Silencioso, el sarampión tuvo un brote inusitado en CDMX
El brote de sarampión en México 2020 pasó casi inadvertido, en medio de la llegada de la pandemia de covid-19 a nuestra ciudad, ¿qué pasó?
Por: Colaborador
Vía: Luis Alberto García y Nadia Sanders
El brote de sarampión en México 2020 fue el mayor que haya visto nuestro país en las últimas décadas.
Como el virus que lo provoca cuando entra al cuerpo humano, este hecho pasó casi inadvertido, debido a la pandemia por covid-19. Ambas enfermedades confirmaron su primer contagio por laboratorio el mismo día y compartieron el mismo epicentro: la Zona Metropolitana del Valle de México.
El 28 de febrero de 2020, el primer diagnóstico de sarampión fue confirmado en una niña de 8 años de la alcaldía Álvaro Obregón. El caso estuvo vinculado a una visita familiar al Reclusorio Norte de CDMX. Esta información se desprende de un registro de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría federal de Salud.
En esa misma fecha, México reportaba el primer contagio del virus SARS-CoV-2 confirmado, también en la capital del país, a la que ponía en alerta.
A partir de ese día y hasta el 31 de mayo se acumularon 196 casos del brote de sarampión en México 2020. El máximo registrado desde 1993, cuando se reportaron 846. Son datos presentados por la Secretaría de Salud en el aviso epidemiológico CONAVE /07/ 2020/SARAMPIÓN.
Para darle más perspectiva, esos 196 casos casi igualan los 201 que se registraron a nivel nacional entre 2000 y 2019.
Marzo-mayo fue el primer periodo de 2020 en que las secretarías de Salud federal, chilanga y mexiquense tuvieron que enfrentar a dos virus. El sarampión, al menos doblemente más contagioso que el SARS-CoV-2, pero este último más letal y sin una vacuna para hacerle frente.
¿Cómo comenzó el brote de sarampión en México 2020?
Los casos de sarampión fueron ubicados en cuatro estados: 144 en Ciudad de México (73.4%), 49 en el Estado de México (25%), 2 en Campeche (1%) y 1 en Tabasco (0.5%). La capital y el Edomex concentraron 98.4% de todo el brote .
En nuestra ciudad los casos se distribuyeron en 14 de las 16 alcaldías, mientras que en el Edomex, en 13 de sus 125 municipios. La mayoría se concentró en las alcaldías del norte y los municipios colindantes.
Por lo que respecta a Edomex, el brote de sarampión comenzó en Tlalnepantla, municipio que colinda con la alcaldía Gustavo A. Madero, donde se ubica el Reclusorio Norte. Así lo explica Edwin Contreras Sánchez, jefe del Departamento de Salud de la Infancia y Adolescencia del Instituto de Salud estatal.
De ese centro penitenciario, el virus se contagió entre trabajadores de una central abarrotera. También, un custodio de seguridad, con residencia en Tecámac, por mencionar algunos.
En la entidad, el sarampión se detectó principalmente en Ecatepec y Nezahualcóyotl, incluyendo a personal médico que acudía a atender a los pacientes.
El riesgo de no vacunarse
El principal factor que permitió que el brote de sarampión en México 2020 creciera a un ritmo que no se veía en décadas fue la falta de la aplicación de la vacuna o de su refuerzo. Esto, según el boletín 19 de la Secretaría de Salud federal, titulado “Situación del Cierre del Brote de Sarampión” y fechado el 14 de agosto de 2020.
Ambas dosis forman parte del cuadro básico de vacunación universal y gratuito. Los bebés deben recibirla al año de vida y el refuerzo, a los 6 años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que inmunizar a un niño cuesta menos de un dólar.
“Se calcula que en 2017 murieron 110 mil personas (en todo el mundo) por esta causa, la mayoría de ellas menores de 5 años y a pesar de existir vacunas seguras y eficaces”, señala el organismo sobre el sarampión.
“Nosotros calculamos que mucha gente que se debería haber vacunado a inicios del 2000 no se vacunó. (…) Ellos eran susceptibles, por eso fue interesante ver que muchos de los que se infectaron en este último brote eran gente que tenía 26, 28 años”, expone Jorge Ochoa, director general de Servicios de Salud de la CDMX.
Un total de 72 casos se presentaron entre personas de 20 a 39 años.
Indecisión y escasez en el brote de sarampión en México 2020
Jorge Baruch Díaz Ramírez, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que la principal razón es que la sociedad mexicana se muestra indecisa a iniciar y completar los esquemas de vacunación.
La Secretaría de Salud detalló en su boletín que 135 de las personas infectadas (68.8% del total) formaban parte del grupo que debió haber sido inmunizado, y no lo estaban. Otros 22 casos (11.2%) no eran elegibles para la vacuna, por ser menores de un año. Solo 39 personas (19.9%) tenían un antecedente de vacunación validado con su cartilla nacional de salud u otro comprobante.
El especialista señala que, aunque la “indecisión” es una parte importante, también impacta la disponibilidad de vacunas. En ello coincide Alejandro Macías, quien fue comisionado nacional para combatir la influenza AH1N1 en 2009.
“Se lleva al niño y, por ejemplo, le dicen que tiene gripita, lo regresan su casa y le dicen que vuelva después a vacunarse. O va la mamá con el niño y no hay la vacuna suficiente, o no se le ponen todas las que se le debían haber puesto”, agrega para ejemplificar las oportunidades perdidas cuando los pacientes se acercan al sistema de salud.
