Hace unos días fue la última función del Circo Atayde Hermanos en la Carpa Astros. En su corta temporada de despedida demostraron por qué son uno de los mejores circos de México y cómo el arte circense puede sobrevivir, sin necesidad de tener actos con animales: malabaristas de primer nivel, equilibristas arriesgados, payasos con números clásicos, trapecistas… Pese a ello, este icónico espacio de la capital, donde cada verano había espectáculos de la compañía circense, desaparecerá.
¿Sabes por qué se van? Acá van las respuestas.
El terreno de la Carpa Astros pertenece a la familia Atayde desde 1954; sin embargo, en los últimos años la audiencia se fue a pique y decidieron cerrar la temporada antes de lo previsto con la función del pasado 6 de mayo.
El Circo Atayde Hermanos es la empresa de espectáculos más antigua del país –con 130 años de historia–; sin embargo, el mayor problema que han enfrentado es la piratería: las empresas que utilizan su nombre y ofrecen shows de poca calidad.
«Ahorita nos queremos replantear qué hacer. Es muy difícil irse de gira cuando llegas a una ciudad donde ya pasaron 15 circos y de esos una decena eran Atayde pirata, con precios muy bajos y regalando los boletos. Así, cuando nosotros llegamos, la gente no nos quiere venir a ver», dice Alfredo Atayde Chávez, productor, director comercial y cuarta generación del apellido.
Para la familia, dejar la Carpa Astros significó un golpe: tuvieron presentaciones durante 60 años, fue su casa después de la Revolución Mexicana y consideran que en ese lugar –ubicado en Calzada de Tlalpan– su compañía vivió una «etapa de oro», su más grande esplendor con la asistencia de personalidades como María Félix y Mario Moreno “Cantinflas”.
Por un tiempo, la carpa quedará en calma: no habrá más shows de stand up, malabaristas, bailarines aéreos ni pole dance en las altura. Nadie saltará del trapecio ni los motociclistas harán suertes en una esfera de metal. El circo más antiguo de México quedará en pausa: buscará un nuevo escenario.
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El desprestigio del circo
La piratería es su peor enemigo. Se repusieron a la legislación de no tener shows con animales, pero la competencia desleal y el nulo apoyo de las autoridades para acabar con el mal uso de su nombre –dice Alfredo– es lo que no han podido combatir.
«Los circos pirata no pagan permisos y nadie los supervisa. Los dueños se embolsan hasta medio millón de pesos al mes, totalmente libres; mientras nosotros gastamos $700,000 semanales por la calidad que presentamos, tenemos marca registrada y pagamos impuestos. En muchas giras tronamos muy feo, perdimos mucho porque nadie nos iba a ver».
Además de la suplantación de la marca, han vivido el desprestigio, ya que las pequeñas carpas presentan espectáculos de poca calidad y la audiencia se acostumbra a pagar poco por ese tipo de shows. «Por eso decimos que el circo de calidad está en crisis, aunque en este momento haya miles de carpas instaladas en todo el país»
Dice que, a diferencia de los pequeños circos –incluyendo los pirata–, el Circo Atayde Hermanos no utiliza botargas: se trata de espectáculos teatrales, con comedia musical.
«Mantenemos la esencia del circo tradicional pero con producción escénica, buena iluminación y audio, actores, cantantes, ensamble de bailarines, un maestro de ceremonias profesional, buenos escenógrafos, vestuaristas y productores de sonido. No nos comparamos con el Cirque du Solei, porque ahí hay todo un país que los apoya y nosotros no recibimos nada del Estado, pero presentamos un espectáculo que ha sido reconocido en el mundo», señala el productor entrevista con Chilango.
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El Circo Atayde Hermanos se renueva
Será a finales de 2018 que la compañía de espectáculos tenga noticias del rumbo que tomará, entre sus planes está buscar teatros y otros escenarios para presentarse, como en 2010, que tuvieron una temporada en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris” por la que ganaron la Luna del Auditorio al Mejor Espectáculo Familiar del año.
«Por suerte, en la Ciudad de México hay muchos espacios, queremos que la gente sepa que estamos buscando, que seguimos vivos», dice Alfredo Atayde.
-¿No crees que al llevarlo a los recintos el circo se volverá elitista?
Probablemente sí, un poco, pero la gente solo voltea a ver a los espectáculos internacionales que se presentan así. Queremos ver qué pasa.
-¿El circo es popular?
Creemos que hace mucho que el Circo Atayde Hermanos dejó de ser popular, no podemos ofrecer boletos a $30, para nosotros el más barato es de $150 y el más caro de $500, pero el show lo vale: retomamos el circo clásico europeo con la vitalidad del norteamericano y todas las personas que participan en los actos son profesionales.
Si hay gente que ahorra todo el año para un concierto, por qué no hacer lo mismo con un show de circo mexicano de mucha calidad, cuestiona Atayde Chávez.
-En 2017 el Ringling Brothers and Barnum & Bailey –el circo más importante del mundo– bajó el telón reconociendo no poder competir con la tecnología, la falta de interés de las nuevas generaciones y los costos operativos. ¿Cómo lo piensan combatir?
La tecnología es una gran herramienta, pero también un tremendo distractor; sin embargo, tenemos confianza en que a la gente le gusta asombrarse, siguen teniendo interés en sorprenderse de las capacidades que puede desarrollar una persona y ahí vamos a estar nosotros, por eso estamos trazando un nuevo camino.
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Aún no hay fecha definida para el regreso del Circo Atayde Hermanos; mientras tanto, en la Carpa Astros se seguirán haciendo espectáculos, pues, de acuerdo con su página de internet, hay programación hasta noviembre de 2018.