Los problemas y costos de morir en CDMX
Queramos o no, algún día nos enfrentaremos a este trago amargo, por lo que debes conocer los problemas y costos de morir en CDMX.
Por: Karen Andrade
Funerarias en la informalidad, servicios funerarios incompletos, alternativas diferentes a la cremación para conservar los restos de un ser querido… estos son los problemas y costos de morir en CDMX, porque, queramos o no, algún día tendremos que enfrentarnos a este trago amargo.
Por Karen Andrade
Si algo nos caracteriza a los chilangos es la fascinación en torno a tooodo lo relacionado con el Día de Muertos. Es más, apenas es julio y ya estamos buscando quién vende el mejor pan de muerto o cuándo inician los desfiles y ofrendas; sin embargo, cuando hablamos de estar preparados para ese momento inminente en nuestra vida, nos hacemos de la vista gorda y evitamos todo aquello que se relacione con los problemas y costos de morir en CDMX, como si eso nos protegiera de la muerte.
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Basta con echarle un ojo a las cifras: en Ciudad de México solo 1.7% de los chilangos tiene contratado algún plan de servicios funerarios, de acuerdo con datos de funerarias Gayosso, Además, solo 20% de los habitantes de CDMX cuenta con un testamento, según el Colegio de Notarios.
Hay varios factores por los que los chilangos le “huimos” a la muerte y van desde lo económico hasta los culturales. “El mexicano no está acostumbrado a ahorrar, no hay una cultura de prever eventos inesperados. Otro factor es que el tema de la muerte es un tema tabú, a la hora de la hora, cuando se trata de hablar de la muerte, los mexicanos prefieren no pensar en eso.
“Además, hay mucho ruido alrededor de la previsión funeraria, porque hay poca claridad sobre qué incluye, qué me da y cuánto tengo que gastar”, explica Óscar Chávez, director de innovación y planeación de Grupo Gayosso.
¿Cuáles son los costos de morir en CDMX?
El precio de un servicio funerario puede superar los 200 mil pesos (dependiendo los gustos y exigencias), pero si se contratan con anticipación esa cantidad puede disminuir entre 30 y 50 por ciento.
Funerarias como Gayosso o J.García López tienen planes que se pueden pagar hasta en 36 meses, opciones de financiamiento y meses sin intereses, pero el problema es la falta de cultura de previsión de los chilangos, como mencionó Óscar Chávez.
El precio de un servicio funerario contratado con anticipación ronda entre los 25 mil y 50 mil pesos, de acuerdo con datos de las funerarias consultadas. Estos incluyen: recolección del cuerpo, preparación (aseo, vestimenta, maquillaje,) traslados locales dentro de la zona metropolitana, servicio funerario en sala, embalsamamiento, ataúd o urna, así como el lugar en el cementerio o mausoleo.
En todos los casos, estos planes son transferibles, se ofrecen facilidades de pago y se adaptan a las necesidades de los clientes, explica Manuel Ramírez, director general de la funeraria J. García López.
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“(La previsión funeraria) es algo que dejamos para después, está en lo último de nuestras prioridades del día a día: primero está el cubrir los gastos como renta, colegiatura alimentación y al final dejamos todo lo relacionado con planes de protección, como son los seguros de gastos médicos, de autos o de inmuebles”, señala Ramírez.
Aunque en CDMX hay cientos de funerarias, muchas de estas operan en la informalidad y sin los permisos necesarios, convirtiéndose en un factor de riesgo.
“Supongamos que hoy amanece una funeraria que ofrece servicios de previsión pero realmente no sabes si esa funeraria estará ahí en 10 o 15 años, cuando quieras usar el servicio”, asegura el director de Innovación de Gayosso.
Las otras opciones en el mercado son las que ofrecen instituciones públicas como el Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado(ISSSTE). En estos casos, los planes funerarios (para los que no son derechohabientes) tienen un costo que va de los 4,100 a los 5,500 pesos, en un paquete básico que incluye el servicio de velación, arreglo estético, asesoría para trámites, un ataúd de donación y traslado y recolección del cuerpo.
Sin embargo, en servicios de este tipo surge otro problema: ¿dónde permanecerán los restos y cenizas?
“¿Cuál es la verdadera necesidad cuando fallece un ser querido? Velar los restos, depositarlos en un nicho o inhumarlos. Todas las empresas funerarias, a excepción de cinco, ofrecen la mitad de este servicio, es decir, solo ofrecen preparación del cuerpo y velar, entonces tú tienes que resolver la otra mitad”, dice Chávez.
Esta situación encarece los precios a más del doble, pues hay que sumarle el costo de una propiedad en un panteón o nicho, que en lugares como el ISSSTE puede costar hasta 15 mil 754 pesos, de acuerdo con el sitio web de esa institución.
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Morir también es un lujo
Mientras que algunos chilangos buscan las opciones más económicas para enfrentar la muerte, otros prefieren despedirse a lo grande, con ataúdes ostentosos o con servicios adicionales, como la aquamación o quedar inmortalizado en un diamante.
Desde el año pasado, Gayosso introdujo la aquamación, un servicio que consiste en cremar los restos a base de agua. “Los restos se meten en un dispositivo de acero inoxidable que está completamente sellado, a ese dispositivo se le vierte agua a altas temperaturas, el cuerpo se reduce a restos óseos, se extraen y se pulverizan”, señala Oscar Chávez sobre ese proceso.
Aunque por ahora este servicio solo está disponible en Monterrey, Nuevo León, y en Tijuana, Baja California, la funeraria planea ofrecerlo en CDMX a partir del próximo año.
Otra opción es convertir los restos propios o de un ser querido en un diamante. Este servicio se ofrece en las funerarias J. García López y tiene un costo de 25 mil pesos.
Este proceso, según detalla el director general de la empresa funeraria, tarda alrededor de seis meses y consiste en tomar aproximadamente 600 gramos de cenizas, que posteriormente son enviadas a Suiza, donde se realiza un proceso para separar los minerales de los restos y transformarlos en una piedra preciosa.
También existen las urnas biodegradables, que pueden ser plantadas en un jardín con el objetivo de que se conviertan en un árbol de frutos o de ornamenta o arrojar la urna en el mar, donde se desintegrará al entrar en contacto con el agua. El precio de estas ronda los 8 mil pesos.
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¿Y el testamento, apá?
A pesar de que septiembre es el mes del testamento, únicamente dos de cada 10 chilangos cuentan con este documento.
Esto se debe principalmente a factores como que la gente le tiene miedo a ese trámite, que involucra pensar en la muerte o en lo complicado del proceso.
Luis Paredes, integrante de la Comisión de Comunicación del Colegio de Notarios, explica que, a diferencia de lo que los chilangos piensan, hacer un testamento es un proceso muy sencillo, que se puede resolver en menos de una hora.
“Lo cierto es que prácticamente hay dos momentos a la hora de hacer un testamento: uno es una reunión rápida en la que el cliente le dirá al notario sus datos generales y cómo desea repartir sus bienes. Con esa información, se redacta el testamento y en una segunda cita se da lectura y se firma”, indica el especialista.
Otro factor, al igual que sucede con los servicios de previsión funerarios, es el costo. Sin embargo, lo que pocos chilangos saben es que durante septiembre se ofrece un descuento de 50%, por lo que solo se tiene que pagar 2 mil 250 pesos, pero si se trata de un adulto mayor, el precio es de 490 pesos durante todo el año.
El hecho de no contar con un testamento puede traer problemas más graves como procesos de hasta 20 años para asignar un nuevo dueño del inmueble, viviendas intestadas y rencillas familiares.
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