Durante estos meses de confinamiento, muchos chilangos hemos tenido suficiente tiempo libre para probar nuevos looks, desde pintarnos el cabello hasta raparnos. Sin embargo, si eres de las personas que se dejaron crecer la barba y el bigote, lamentamos informarte que las autoridades recomiendan rasurarse en la nueva normalidad para disminuir el riesgo de contagio. Pero ¿qué tan efectivo resultaría? Esto dicen los expertos.
El pasado 29 de mayo se anunciaron varias recomendaciones para volver a nuestras actividades después de la cuarentena, las cuales se publicaron en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México, como parte del Plan Gradual hacia la Nueva Normalidad.
“Se recomienda la utilización de goggles o caretas para todas las personas en espacios públicos abiertos o cerrados; el uso de gel antibacterial y/o lavado de manos de manera frecuente; no tocarse la cara, ojos y boca; no llevar a cabo saludos que impliquen contacto físico y mantener la distancia de 1.5 metros entre personas; evitar el uso de joyería, corbata, barba y bigote, por ser reservorios de virus y demás microorganismos”.
Hasta ahora, ningún estudio o investigación científica demuestra contundentemente que el nuevo coronavirus se queda en el vello facial. Sin embargo, expertos en epidemiología, virología e infectología coinciden en que la barba y el bigote aumentan el riesgo de contagio, ya que guardan partículas de saliva (propias o ajenas), las cuales sí transmiten el SARS-CoV-2, que causa covid-19, además de que el vello facial obstaculiza el buen uso del cubrebocas, por lo cual rasurarse en la nueva normalidad no es obligatorio, pero sí es altamente recomendable.
La importancia de rasurarse en la nueva normalidad
“El vello facial no es como tal un transmisor del virus, pero sí un reservorio, es decir, un lugar con las condiciones adecuadas para garantizar la permanencia de un patógeno, ya sea virus o bacteria. Por lo cual, rasurarse en la nueva normalidad debe ser algo vital para que no se quede el virus en nuestro rostro y al tocarnos la cara evitemos llevarlo a la nariz, boca u ojos”, explica Antonio Salomón Castillo, especialista en epidemiología.
De acuerdo con el experto, el vello facial no es el problema, sino el mal hábito de tocarnos la cara, pues aunque se hospede el virus en el vello facial, no pasa nada si se lava el rostro con agua y jabón, de tal manera que la espuma cubra toda la zona del bigote y la barba, o bien, con gel antibacterial, como lo hacemos con las manos.
En promedio, los humanos nos tocamos el rostro 23 veces en una hora, es decir, una vez cada 2 minutos con 36 segundos, de acuerdo con el estudio “Face Touching: A Frequent Habit That Has Implications for Hand Hygiene”, realizado en febrero de 2015 por la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia.
Para el infectólogo Joel Rosas Hernández, es importante rasurarse en la nueva normalidad, porque muchas de las infecciones o enfermedades respiratorias se transmiten por la falta o el mal uso de los cubrebocas.
“El bigote o la barba muy crecidos pueden obstaculizar el correcto uso de las mascarillas, pues aunque estén presionadas al rostro dejan espacios. Algunos médicos optan por dejarse el vello únicamente dentro del área del cubrebocas, mientras que otros se rasuran por completo”, explica Joel Rosas.
En contraste, el virólogo Samuel García Soberanes se muestra más escéptico ante la recomendación de rasurarse en la nueva normalidad, pues explica que es muy difícil afirmar que el virus se queda en el vello facial, pues a diferencia de otros patógenos, principalmente los de transmisión sexual, el SARS-CoV-2 no se ha estudiado a profundidad.
“Muchos estudios contrastan con respecto a la permanencia del virus en algunas superficies. Por eso es que, actualmente, no es posible determinar si el virus se mantiene mucho tiempo en la barba y en el bigote. En el caso de las enfermedades de transmisión sexual los virus viven y se reproducen en un ambiente escaso de oxígeno. Pero en el caso de covid-19, al estar en contacto con el aire podría desactivarse o simplemente caerse a la ropa. Esto es algo que se tendría que analizar a fondo. Sin embargo, a manera de prevención, sí recomiendo rasurarnos, hasta que sepamos con precisión lo que pasa”, sugiere Samuel García.
Asimismo, este experto en virología agrega que la mayor parte del tiempo las personas al hablar expulsan gran cantidad de virus y bacterias que podrían quedar en el vello facial, las cuales son tan pequeñas que difícilmente notamos que están ahí. Estas luego las aspiramos y una vez dentro del organismo llegan hasta los pulmones, lugar específico donde ataca el nuevo coronavirus.
En conclusión, la barba y el bigote son potenciales nichos donde se puede guardar el virus hasta que entra en contacto con otra superficie, se volatiza, o hasta que lo llevamos con las manos a las vías respiratorias, las cuales se encuentran a centímetros del vello facial.
Recomendaciones
-Lo más recomendable es rasurarse en la nueva normalidad, para prevenir el contagio.
-El rasurado puede ser completo o solo rebajado, procurando que el vello quede lo suficientemente corto para que entre oxígeno.
-El rasurado puede ser parcial, siempre y cuando no quede vello facial expuesto al colocarse el cubrebocas.
-En caso de no rasurarse, se sugiere el uso de una mascarilla que cubra toda la zona del vello facial.
-Si no te rasuras, lo mejor será que te laves el rostro antes y después de llegar a algún lugar (casa, trabajo, escuela, oficina, etcétera).
-El lavado debe ser con agua y jabón, procurando que la espuma cubra todo el rostro.
-En caso de no tener jabón, se podrá realizar el lavado con gel antibacterial.-No tocarse la cara y mantenerla desinfectada con toallitas antibacteriales (con alcohol).
-Lavarse las manos constantemente con agua y jabón.
-No permitir que alguien más entre en contacto con tu vello facial.
Que siempre sí podrás dejarte la barba
Luego de que la Secretaría del Trabajo señalara la recomendación para evitar el uso de la barba y el bigote, en una nueva versión de los lineamientos, la dependencia eliminó esta disposición.
Con esto, únicamente quedaron las disposiciones para evitar el uso de mascadas y corbatas en los lugares de trabajo.