actualmente, esa terminal se conforma por dos andenes y dos vías al centro, lo que limita la frecuencia de operación a 30 trenes por hora, es decir uno cada dos minutos en promedio.
Para mejorar esa solución, el Plan Maestro plantea la necesidad de construir una vía adicional, lo que permitiría despachar 40 trenes por hora (uno cada minuto y medio) e incrementar la capacidad de pasajeros.
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Línea 3: Indios Verdes – Universidad
Foto: Cuartoscuro.
El tramo norte de la Línea verde presenta fallas en el suelo tanto en zonas aledañas como a lo largo del trayecto, que afectan las trayectorias de cables de suministro de energía a la Línea y provoca fracturas en las estaciones, así como desniveles en andenes como en Potrero, Deportivo 18 de Marzo e Indios Verdes.
Además, en algunos tramos se han presentado fracturas al cajón de la Línea, que en consecuencia provoca la reducción de la velocidad en la operación.
De acuerdo con el Plan la solución es “la corrección de asentamientos” en el tramo norte La Raza – Indios Verdes.
Líneas 5 y B: el conflicto de Oceanía
Foto: Cuartoscuro.
La estación más afectada por el hundimiento regional que se presenta en el Valle de México es Oceanía, que tiene correspondencia entre las Líneas 5 y B, donde el tramo de llegada presenta un hundimiento aproximado de 25 centímetros por año.
Cuando fue inaugurado el tramo Consulado a Pantitlán en 1981, la pendiente máxima era de 4.9%, pero, actualmente, dicha cuesta aumentó a 7.2%, rebasando el valor máximo conforme a las normas para el Diseño y Construcción de las Líneas del Metro que contemplan pendientes máximas de 4% y excepcionalmente de 7% en condiciones secas.
El Plan Maestro establece la importancia de frenar el hundimiento, ya que provoca el deslizamiento de los trenes sobre todo en épocas de lluvias.
Además, en el andén central de Oceanía ya son insuficientes las dos escaleras fijas, por lo que actualmente se saturan en “horas pico” generando fricción y desorden entre los usuarios, por lo que se propone construir dos escaleras fijas tanto en Oceanía como en Garibaldi/Lagunilla.
Dentro de las Líneas del Metro con fallas destaca que la Línea 5 –que va de Politécnico a Pantitlán– da mayor mantenimiento a los trenes férreos, no cuenta con áreas específicas para realizarlo, lo que genera retrasos y adecuaciones en las áreas de trabajo. Mientras que los trenes de la Línea B –que corre de Ciudad Azteca a Buenavista– hace el mantenimiento en talleres ubicados en estaciones como El Rosario y Ticomán, lo que implica trasladar los trenes por diferentes Líneas, provocando retrasos en el servicio.
Línea 7: El Rosario – Barranca del Muerto
Foto: Cuartoscuro.
El gran problema de la Línea naranja es la falta de personal, lo que deriva en que los usuarios ingresen sin boleto porque no hay nadie vigilando los torniquetes; dificultades para mantener las instalaciones libres de comercio informal e incidencia delictiva, personal insuficiente de la PBI (Policía Bancaria e Industrial) para separar, dosificar y mantener el control de usuarios y carecer de una adecuada respuesta de la policía.
De acuerdo con el Plan Maestro del Metro, se necesita construir dos pasarelas en los extremos de la estación Mixcoac para descongestionar el paso de usuarios. Actualmente, sólo hay una pasarela central de cambio de andén que resulta insuficiente para el tránsito de pasajeros, ya que originalmente fue construida como una estación de paso, sin embargo, con la puesta en marcha de la Línea 12 Mixcoac se convirtió en una terminal con correspondencia.
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Línea 8: Garibaldi – Constitución de 1917
Foto: Cuartoscuro.
Esta es una de las Líneas del Metro con fallas que han llegado a ocasionar peleas entre usuarios. La estación Garibaldi/ Lagunilla es la más conflictiva y tiene una necesidad urgente de agilizar el tránsito de pasajeros en andenes, así como de evitar la circulación en contraflujo de los usuarios con el fin de reducir las agresiones y riñas que ocurren en su interior.
Para tratar de solucionar esos problemas, el Metro requiere construir dos escaleras fijas en el andén central, que servirán para conectar la Línea 8 con la “B”.
Línea 9: Pantitlán – Tacubaya
Foto: Cuartoscuro.
Según el Plan Maestro, la mayor problemática radica en la diferencia de comportamiento entre cimentaciones continuas, lo que produce “efectos nocivos a la superestructura de la estación”, que afecta tanto a locales como andenes, entrepisos, escaleras y conexiones con las pasarelas, por lo que se debe dar un mantenimiento correctivo mayor a las instalaciones de vías de la Línea 9.
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Línea A: Pantitlán – La Paz
Foto: Especial.
La lluvia y la cantidad de trenes afectan gravemente a la Línea A, donde se registran retrasos y riesgos en la integridad de los usuarios, quienes, además, padecen la saturación de andenes.
A lo largo de los tramos subterráneos de la Línea, se presentan diversas filtraciones en muros, daños en estructuras y suciedad en drenajes, principalmente por las precipitaciones pluviales y las condiciones actuales de la red hidrosanitaria.
Además, durante las horas de mayor demanda, la Línea es incapaz de cubrir completamente las necesidades de los usuarios con el servicio de trenes, por lo que un pasajero tiene que dejar pasar hasta 3 o 4 convoyes para poder abordar.
Este problema se debe principalmente a que la Línea fue diseñada para operar con trenes con seis carros, pero hace 10 años, en 2009, se pusieron en operación trenes de nueve carros y todavía se requiere ajustar el hardware y reprogramar el software del control en el sistema de pilotaje automático para evitar que los trenes queden “deslocalizados”. En caso de que esto ocurra, la operación debe cambiar a conducción manual, siendo el modo más inseguro.
Uno de los riesgos de la Línea A en caso de sismo o simplemente por la carga que soportan, son las pasarelas en las estaciones superficiales, las cuales, al estar ubicadas en zonas con problemas de subsuelo, han presentado hundimientos que provocan separaciones en su estructura.
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Conjunto Pantitlán
Foto: Cuartoscuro.
Además de indicar cuáles son las Líneas del Metro con fallas, el Plan Maestro enciende las alertas por el llamado Conjunto Pantitlán, terminal de las Líneas 1, 5, 9 y A, donde es necesario resolver el intercambio de usuarios entre los pasillos que conectan cada una de esas Líneas, lo que provoca no solo molestias entre pasajeros sino también daños y deformaciones en las estructuras.
Debido al escenario complejo, el Metro necesita estudios detallados del suelo, cimentación, estructuras, arquitectura y su interacción, de toda el área del conjunto para poder corregir óptimamente los problemas en la estructura propiciados por los asentamientos.
Además, el plan indica que la vía 3 de Pantitlán es utilizada en un sólo sentido “debido a que su diseño así fue concebido, no tiene la oportunidad de explotarse al 100% en ambos sentidos y genera una problemática en la circulación de los trenes en vías principales”.
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