A dos años del sismo magnitud 7.1 del 19 de septiembre —que dejó un saldo de 228 personas fallecidas— aún no se ha atendido una de las razones que propició la devastación: la extracción acelerada de agua del subsuelo chilango, que, de acuerdo con especialistas, ocasionará más fracturas y grietas en la CDMX, lo que se traducirá en más riesgo para la población.

“La falta de humedad o de agua en la tierra provoca que se deforme el material geológico, lo que genera fracturas y estas, a su vez, propician grietas, pero no siempre. En ocasiones son imperceptibles y no sabemos qué está pasando abajo, hasta que tiembla o surgen socavones, o hundimientos”, explica Dora Carreón Freyre, doctora en Ingeniería Geológica e investigadora del Centro de Geociencias de la UNAM, en entrevista con Chilango.

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Actualmente, acusa la investigadora, no hay un registro exacto de fracturas y grietas en la CDMX, a pesar de que, en agosto de 2017, ella misma realizó un estudio de fracturamiento de la Ciudad de México, el cual sería presentado por la UNAM y el CENAPRED un mes después, en conmemoración por los 32 años del sismo de 1985.

Sin embargo, tras el sismo del 2017 no se volvió a realizar otro estudio ni una actualización bajo el mismo rigor y metodología.

“No tenemos actualmente el número de cuántas fracturas hay, pero claro que aumentaron después del sismo (del 19S)”, señala Carreón Freyre, quien tiene un pronóstico desolador: “Si hoy temblara se volverían a caer muchas casas y edificios. Sin importar que tengan cimientos de 30 metros, mientras estén cerca de una fractura se van a caer”, advierte la doctora en Ingeniería Geológica.

“La única prevención es tomar medidas para evitar la extracción acelerada del agua”, alerta Dora Carreón, quien lamenta que no existan políticas públicas que prohiban la explotación de los acuíferos del subsuelo de la ciudad. “Esto, además, está generando el hundimiento de la superficie”, agrega.

Pero, ¿por qué es importante estudiar las fracturas y grietas en la CDMX? La especialista señala que, a diferencia de los sismos, las grietas y las fracturas sí se pueden predecir y “podemos saber a dónde se van a propagar”, lo que serviría para “reducir los riesgos que podría provocar un sismo como el del 19S”; sin embargo, a dos años del informe más reciente, “no hemos podido averiguar por qué las instituciones responsables no le han dado continuidad a este proyecto”.

Otro problema que enfrenta el estudio que la doctora Carreón Freyre realizó en 2017 es que, a pesar de que fue agregado al Atlas Nacional de Riesgos, los datos actualmente no coinciden con la información entregada y publicada por la UNAM en aquel momento.

Asimismo, de acuerdo con diversas asociaciones civiles, como Ciudadanía19S, el Atlas de Riesgos de la Capital está incompleto y presenta carencias, pese a que debería actualizarse cada 6 meses.

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No solo son las grietas en la CDMX, ¿qué pasa con las fallas?

Antes de explicar cuáles son las fallas que cruzan el subsuelo chilango, es necesario explicar las diferencias entre fractura, grieta y falla. Una fractura es material geológico roto por falta de humedad y estas son las principales generadoras de grietas en superficies como el pavimento, banquetas o inmuebles.

Una falla es una fractura que tiene desplazamiento de cualquier tipo y, en caso de que tenga más de 50 kilómetros de longitud, se tratará de una falla tectónica, es decir, con la capacidad de producir un sismo y sacarte de la cama en pijama.

De acuerdo con el mapa elaborador por la doctora Carreón, en la Ciudad de México hay cuatro fallas principales: Copilco (CO), Mixihuca (MI), San Lorenzo Tezonco (SLT) y Santa Catarina (CA).

Tanto la de Copilco, como la de Mixihuca, cruzan de sur a norte la ciudad y afectan principalmente a las alcaldías Xochimilco, Coyoacán, Benito Juárez, Cuauhtémoc, Iztacalco e Iztapalapa, zonas en las que ocurrieron los mayores daños durante el 19S y el sismo de 1985.

Las otras fracturas y grietas en la CDMX se ven afectadas por las fallas San Lorenzo Tezonco y Santa Catarina, que van de oriente a poniente afectando a Iztapalapa y Tláhuac.

El pasado 27 de agosto, José Luis Luege, extitular de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), aseguró que “lo que estamos viendo de aparición de cavernas, socavones y grietas en la CDMX es algo que va a continuar y que es una constante, debido a que hay fracturas de grandes emisores de desagüe o de agua potable”.

“El subsuelo ya está dañado, los temblores solo lo hacen visible. Falta mucho trabajo por hacer para proteger a la ciudadanía”, coincide Dora Carreón Freyre.

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El 19S y las grietas en la CDMX

En los últimos meses, cerca de 14 mil familias se registraron ante la Comisión para la Reconstrucción, con la finalidad de obtener apoyo para rehabilitar sus hogares. De ese total, 832 ya no podrán reparar sus viviendas debido a los daños estructurales que sufireron, mientras que se determinó que 533 inmuebles fueron afectados por las grietas en la CDMX, de acuerdo con César Cravioto, titular de la Comisión para la Reconstrucción.

Por tal motivo, serán reubicadas en predios del gobierno, dentro de su misma demarcación, anunció la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, el pasado 10 de septiembre, en la Primera Sesión Ordinaria del Consejo de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil.

Iztapalapa fue la demarcación más afectada por el sismo del 19S, pues, hasta marzo pasado, había 2,400 grietas en 40 colonias, según declaró la alcaldesa Clara Brugada durante un recorrido para atender la grieta más grande que dejó dicho sismo en la colonia Guelatao de Juárez, donde hay un hoyo con una profundidad de 3.70 metros.

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¿Qué hago si detecto una grieta en mi hogar?

Mientras las autoridades realizan un nuevo mapa sobre fracturas y grietas en la CDMX, es importante que si en un tu casa detectas alguna irregularidad en el piso, banquetas, tuberías, sistema eléctrico, paredes o en el pavimento, la reportes a Protección Civil a través del 911, o al 5683-2222, para que acudan a revisarla.

Si la grieta representa un riesgo, esta dependencia avisará a la alcaldía respectiva, y esta informará al CENAPRED para que realice un diagnóstico, el cual será analizado por científicos de diversas universidades para determinar si es necesario que la Secretaría de Obras y Servicios intervenga.

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