El 24 de enero de 2018 muchos chilangos estaban al pendiente del caso de Marco Antonio Sánchez, el joven que desapareció tras ser detenido sin razón por policías en las inmediaciones del Metrobús Rosario.
Durante todo un fin de semana se siguió la pista de dónde podría estar el joven estudiante de la UNAM; la Secretaría de Seguridad Pública dijo que el joven nunca fue llevado al Ministerio Público y que fue liberado instantes después de su detención.
Pero Marco Antonio tardó cinco días en aparecer. Del lugar de su detención hasta el lugar donde apareció, golpeado y desorientado, había más de 30 kilómetros de distancia.
Siete meses después, el joven retomó sus estudios en la Escuela Preparatoria 8; sin embargo, acude custodiado por agentes federales, de acuerdo con información de Reforma.
Marco ha mostrado una amplia mejoría física y cognitiva, pero hasta ahora no ha rendido la declaración de lo sucedido el pasado 23 de enero, pieza fundamental para el proceso legal en contra de los oficiales señalados por detención arbitraria y desaparición forzada.
El estudiante incluso ha participado en las marchas recientes de estudiantes de Ciudad Universitaria para exigir seguridad y respeto a sus derechos humanos.
En cuanto a la vigilancia que recibe por parte de los agentes, esta medida se tomó parasu proteger su seguridad física.