Tan solo en 2019, en medio de la escasez mundial de vacunas contra el sarampión y el nuevo esquema de compras de medicamentos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el Instituto Méxicano del Seguro Social (IMSS) aplicó el menor número de dosis de los últimos 11 años: un total de 702 mil 817, 42.9% menos que el año previo, cuando fueron 1 millón 213 mil 211, indica la solicitud de información con número de folio 0064100163220, consultada en la Plataforma Nacional de Transparencia.
“Estos casos nos demuestran que son enfermedades que pueden volver a surgir si nosotros no aceleramos los procesos de vacunación, si no tenemos la vigilancia estricta en todas las entradas y salidas a nuestro país”, comenta Edwin Contreras Sánchez, jefe del Departamento de Salud de la Infancia y Adolescencia del Instituto de Salud del Estado de México.
La decisión del gobierno federal de revisar la compra y adquisición de la vacunación triple viral, advierte, también provocó retrasos.
“Es como si tú te formas en un banco, el hecho de que tú estés formado es porque ya vas a adquirir un crédito. ¿Esto qué implicó?, que cuando revisamos los contratos, nos salimos de esa hilera… cuando como país nos volvimos a formar, las farmacéuticas ya lo habían vendido”, añade el también maestro en Salud Pública y Administración de Hospitales.
Jorge Ochoa, director general de Servicios de Salud de la CDMX, confirmó que inicialmente hubo escasez, “pero después se nos dotó de la suficiente cantidad, de tal forma que pudimos vacunar masivamente en toda la Ciudad de México para hacer los bloqueos epidemiológicos a cada uno de los casos”.
Esas dosis, consigna el boletín 19 de Salud, sirvieron para inmunizar a mil 062 contactos de los contagiados y a 56 mil 861 personas como parte de los cercos sanitarios. Así, se vacunó a los habitantes de 25 cuadras a la redonda a partir de donde se detectó a una persona contagiada.
El efecto #QuédateEnCasa
Los puntos más altos del brote de sarampión en México 2020 se reportaron en marzo, cuando se confirmó el 66% de los contagios. Fue precisamente ese mes cuando inició la Jornada Nacional de Sana Distancia. El llamado a quedarse en casa, que derivó en una reducción de más de 50% en la movilidad en CDMX.
Niñas, niños y adolescentes no se contagian en la misma medida que los adultos del virus SARS-CoV-2. No son considerados un grupo de riesgo en caso de enfermar de covid-19. Pero sí son especialmente susceptibles a contagiarse de sarampión y dos de cada mil llegan a morir por complicaciones de esta enfermedad.
El pasado 12 de mayo Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, explicó que las escuelas son transmisoras muy activas de enfermedades. Además, dijo, los niños conviven regularmente con los abuelos, quienes integran uno de los sectores más vulnerables ante el coronavirus.
Al igual que el SARS-CoV-2, el sarampión se propaga por la tos, los estornudos y el contacto con superficies infectadas. Además viaja por el aire. Si el primero puede tener una tasa de contagio de hasta 2 o 3 personas por caso, el sarampión alcanza a contagiar a 18.
“El cierre de escuelas, que son lugares donde se concentran niños, limitó la capacidad del virus de poder instaurarse. Definitivamente tuvo mucho que ver en el corte de esta diseminación (…). Si no, se hubiera intensificado la transmisión del virus”, resalta el médico Jorge Baruch Díaz, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus de la UNAM
En el brote de sarampión en México 2020, 94 casos (48% del total) fueron detectados en bebés, niñas, niños y adolescentes de hasta 15 años. Es decir, en edades de asistencia a estancias infantiles, primaria y secundaria.
La meta nacional de cobertura de vacunación en niños menores de un año en México era del 90% para 2018. Solo se alcanzó en dos de seis vacunas: la de la tuberculosis y la primera dosis de SRP (sarampión, rubéola y poliomielitis). Lo anterior, señala un informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, se debió en gran medida a la escasez de vacunas a nivel global.
Para el 2019, la cobertura de las seis vacunas se quedó entre 71% y 83%, nuevamente debajo de la meta, según la Organización Panamericana de la Salud.
“Si bien el sarampión es una enfermedad muy contagiosa en los niños, por sus actividades —juegos, cantos—, el confinamiento, suspender clases y el uso del cubrebocas nos ayudó muchísimo para que no tuviera una magnitud más grande”, agrega el jefe del Departamento de Salud de la Infancia y Adolescencia del Instituto de Salud del Estado de México, Edwin Contreras.
Antes y después de la Jornada Nacional de Sana Distancia, los gobiernos federal y locales intensificaron las campañas sanitarias. Pidieron que la gente lavara sus manos frecuentemente, aplicara el estornudo “de etiqueta”, saliera únicamente si era necesario, se mantuviera a al menos 1.5 metros de otras personas, y usara cubrebocas.
Alejandro Macías, quien lideró la estrategia contra la influenza AH1N1, señala que estas medidas también evitaron que el brote de sarampión se extendiera.
“El sarampión depende de una cierta cercanía, también se transmite por aerosoles, se transmite sobre todo también en escuelas, en grandes conglomerados, sobre todo entre niños”, dice.
“Entonces, el haber mandado a los niños a su casa, el haber reducido el contacto entre las personas, el haber usado cubrebocas, pues seguramente también impactó en el sarampión”.
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