Una vida dedicada a la fe: así era Leonardo Avendaño, el universitario asesinado
Hugo Leonardo Avendaño tenía la convicción de ayudar a las personas a través de la religión católica pero fue privado de su libertad y luego, asesinado.
Por: Andrés Rangel Garrido
Hugo Leonardo Avendaño Chávez tenía la firme convicción de ayudar y servir a las personas de su comunidad a través de la religión católica. Trabajaba como asistente de sacerdote en una parroquia, pero a menudo viajaba a otras partes del mundo para conocer nuevas culturas e iglesias. Un par de semanas antes acababa de concluir sus estudios de maestría, la cual ya no pudo disfrutar con su mamá, pues falleció a causa de un paro cardíaco hace dos meses. A sus 29 años y con un gran futuro por delante, Leonardo fue privado de su libertad el pasado 11 de junio y hallado sin vida al día siguiente.
Leonardo era de complexión delgada y tez morena, tenía los ojos cafés oscuros y grandes y usaba lentes la mayor parte del tiempo. Medía un metro con 65 centímetros, y como señas particulares tenía el mentón deforme y un lunar entre el ojo izquierdo y su nariz, de acuerdo con la ficha emitida por la Fiscalía Especializada en la Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas (Fipede), la cual se dio de baja junto con la carpeta de investigación por secuestro para levantar otra carpeta por homicidio.
“Le gustaba viajar a diversas partes del país y del mundo, para conocer nuevas culturas. Siempre le gustó mucho estudiar. Desde niño era muy inteligente, educado y amable con las personas”, recordó Daniela Duran, prima cercana de Leonardo, en referencia a los viajes que realizó el joven el año pasado a iglesias de Italia, por voluntad personal y por parte de su parroquia a la que acudía todos los días.
Se desempeñaba como diácono (asistente de sacerdote) en la Iglesia Cristo Salvador, a 10 minutos de su departamento, en la colonia Miguel Hidalgo 3ra Sección, en la alcaldía Tlalpan, al sur de la Ciudad de México. “Era un joven alegre, muy devoto, se la pasaba en la parroquia ayudando al padre y a la comunidad”, recuerda su prima Paulina Chávez, en entrevista para Chilango.
Su hermano Josué Vicente, quien lo vio por última vez el domingo 9 de junio, recuerda que Leonardo decidió ser sacerdote al concluir la preparatoria, por lo cual eligió estudiar la carrera de Teología en la Universidad Intercontinental, ubicada a 3 kilómetros de la Iglesia. Posteriormente se inscribió a la maestría de Psicoterapia Psicoanalítica, combinando sus materias con Misionología para especializarse como misionero y evangelizador, sin dejar atrás los principios científicos de la Psicología para analizar trastornos mentales.
“Leo”, como le llamaban sus familiares y amigos, tenía una postura católica muy clara que solía compartir en sus publicaciones de Facebook: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría”.
Postura con la cual también publicaba críticas e inconformidades a la sociedad. Como una publicación de octubre de 2018, titulada “Esquizofrenia Social”: “Vivimos en una época donde quieren que los sacerdotes se casen y que los casados se divorcien. Quieren que los heterosexuales tengan relaciones sin compromiso, pero que los gays se casen en la Iglesia. Que las mujeres se vistan como hombres y asuman papeles masculinos y que los hombres se conviertan en “frágiles” como mujeres. (…) Si no es el fin de los tiempos, debe ser el ensayo”, remató.
ESQUIZOFRENIA SOCIAL:Vivimos en una época donde quieren que los sacerdotes se casen y que los casados se…
Posted by Leonardo Avendaño on Monday, October 22, 2018
Días antes de haber desaparecido, Hugo Leonardo Avendaño se acababa de mudar a un nuevo departamento en la colonia Miguel Hidalgo 1ra Sección, en la alcaldía Tlalpan, por lo que había invitado a su familia para celebrar este viernes 14 de junio.
Según su prima Daniela Duran, Leonardo no solía acudir a lugares distintos a la universidad, la iglesia o su casa, a menos que realizara algunas compras. “Rara vez iba a otro lado. No salía mucho”, comentó Daniela. El martes 11 de junio fue visto por última vez a través de las cámaras de seguridad de la casa de sus primos, en la colonia Aculco, Iztapalapa, pero desconocen la razón de por qué estuvo ahí.
Posteriormente se dirigió a la iglesia, donde lo esperaba el sacerdote Esvyn Marroquín, quien además de ser su compañero de trabajo, era su amigo cercano. Laret Cruz, trabajadora de la iglesia donde trabajaba Leonardo, comentó que el joven no era seminarista, ni tampoco tenía tanta autoridad ni atribuciones.
“No daba misas. Aunque entre sus planes estaba entrar al seminario. Era muy servicial y amable, carismático y de buen humor. Pero él era laico. Se enfocaba en ayudar a todas las personas, pero más a los jóvenes. Sí quería ser sacerdote, pero le faltaba estudiar para saber más de Teología”, asegura la encargada.
“No fue secuestro, fue homicidio”
El cuerpo de Hugo Leonardo Avendaño fue encontrado el miércoles 12 de junio con signos de tortura –dentro de su camioneta con la que se trasladaba a todos lados– en un lote baldío en la calle Camino a la Marina, en la colonia Héroes de 1910, en la colonia Tlalpan, a más de 9 kilómetros de distancia de la iglesia Cristo Salvador, tomando como referencia la carretera Picacho-Ajusco. La necropsia arrojó que llevaba entre 24 y 30 horas de haber fallecido por asfixia.
Sus familiares acudieron a levantar la denuncia el miércoles ante la Fiscalía Antisecuestros, al mismo tiempo que a las autoridades les avisaban que habían encontrado un cuerpo con características similares. Pero tardaron casi 24 horas en darles el cuerpo. Ernestina Godoy Ramos, titular de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) declaró que: “No fue secuestro, fue homicidio”, luego de que se realizara la investigación previa en la que los familiares afirmaron no haber recibido alguna llamada de rescate.
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Lo único que piden los familiares de Leonardo es que encuentren y castiguen a los responsables del asesinato, pues Josué asegura que su hermano no era una persona conflictiva ni tenía problemas con nadie.
“Los delitos se investigan con todas las técnicas y métodos científicos a su alcance, de manera responsable, sin violar los derechos humanos, ni el debido proceso y no se van a fabricar culpables”, comunicó en conferencia de prensa Ernestina Godoy, este jueves 13 de junio.
Agregó que se ha estado muy de cerca con la familia y que a través de la Subprocuraduría de Atención a Víctimas, se les acompaña en este proceso. “Voy a investigar y voy a dar resultados a la ciudadanía y lo vamos a hacer de manera responsable, cualquiera sabe que una investigación seria, fundamentada, sin violar los derechos humanos, sin violar el debido proceso, no es de un día para otro”, aseveró Godoy.
Mientras tanto, ayer se realizó una misa de cuerpo presente para despedir a Leonardo Avendaño, con la participación de su amigo sacerdote Esvyn Marroquín, quien también dio el viernes una misa a modo de homenaje en memoria de su compañero, en la cual estuvo presente la familia y las personas que de la comunidad que lo conocían.
En focos rojos
El caso de Leonardo se suma a las altas cifras de violencia de este año en la Ciudad de México, pues de enero a abril se registraron 692 víctimas de homicidio, 11 feminicidios y 26 secuestros, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, con corte del 30 de abril de 2019.
Y también se une a los recientes homicidios de estudiantes, como el caso de Aideé Mendoza, quien fue asesinada el 29 de abril en las instalaciones del CCH Oriente, y el de Norberto Ronquillo, recién graduado de la Universidad del Pedregal quien murió a causa de asfixia, tras haber sido secuestrado, sin que hasta el momento hayan sido detenidos los responsables o se hayan dado a conocer avances convincentes en las investigaciones para las familias de los jóvenes.
Ante estas cifras y la presión mediática, Ernestina Godoy aseguró que protegerán a la ciudadanía y que “tarde o temprano vamos a vencer a la delincuencia, tengan la confianza, porque no estamos en negociación con nadie”.
A través de un comunicado, la familia de Leonardo agradeció las muestras de solidaridad y cariño que han recibido los últimos días y pidieron a las autoridades “tomar las medidas pertinentes para evitar la difusión de rumores y filtraciones que no emanan de una investigación que, por su naturaleza, estamos conscientes que toma tiempo, y que nos pueden alejar de nuestro único objetivo: encontrar a los culpables de este artero crimen”.
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